Acaba de llegar la primavera y ya lo estamos notando. Además de tener más horas de luz al día, las temperaturas han subido lo suficiente como para quitarnos la chaqueta y obligarnos a poner el aire acondicionado del coche o bajar la temperatura del climatizador, especialmente en las horas centrales del día.
Lo normal es que nos olvidemos del aire acondicionado durante los meses de invierno y nos acordemos de él ahora que llega el calor. En los coches que solo tienen aire acondicionado no suele encenderse en la temporada más fría del año y en los modelos con climatizador automático es poco probable que alguien seleccione una temperatura inferior a los 22 grados, por lo que el aire acondicionado no trabaja.
No lo dejes para julio
Entonces aparece el calor de repente y hay quien se lleva una sorpresa desagradable: el aire acondicionado no funciona. Y no hay que esperar al verano y sus temperaturas extremas para llevarse este susto, basta con montarse en el coche después de comer cualquiera de estos días tras haberlo dejado aparcado en plena calle y al sol para sentir la necesidad de poner en marcha el aire acondicionado.
Conviene recordar que no es necesario recargar el aire acondicionado cada verano, ni cada año. Es un circuito cerrado que no debería perder el gas refrigerante, pero, especialmente con el paso del tiempo, puede tener fugas y perder parte del gas y no enfriar suficiente. O directamente perder todo el gas y no enfriar.
También puede haber problemas eléctricos, como la rotura de algún relé, fusible o hasta el compresor. Incluso puede que el filtro del habitáculo esté tan sucio o taponado que el aire frío no llegue al interior del vehículo. Por eso se recomienda llevar un correcto mantenimiento de este componente y limpiarlo o cambiarlo cuando toque.
En caso de haber una fuga o un problema eléctrico, el problema es más grave y tocará pasar por el taller. Pero todo puede ser peor si este problema aparece en pleno verano, cuando a los talleres se les acumula el trabajo relacionado con el aire acondicionado y hay que esperar varios días para obtener una cita, ya sea para diagnosticar por qué no funciona el aire o para recargarlo si el circuito tiene una pequeña fuga y obliga a reponer el gas cada cierto tiempo.
Bien es verdad que existen kits de recarga de aire acondicionado en tiendas especializadas e internet que permiten recargarlo sin necesidad de acudir a un taller. Pero lo recomendable es que lo haga un profesional.
La mayoría de talleres son capaces de detectar averías en el sistema de aire acondicionado y arreglarlas, incluyendo la recarga. Todos ellos trabajan con el aire acondicionado R134A que llevaban los coches hasta 2013 y con el R1234YF que incorporan desde esa fecha, que es menos contaminante, pero más caro.
El que ya no se usa es el R12 (Freon) que llevaron los coches hasta 1992 (desde 2021 no se puede producir ni distribuir); en los modelos que utilizaban originalmente este gas hay que adaptar el circuito para que funcione con R134A.
Lo malo es que, como todo en los últimos años, el precio del gas R134A y el R1234YF se ha disparado, por lo que recargar el aire acondicionado del coche es mucho más caro. Por supuesto, todo depende del taller donde se lleve a cabo la recarga, pero los precios se sitúan entre los 50 y los 250 euros.
Siempre será más caro en los coches con gas R134YF. Y en caso de haber avería la broma puede mucho más cara, puesto que cambiar un deshidratador puede costar desde unos 150 euros y cambiar el compresor del aire acondicionado puede costar entre 500 y 900 euros.
Por lo general, en los talleres de mecánica rápida es más barato recargar el aire que en los servicios oficiales. Además, estos talleres suelen hacer ofertas, especialmente ahora que se acerca el verano, por lo que estamos en el momento más recomendable para recargar el aire acondicionado, tanto por precio, como por evitar varios días de espera para conseguir una cita.
La factura final es más elevada si, además de la recarga, se limpia el circuito del aire acondicionado o se lleva a cabo un tratamiento anti bacteriano con el que, además, se sustituye el filtro del habitáculo.