En Cádiz pusieron una señal en inglés para evitar los atascos en los colegios pero no funcionó. Ahora la han puesto en andaluz: "Un besito y a juí"

Una nueva señal estrenada en La Línea de la Concepción (Cádiz) se ha hecho viral. En realidad no es nueva, pero se ha castellanizado. O más bien se ha 'gaditanizado'. Se trata de la señal 'Un beso y adiós', que limita el aparcamiento en los colegios. Son varias las ciudades españolas que han implantado este tipo de zonas para evitar atascos y conductas incívicas en los centros educativos.

En el caso de este municipio de Cádiz se ha llevado las críticas de los vecinos, pero no porque limite el aparcamiento sino porque la señal estaba en inglés. En vez del anterior 'Kiss and Go', ahora se lee 'Un besito y a juí'.

En gaditano porque el pueblo lo ha querido así

Las nuevas señales ya están implantadas en La Línea: regulan la denominada 'Supermanzana' que se ha puesto en marcha desde ayer jueves en las calles Jardines, Pinzones y la Avenida Menéndez Pelayo. En concreto, en las inmediaciones de los centros educativos Salesianos y Huerta Fava: señalizan plazas de estacionamiento limitado en las que solo se puede parar un minuto en horario de salida y entrada a estos colegios (de 08:45 a 09:15 y de 13:45 a 14:15).

Como detalla La Voz de Cádiz, estas señales ya estaban desde hace tiempo en algunos colegios de este municipio, pero al pictograma de un niño y un padre despidiéndose desde el coche lo acompañaba el texto de 'Kiss and Go' ('Un beso y adiós' en inglés). Se escogió porque La Línea de la Concepción limita con Gibraltar.

Que se señalizara con un anglicismo no sentó bien a los linenses, como recuerda en un tuit que se ha hecho viral Fran Martínez, periodista de Relevo y natural de esta localidad gaditana. Así que las nuevas señales indican 'Un besito y a juí'. Juí, referido a "huír" en castellano.

En catalán, en gallego y ahora en gaditano. La Línea de la Concepción no es el único municipio que ha adaptado al idioma local esta señal tan entrañable. En Sabadell llevan implantadas en varios colegios desde 2018 y en ellas puede leerse 'Petó i adéu', como también lo hacen en Esparraguera con idéntico texto. En el colegio de A Lomba, en Villagarcía de Arosa (Pontevedra), estas señales indican 'Bico e vai'.

Más allá del idioma, son varias las ciudades que han regulado el estacionamiento en colegios con esta señal: su germen es una iniciativa internacional enmarcada en programas para mejorar el espacio de los entornos escolares y su seguridad. Por ejemplo también las encontramos en Kingston (Australia) y Bratislava (Eslovenia).

En España, León ha sido una de las últimas ciudades en sumarse a esta iniciativa: la suya la estrenó en verano, en la intersección entre dos céntricas calles junto al Colegio del Sagrado Corazón Carmelitas. Pero igualmente las encontramos en centros educativos de Valencia, Logroño, Torrelavega o Madrid. En estas dos últimos urbes, por cierto, la señal indica 'Kiss & Go', en inglés.

¿Funcionan la plazas de 'Un beso y adiós'? La señal en sí impide aparcar en estas plazas excepto para breves paradas, de uno o dos minutos según regule cada consistorio. Por ello incluye la señal R-308 que es la que indica la prohibición de aparcar. Utilizar indebidamente estas plazas se multa como cualquiera que va reservada (por ejemplo las zonas de carga y descarga): 200 euros o 100 euros con reducción.

A priori este tipo de plazas beneficia a los usuarios, ya que impide que se formen atascos por coches en doble fila o estacionamientos indebidos, que además pueden comprometer la seguridad.

Pero uno de sus principales problemas es el espacio disponible. En esta 'Supermanzana' de La Línea las calles en las que se ha implantado son ahora de un único sentido, lo que permitirá recuperar según el consistorio 80 plazas de estacionamiento. De las mismas, se entiende, algunas están destinadas a estas zonas de parada y adiós. Pero en la de León, dado que están en una pequeña isla únicamente caben tres coches en línea.

En Madrid, al acompañarse de cierres parciales de las calles, suponía un problema para los residentes: tenían que solicitar permiso para salir de sus residencias en plena hora punta. De hecho en la capital la medida piloto se revirtió en septiembre del año pasado, aunque eso también ha supuesto críticas de padres y asociaciones vecinales.

Sea como fuere, cada vez son más populares estas plazas restringidas que, si están bien diseñadas, mejoran la vida tanto de residentes como de los padres que llevan a sus hijos al colegio en coche.

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