Es verano, hace buen tiempo y pasamos más ratos fuera de casa. Eso incrementa los desplazamientos y dispara las posibilidades de que nos encontremos con un radar en carretera. O no, porque hay algunos que ni siquiera vemos.
Vamos a repasar qué son los radares móviles, dónde se colocan y cómo nos vigilan la velocidad sin que en la mayoría de los casos nos demos cuenta de quién nos ha hecho una foto, hasta que nos llega a casa en forma de multa..
Radares móviles
Soporte: instalados sobre vehículos adaptados para portar cinemómetros, ya sean coches, monovolúmenes o furgonetas.
Tipo de instalación: móvil, sobre vehículos, ya sean estos vehículos logotipados (identificados como policía y otros organismos) o no.
Cuerpos que lo utilizan: desde la DGT en autopistas y autovías hasta los cuerpos de policía autonómica o incluso local dentro de cada municipio.
Alcance: el alcance de los radares móviles es similar al de los radares fijos, pues su instalación es fija durante el tiempo que controlan la velocidad de un punto concreto. Su alcance difícilmente superará los 100 metros.
Margen de error: el margen de error para los cinemómetros con una instalación móvil es del 7%.
Aplicaciones que pueden detectarlo: los detectores o inhibidores de radar están prohibidos; los avisadores sí se pueden utilizar. Podemos recurrir a aplicaciones de conducción social como Waze que recogen las notificaciones de otros conductores avisando de un radar móvil, aunque la DGT se opone frontalmente al uso de estas aplicaciones.
Para aquellos que se decidan a usar inhibidores la sanción es de 6.000 euros y la retirada de seis puntos. Los detectores por su parte conllevan una sanción de 200 euros y la retirada de tres puntos del carnet.
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