El que se compra un Volkswagen Golf R Cabrio, por norma general no lo hace en busca del coche más efectivo del mercado en conducción deportiva. En ese caso debería optar por la versión cerrada con tracción 4Motion o incluso esperar a la llegada del nuevo Volkswagen Golf R con sus magníficos 300 caballos de potencia y también tracción a las cuatro ruedas.
Lo que si busca el comprador de un coche como este es tener el Golf más exclusivo de todos, y sin duda lo consigue. 265 caballos bajo el pie derecho deberían incitar a llevarlo siempre a un ritmo alto haciendo gala de la R que sirve como apellido a este coche. Pero ¿realmente estamos ante un coche deportivo?
Como viene siendo habitual en la mayoría de nuestras pruebas, hemos puesto a prueba el coche tanto entre el tráfico urbano como en autopista y autovía e incluso en carreteras de curvas. En ciudad el Golf R Cabrio demuestra niveles de suavidad y confort muy cercanos a los de cualquier otro Golf.
Basta con seleccionar el modo de suspensión Confort en el botón situado delante de la palanca de cambios para que, a pesar de sus llantas de 19 pulgadas y de unas suspensiones que deberían ser más duras que las del resto de la gama, el conjunto se encargue de absorver las irregularidades del terreno.
El motor 2.0 TSi puede llegar a parecer perezoso en la zona más baja del cuentarevoluciones. En uso normal, siempre y cuando no pisemos el acelerador más de la cuenta, el coche se comportará de una forma muy neutra, con suavidad y metiendo una tras otra las marchas de la caja DSG sin ningún tipo de tirones incómodos.
En modo automático D el coche acelera con delicadeza y en nada de tiempo verás como estás rodando en cuarta o quinta a ritmos legales en zonas urbanas. La dirección es directa, precisa y transmite un tacto muy agradable. Rodando con el coche así, poco tiene que envidiar a un Golf cualquiera de esos que ocupan las vallas publicitarias con precios bastante atractivos.
Pero todo cambia si decides hacer una conducción un poco más impetuosa, usando por ejemplo el modo S de la caja de cambios o jugando con las levas del cambio DSG fijas en el volante. Basta con acelerar con fuerza y el coche te delita con un sonido que parecía escondido cuando rodabas premiando el confort, así como con aceleraciones y sensaciones más que divertidas.
Hace 0 a 100 km/h en sólo 6,4 segundos. Vale que no son cifras de superdeportivo, ni rebaja demasiado en más de un segundo los 7,3 segundos que tardaba en hacer la misma operación el Golf GTI Cabrio de esta sexta generación, pero es más que suficiente como para dejar atrás a casi cualquier coche en los semáforos. A pesar de lo que me habían dicho, el coche tracciona bastante bien si el firme está en buenas condiciones y somos capaces de dosificar mínimamente la potencia con el pedal derecho.
El diferencial XDS se encarga, cuando llegan las pérdidas de tracción, de mover la fuerza entre una y otra rueda, y sólo cuando lo conduje en condiciones de lluvia eché en falta la tracción integral 4Motion de su hermano cerrado. El XDS No funciona ni de lejos como un diferencial mecánico, pero algo es algo.
En cuanto a los consumos, en ciudad se sitúan un poco por encima de lo que nos tienen acostumbrados los coches de su segmento hoy en día. Es fácil pasar de los 12 l/100 km entre otras cosas porque no tiene "moderneces" como el Start/Stop tan de moda últimamente.
En carretera
Circulando con el Golf R Cabrio en carretera amplia abierta y cómoda, lo primero que te llama la atención es que el motor empuja mucho desde la zona media. Salvo en la parte más baja, estamos ante un motor muy lleno en toda la banda de revoluciones, pero es a partir de 3.000 RPM cuando realmente se nota el poder del turbo y dónde empiezas a sentir que realmente llevas algo medianamente potente entre manos.
