Han pasado 45 años desde que la primera rotonda, o glorieta, se construyera en España pero, ¿sabemos circular correctamente por ellas? La DGT recuerda cómo hacerlo dando las claves para entrar, discurrir o salir y qué carriles se han utilizar en estas intersecciones giratorias.
Lo cierto es que en las rotondas, pese a que se suele ir a una velocidad baja por las mismas, el número de siniestros sigue siendo elevado a día de hoy.
Según un informe de Automovilistas Europeos Asociados, el 10 % de los accidentes con víctimas se producen en las glorietas: entre 2015 y 2019 se registraron 45.000 siniestros, con un saldo total de 317 fallecidos y más de 58.000 heridos graves.
Qué es una rotonda y qué tipos hay
Lo primero que hay que tener claro es que en una rotonda no se aplica la prioridad de paso a la derecha genérica: la prioridad la tienen siempre los vehículos que circulan en su interior en su caso, por eso la entrada va precedida de un ceda al paso.
Esto se aplica siempre a menos que, por ejemplo, esté regulada por semáforos para ordenar su circulación.
Según el Reglamento General de Circulación, Real Decreto 1428/2003 de 21 de noviembre, una rotonda se define como plaza de circulación giratoria. Siempre está precedida e indicada con señal R-402, que es circular de fondo azul y tres flechas blancas formando un círculo que indica el sentido obligatorio giratorio que deben seguir los vehículos.
No obstante, estas intersecciones, por su geometría y características, pueden ser de varios tipos, siendo las más frecuentes:
- Rotondas convencionales: constan de una isleta central (dotada de bordillos) de 4 m o más de diámetro y generalmente de entradas abocinadas (se amplían a al menos dos carriles) para permitir la entrada de varios vehículos. Suelen tener varios carriles, de dos a cuatro por regla general. Las más efectivas según la DGT, son las tres carriles.
- Miniglorieta: su isla central es inferior a los 4 m y puede tener entradas abocinadas o no. Este tipo de rotondas las encontramos normalmente en intersecciones urbanas con problemas de capacidad o de seguridad. Por tanto suelen están regladas a un máximo de 50 km/h o menos con la nueva normativa de límites de velocidad urbanos.
- Glorieta doble: está compuesta por dos glorietas normales, o miniglorietas, contiguas o conectadas por un tramo de unión o por una isleta alargada materializada por un bordillo. Suelen disponerse para unir dos carreteras paralelas separadas por un obstáculo lineal (por ejemplo las vías del tren), para acondicionar intersecciones separando giros a la izquierda, en intersecciones asimétricas o en glorietas habitualmente congestionadas (aumenta su capacidad). Pueden tener más de cuatro carriles.
- Turborrotonda: a diferencia de las anteriores, en su caso cada carril lleva a una salida distinta y específica. Por lo tanto, guían a los vehículos en su interior. Este tipo de intersecciones giratorias se estrenaron a finales de los 90 en Países Bajos y a España llegaron hace 10 años.
- Rotondas con semáforos: en ocasiones las glorietas van reguladas por semáforos si se detecta que no distribuye correctamente el tráfico, ya sea por que suele tener mucho volumen de vehículo o por un reparto desequilibrado entre sus entradas. Los mismos se ubican en sus entradas, ya sea en algunas o todas.
- Rotondas partidas: en realidad no pueden ser consideradas glorietas en sentido funcional. En la misma dos tramos —generalmente opuestos— se conectan directamente a través de la isleta central, por lo que el tráfico que pasa de uno a otro no la rodea. Puede estar señalizadas o no, si no existe señal, tiene siempre prioridad el de la derecha.
Además, más allá de su tipología, estas intersecciones puede estar ubicadas en carreteras urbanas, periurbanas (a la entrada de una zona poblada o urbana) o interurbanas (intersección entre carreteras).
Cómo se debe circular por una rotonda
Una vez conocidos los tipos de rotondas, entramos en materia: ¿cómo se debe entrar, discurrir y salir de una glorieta? La clave en esencia está en utilizar correctamente los carriles. Algo que según la DGT, no tienen claro la mayoría de conductores, pues afirma que el 75 % de los mismos no sabe usarlos bien.
