Los gatos, ya sean callejeros o no, pueden usar los coches para refugiarse. Normalmente pasa con bajas temperaturas, en invierno, pero también en primavera en época de cría, cuando llueve o incluso en verano a la sombra de sus bajos. Ha sido el caso de esta gatita que acaban de rescatar del vano motor de un coche tras recorrer más de 60 km atascada en su interior.
Pero, ¿qué podemos hacer si nos topamos con que un gato se ha quedado atrapado bajo el capó de nuestro coche? Y es que no sólo el animal puede sufrir graves lesiones o incluso morir: también nuestro coche puede sufrir daños.
Mejor prevenir que curar: las situaciones más habituales y cómo evitar males mayores
Hay varios sitios del coche donde se suelen refugiar los gatos: en los pasos de rueda sobre el neumático, bajo el capó en el vano motor, en la zona de escape, en la suspensión o meramente bajo el coche.
Comprueba tu coche antes de arrancar. Tras noches de bajas temperaturas, o bien tras una fuerte lluvia o tormenta, aumenta el riesgo de que un gato pueda haber usado nuestro coche como refugio. También en verano, pues se resguardan a la sombra de los bajos en un coche aparcado.
Si estas situaciones le añadimos que aparcamos en una zona donde proliferan los gatos callejeros o bien en áreas residenciales donde es habitual que los gatos domésticos campen a sus anchas, aumentan las posibilidades de que esto ocurra.
Así, si se cumplen estas variables, no está de más comprobar si un gato se ha colado en nuestro coche o bien está durmiendo sobre una rueda o bajo él. Si bien lo normal es que se escabullan si nos oyen acércanos al coche o abrir la puerta, pueden estar dormidos, o sufrir sordera, y no advertir nuestra presencia:
- Da unos golpes en el capó: el gato se asustará y saldrá de su escondrijo. Así lo recomiendan y recuerdan habitualmente autoridades como la Policía Nacional o la Guardia Civil.
- Comprueba las ruedas y los bajos del coche: mira en los cuatro pasos de rueda, así como debajo del coche por si hubiera un animal dormitando. Si es el caso, lo aconsejable es hacer ruido para espantarlo como por ejemplo tocar repetidas veces el claxon, golpear el techo o bien abrir y cerrar con fuerza las puertas varias veces.
¿Y si el gato está atrapado bajo el capó?
En ocasiones el animal, o animales, puede quedar atrapado en el vano motor. Y aquí es donde podemos toparnos con un mayor problema, tanto para el gato como para la mecánica de nuestro coche.
Si oímos maullidos tras arrancar el coche, seguramente un gato estará atorado en el vano. Si bien por ejemplo Mapfre señala que en estos casos podemos intentar sacar al animal por nuestros propios medios, lo más recomendable es pedir ayuda a las autoridades para que se ocupen de esta tarea.
Y es que el gato puede revolverse y atacarnos, pero también podemos igualmente dañarlo o que los males para el coche sean peores.
Llama al 112. Si nos ponemos en contacto con emergencias, nos explicarán cómo proceder. También si llamamos a una protectora de animales, por ejemplo. Normalmente serán los bomberos quienes se ocupen de sacarlo minimizando daños, o bien autoridades municipales de protección animal. Todo depende de la zona en la que residamos.
¿Nos puede costar dinero? Depende. Hay normativas locales que exigen computar un coste por este tipo de rescate. Por ejemplo en Salamanca, el señalado reciente caso de un gato doméstico atrapado en el vano motor de un coche exigía para ello más de 100 euros según lo contempla la Ordenanza Municipal de la ciudad.
O si llevan el coche a un taller, igualmente nos pueden cobrar por el servicio: traslado en grúa y lo que realice el taller para sacarlo. Y dependiendo de la póliza que tengamos, el seguro cubrirá este gasto o no. Mapfre por ejemplo sólo menciona posibles gastos por avería, pero no los del rescate en sí.
Para el animal puede ser fatal, pero para tu coche también
Un gato atrapado en la mecánica de un coche puede sufrir quemaduras, arañazos o incluso asfixia si ponemos en marcha el vehículo y circulamos con él. Si bien hay gatos que han sobrevivido en esta situación tras cubrir largas distancias, como este que viajó de polizón entre Girona y Barcelona, lo más probable es que pueda resultar herido o incluso fallezca.
Por otro lado, igualmente puede provocar averías en el coche. Por ejemplo, si queda atrapado en la correa de distribución, en el ventilador o en el radiador del coche. Y se puede dar el caso que los pelos del animal acaben dentro del motor, lo que puede provocar daños que pueden ser irreparables.
Por ello, mejor primero comprobar que tenemos un gato dentro del vano y, dado el caso, no arrancar el coche y solicitar a las autoridades competentes que lo rescaten.