Siempre que lo lleves de 3.000 RPM hacia arriba, tendrás potencia más que suficiente como para recuperar con facilidad y mantener ritmos de crucero altos. Aunque lo dejes bajar de vueltas, gracias a los 350 Nm que entrega desde 2.500 RPM de forma constante hasta las 5.000 RPM las recuperaciones son bastante dignas, aunque no comparables con otros coches de su mismo precio.
En el Golf R Cabrio no debes esperar quedarte pegado al asfalto por mucho que pises el acelerador con ganas y que el cambio DSG baje un par de marchas seguidas. No, esto es un Golf R Cabrio y si quieres prestaciones cercanas a las de un superdeportivo este no es tu coche. Además el funcionamiento del turbo, aunque se hace notar, es bastante progresivo en toda la banda de revoluciones.
En carretera vuelve a destacar el confort general que ofrece el conjunto. No es el Golf más blando de todos, pero sinceramente tampoco lo he notado mucho más duro que un GTI. El conjunto peca de un puntito de falta de rigidez, sobre todo si lo comparas con la versión cerrada, pero es algo lógico tratándose de un Cabrio. Nada que no esperásemos.
Con la capota cerrada, el sonido del motor no se cuela en exceso en el habitáculo. Es más, salvo que demuestres que quieres hacer conducción deportiva, el coche no te deleitará con esas pinceladas de sonido ronco y grave que sí escuchas cuando, con el cambio en modo Sport, tu o el cambio automático DSG mete una marcha tras otra. Es entonces cuando emite pequeños petardeos que te despiertan del letargo y te recuerdan que estás al volante de un Volkswagen R.
Para descapotarlo basta con usar el mando situado en en túnel central. En 9 segundos estarás descapotado y comenzarás a sentir cómo la protección aerodinámica, al tratarse de un cuatro plazas, no es su punto fuerte. El viento se cuela inevitablemente en el habitáculo cuando viajas descapotado y sobre todo los pasajeros de las plazas posteriores notarán como inevitablemente llegan despeinados al destino.
La parte positiva de todo esto es que después de un par de viajes, nadie más te pedirá que le lleves en las plazas traseras y podrás montar, en el espacio que estas ocupan, el paravientos que llevas guardado en el maletero y que evita por completo que el viento moleste a los ocupantes de las plazas delanteras. Con el puesto, es como ir en un biplaza.
Los consumos en carretera se moderan considerablemente respecto a los que estábamos haciendo en ciudad, de forma que acercarse a los 8 l/100 km no es ni mucho menos una misión imposible.
Transmite más ligereza de la real
Cuando probé el Volkswagen Scirocco R y lo comparé con el Golf R, uno de los puntos que más me gustó del primero era que era tenía un tacto más ágil y dinámico que el Golf. Uno de los motivos principales, lo encontramos en que el Golf R cerrado lleva tracción 4Motion y eso le lastra fijando un peso de 1.521 kilos.
Pero ojo porque el Golf R Cabrio es todavía más pesado, a pesar de renunciar a la tracción 4Motion. Pesa 1.614 kilos, casi cien más que la versión cerrada, pero he de decir que la puesta a punto del conjunto es tan buena que se nota más ligero de lo que realmente es. Transmite sensación de agilidad y en este sentido me recordó más al Scirocco R que al Golf R.
Esa agilidad de la que hablamos, unida a un aplomo en curvas excelente, te anima habitualmente a enlazar curvas, jugar con las levas del cambio de marchas y permitirte un capricho disfrutando de las sensaciones que sólo los descapotables potentes con capaces de transmitir.
Con la suspensión adaptativa en modo Sport, el coche se vuelve suficientemente duro como para tener la carrocería siempre bajo control. La trasera en los apoyos fuertes es algo juguetona, pero no demasiado como para transmitir falta de confianza. Lo que realmente transmite es diversión y eso se agradece.
El cambio DSG funciona de maravilla y el tacto de las levas es sencillamente perfecto. Mientras en modo Normal es práctico, en modo Sport todavía no entiendo cómo era capaz de predecir lo que quería hacer en cada momento para insertar la marcha que yo hubiese insertado.