Entrar a una rotonda
Dado que la preferencia de paso en una rotonda la tienen los vehículos que circulan en su anillo, es lo primero que deberemos cumplir: así al aproximarse a las mismas se deberá reducir la velocidad o incluso detener el coche si es necesario hasta que sea seguro acceder.
En ocasiones, hay elementos que pueden impedir la visibilidad, por ejemplo otro vehículo situado en otro carril de acceso, o si por ejemplo el mismo tiene pendiente (cambio de rasante). En estos casos hay que detener el coche siempre antes de entrar.
Acceder a una rotonda es uno de los momentos más críticos en este tipo de intersecciones: según un estudio de la compañía de seguros AXA, el 54 % de los accidentes en rotondas se producen en esta situación.
Circular por dentro de una glorieta
Tras acceder a la rotonda, la DGT señala que es básico tener en cuenta que por regla general y siempre que esté libre, se debe utilizar el carril exterior (el más situado a la derecha), mientras que el resto ha de usarse para adelantar.
No obstante, en las glorietas urbanas está permitido circular por el que más convenga al destino (primera salida, segunda, tercera etc.).
Es decir que si por ejemplo se va a salir de la rotonda en la primera salida, lo más recomendable es utilizar el exterior, mientras que si se va a cambiar de sentido o abandonar la rotonda por las últimas salidas, lo aconsejable es utilizar los interiores de haberlos, sobre todo si se trata de intersecciones muy transitadas.
Sea como fuere, no hay que confundir circular en el interior de la rotonda con salir de las mismas, que siempre ha de hacerse desde el carril exterior.
Según Tráfico, el 68% de los automovilistas se posiciona en carriles inadecuados.
Por otro lado, tampoco se suele señalizar correctamente: una práctica habitual es activar el intermitente izquierdo para indicar que no se va a abandonar la rotonda por la salida o salidas inmediatas, lo que es incorrecto. Algo que la DGT afirma hace un 30 % de los conductores.
Cuando se circula en el interior una rotonda, solo se debe activar el intermitente cuando se cambia de carril o para indicar que se sale de ella.
Salir de la rotonda
La regla máxima que rige la salida de una rotonda es que ha de hacerse obligatoriamente por el carril exterior: como normal general no se puede abandonar la misma desde cualquiera de los interiores pues la 'cruzada' desde los carriles interiores, puede provocar una colisión con otros vehículos.
Es decir que si se circula en los carriles interiores, antes de tomar de salida hay que cambiarse al exterior o irse posicionando hasta llegar al mismo, algo que se indicará al resto de usuarios mediante el uso del intermitente.
Por otro lado, también es obligatorio señalizar con el intermitente (derecho) que se va a salir de la rotonda, para que el resto de los usuarios sepa con antelación que se va a realizar esta maniobra.
¿Y qué debemos hacer si no nos da tiempo a efectuar el cambio de carril con seguridad pues circulan otros vehículos? Pues lo que se recomienda es que se de otro giro, o giros, para buscar la colocación adecuada.
Según la DGT, el 45 % de los usuarios sale de una rotonda desde el carril o carriles interiores y el 15 % "traza rectas" en las mismas.
Multa de 200 euros
No discurrir correctamente por una rotonda se considera una infracción grave según detalla el Artículo 76.c de la Ley de Seguridad Vial y Tráfico:
Incumplir las disposiciones de esta ley en materia de preferencia de paso,
adelantamientos, cambios de dirección o sentido y marcha atrás, sentido de la circulación, utilización de carriles y arcenes y, en general, toda vulneración de las ordenaciones especiales de tráfico por razones de seguridad o fluidez de la circulación.
Entre los mismos por tanto está el no respetar la preferencia de los que están en su interior o abandonar la rotonda por un carril que no sea el exterior (a excepción de las turborrotondas).
La multa genérica para infracciones graves es de 200 euros. Además, en caso de que por ejemplo no se respete un ceda al paso a acceder a la rotonda, se puede sumar además la detracción de cuatro puntos, pues supone infringir uno de los preceptos que restan puntos el carnet:
Incumplir las disposiciones legales sobre preferencia de paso, y la obligación de detenerse en la señal de stop, ceda el paso y en los semáforos con luz roja encendida.
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