El Renault 12 no es un coche clásico apreciado en Estados Unidos, pero si se trata de uno de los poquísimos Renault 12 eléctricos estadounidenses, un vehículo que utilizó la NASA en los años 70, la cosa cambia. Y hace unos meses, un coleccionista neoyorquino y fan de la marca francesa encontró una rarísima versión eléctrica de la berlina francesa. De hecho, es la única superviviente conocida de esa época, al menos en Estados Unidos.
Lo más curioso de todo, como cuenta en su página Facebook, no es que hay ido detrás de esa unidad siguiendo sus pistas, con un trabajo de investigación, ni tampoco se trata de un barnfind (coche escondido o abandonado en un granero). La historia es mucho más sencilla, casi prosaica frente a algunos barnfind épicos. Lo vio anunciado a la venta. Así de sencillo.
Siendo fan de ese modelo y pudiendo conseguir una unidad tan extraña y con valor histórico para Estados Unidos, no se lo pensó dos veces y se lo compró. Eso era a principios del mes de febrero. Como explica, recastó este “unicornio” en el estado de Georgia donde había estado circulando hasta poco. Y aunque la pintura estaba bastante desgastada, era la original como casi todo en el coche.
En 1973 estalla la guerra del Kippur, que enfrenta Israel a Egipto y Siria. Para apoyar a los dos países árabes, los países productores de petróleo deciden cerrar el grifo del oro negro para forzar occidente a tomar posición contra Israel. La consecuencia es un precio de la gasolina por las nubes y que obliga a muchos países a replantearse su relación con el consumo de petróleo. Es la primera crisis del petróleo.
"No tenemos petróleo, pero tenemos ideas"
Los gobiernos de los diferentes países ponen en marchas políticas para reducir su consumo, entre ellas la instauración de limites de velocidad en las autopistas (sí, inicialmente fue para obligar a un consumo menos y no por seguridad), e incentivan la búsqueda de soluciones de movilidad alternativas. Y es cuando se vuelve a hablar del coche eléctrico, un concepto abandonado desde los años 20.
El Departamento de Energía de Estados Unidos inició varios programas de vehículos eléctricos para estimular su desarrollo. Se alentó a las empresas con grandes flotas a utilizar vehículos eléctricos tanto como fuera posible. Es en ese contexto que nació Electric Vehicle Associates o EVA.
Esta empresa de la zona de Cleveland, Ohio, funcionó de 1974 a 1982, y era conocida por convertir coches de gasolina en coches eléctricos. El retrofit tan de moda ahora, resulta que tampoco es una novedad. Produjeron varios modelos, incluyendo una camioneta pequeña, autobuses, un Ford Mustang, un Ford Fairmont, una camioneta AMC Pacer (bautizada con humor “Change of Pace”) y un Renault 12, bautizado Metro, y que presentaban como un “luxury sedan” o berlina de lujo.
En los años 70, tras un desarrollo congelado durante varias décadas, el coche eléctrico era poco más que ciencia ficción. Quizá por eso la NASA recibió el encargo de probar toda una serie de coches eléctricos, ya fuesen comercializados o prototipos, para ver si podrían sustituir a los coches de gasolina en el país de los drive-in, de los drive-thru y de la Ruta 66.
En el panel de coches que probaron los científicos de la NASA, había alguna furgoneta, un curioso deportivo, un Renault 5 convertido en eléctrico y dos Renault 12 EVA Metro (uno marrón y otro blanco que terminaría contra un muro en una prueba de choque). Las pruebas de la NASA consistían en determinar la autonomía de esos coches en función de su velocidad, pero también en ocasiones probar nuevas baterías, como las de zinco-níquel desarrolladas por la propia NASA.
Hasta 96 km de autonomía
El EVA Metro contaba con 16 baterías de tracción de plomo-ácido de 6 voltios que animaban vía un convertidor un motor de 10 kW (13,6 CV). Disponía de frenos de disco delante y tambores detrás, pero carecía de frenada regenerativa. Curiosamente, contaba con un cambio automático de tres relaciones.
El fabricante aseguraba que las baterías tenían una vida útil de 45.000 km. El pack de baterías se podía recargar en una noche en una toma de 110 V (el estándar en Estados Unidos).
El coche pesaba 1.429 kg, cuando un R12 de serie pesaba unos 900 kg. Lo que explica el aspecto racing y bajo de este R12 que conservaba los muelles y amortiguadores de origen.
EVA consideraba que tenía una autonomía de hasta 96 km, siempre y cuando se acariciase el acelerador en lugar de pisarlo. La velocidad máxima era de 90 km/h, en teoría. Porque no quiero imaginar lo que le debía costar al pequeño motor de 13 CV mover los 1.500 kg del coche y su conductor. De hecho la aceleración de 0 a 45 mph (72 km/h) era de 27 segundos.
Se dice que EVA tan sólo convirtió 12 unidades, que fueron vendidas tanto a clientes particulares como a empresas. De esas 12 unidades, siete fueron vendidas a la Provincia del Manitoba, Canadá, para su parque de vehículos oficiales en 1975. Dos de esas terminaron en universidades y las otras cinco fueron con el paso del tiempo subastadas a cliente particulares.
En cuanto a esta unidad, el autor pensaba restaurarlo con las baterías de la época, pero finalmente instalará, asegura, baterías de Tesla para poder usar el coche con algo de tranquilidad en términos de autonomía.
Fuente | Renault 12 USA
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