Creo que Volkswagen ha hecho un gran trabajo a la hora de poner a punto las cajas DSG para los coches deportivos del grupo, que incluso hacen automáticamente esas reducciones que son complicadas de esperar en un coche automático deportivo.
Tuve ocasión de conducirlo por carreteras de curvas durante un soleado domingo, y el coche me transmitió muy buenas sensaciones. Me gusta subirlo de vueltas y sentir como por muy rápido que entres en las curvas, el conjunto no se mueve de la trazada salvo que vayas más rápido de lo recomendable.
A pesar de que como ya he dicho se siente ligero, los kilos están ahí y no hay que esforzarse demasiado para sobrecalentar los frenos. Es uno de los putos debiles de un conjunto que, tengo que decirlo, me ha sorprendido gratamente.
Muchos os preguntaréis si no tiene demasiada potencia para ser trasladada al eje delantero. Sinceramente en una buena carretera de curvas, sólo notarás que el coche no es capaz de transmitir los 265 caballos al asfalto si te pasas demasiado con el acelerador a la salida de las curvas, pero en general la luz del control de tracción no se muestra tanto como en un principio me esperaba. Esto es así en la mayoría de los tracción delantera de más de 200 caballos y en este sentido apenas noté diferencias respecto a los GTI.
A favor
- Motor muy lleno
- Caja de cambios DSG
- Exclusividad
- Discreción del conjunto
En contra
- Precio elevado
- Fatiga del sistema de frenos en conducción deportiva
- Algunos plásticos duros del interior
- Diferencias de prestaciones mínimas respecto al GTI Cabrio
Valoración general
Aunque el precio del Golf R Cabrio me parece un tanto desmesurado a pesar de tener un equipamiento muy completo y de que a nivel de comportamiento me ha sorprendido para bien, considero que es un coche únicamente pensado para esos incondicionales del Golf que quieren tener en su garaje el más exclusivo de la sexta generación. Y es que como decía, el conjunto va muy bien por varios motivos. El motor se nota muy lleno, el cambio DSG es una delicia tanto en conducción urbana como en conducción deportiva, los consumos no son desmesurados y el sonido, aunque deportivo, es bastante discreto. Pero sinceramente los 265 caballos del motor 2.0 TSi no marcan tanto como deberían la diferencia respecto a su mayor enemigo, el propio Golf GTI Cabrio de sexta generación. Éste con 210 caballos de potencia ya es capaz de transmitirte unas sensaciones casi igual de deportivas que nuestro protagonista, aunque eso si, con un escalón menos en cuanto a prestaciones puras y duras. Si quieres un Golf Cabrio rápido y cargado hasta arriba de equipamiento (la única opción disponible es la regulación de las luces de carretera), este puede ser tu coche. En cambio si lo que quieres es un coche con el que emocionarte en cada aceleración, en cada apurada de frenada o dando gas a la salida de esa curva por la que cada día tratas de pasar un poco más rápido, te recomiendo que te busques otra opción.Ficha técnica
Cilindrada: 1.984 cm³
Motor: 4 cilindros turbo (265 CV)
Par máximo: 350 Nm CEE desde 2.500 a 5.000 RPM
Peso en vacío: 1.614 kg.
Velocidad máxima: 250 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 6,4 s
Transmisión: Automático secuencial DSG de 6 velocidades
Tracción: Delantera
Consumo urbano: 11 l/100 km
Consumo extraurbano: 6,5 l/100 km
Consumo mixto: 8,2 l/100 km
Combustible: Gasolina
Capacidad del depósito: 55 litros
Capacidad del maletero: 250 litros
Precios del Golf R Cabrio
Versión probada (sin extras)
Volkswagen Golf R Cabrio: 50.490 euros
El coche para esta prueba ha sido prestado por Volkswagen. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
En Motorpasión | Volkswagen Golf R Cabrio, prueba (Parte 1)