El nuevo Toyota Land Cruiser ya está rodando por nuestras calles y carreteras, un vehículo todo terreno que se lleva fabricando desde 1954 (conserva filosofía y nombre). Desde 2003 no ha sufrido grandes cambios y ya era hora de que se renovara este clásico del 4x4.
Su aspecto exterior no se ha modificado mucho, aunque si se ha refrescado un diseño que llevaba entre nosotros unos siete años. Si lo comparamos con el modelo al que sustituye, vemos que estrena nuevo diseño en sus faros delanteros y traseros, y pequeños detalles en los laterales.
Respecto al Toyota Land Cruiser 2009, las dimensiones han crecido ligeramente, ahora es 12 cm más largo y 1 cm más ancho, con una altura libre al suelo de 21 cm y medio y con la posibilidad de vadear hasta 70 cm de profundidad.
Exterior
Tan sólo se han modificado pequeños detalles de la carrocería como la integración de los faros antiniebla en el paragolpes delantero, los intermitentes en los retrovisores, manteniendo el diseño de las llantas y disponiendo de LED para las luces traseras.
En la zaga se mantiene la rueda trasera exterior, colgada del gran portón. Como novedad, este portón incluye nuevos compartimentos en su interior, para llevar las herramientas básicas y para poder guardar alguna cosa más. Mantiene la misma batalla que el anterior Toyota Land Cruiser, por lo que el interior es muy similar en espacio (por no decir el mismo).
Interior
Entrar en este Toyota Land Cruiser resulta fácil pese a su altura, las agarraderas están bien colocadas y ayudan a “auparse” hasta los enormes sillones delanteros. En la carrocería de dos puertas, el paso a las plazas traseras sigue siendo igual de incómodo ya que los asientos delanteros no dejan mucho espacio al plegar los respaldos.
El interior es amplio y luminoso, con una buena visibilidad delantera y lateral. La rueda en el portón trasero complica la visión por este cristal, lo que dificulta el aparcamiento en línea y las maniobras de marcha atrás. Opcionalmente se pueden montar cámara delantera y trasera.
Una vez en el puesto de conducción, encontrar la postura adecuada resulta un poco complicado ya que la regulación del asiento, (altura, longitud e inclinación del respaldo) no es suficiente para adaptarnos fácilmente. El reposacabezas es muy rígido, solo se regula en altura.
Una de las diferencias respecto al anterior Land Cruiser es el diseño del faldón de plástico que hay bajo el volante, en este nuevo modelo es mucho más largo, lo que hace que nos demos con la espinilla al embragar, resulta muy molesto.
El volante es de nueva hechura, multifunción y con un nuevo y agradable tacto de su piel. Una pantalla digital entre los relojes, nos da la información de todos los dispositivos electrónicos nuevos de los que dispone y de las funciones típicas del ordenador de a bordo.
Los mandos están todos al alcance del conductor y los de la radio se manejan de forma intuitiva, los relojes se leen fácilmente. La única pega la encuentro en las pantallitas de la climatización, que según les dé el sol, no se ve la temperatura que marca. Las plazas traseras dan cabida a tres pasajeros adultos aunque el que vaya en el medio no irá tan cómodo como los de los laterales.
El maletero cuenta con una capacidad de 381 litros hasta el techo. Los asientos traseros se abaten de manera 40/60 formando una zona de carga casi plana. El nuevo Toyota Land Cruiser dispone de detalles como la toma de corriente de 220 V o los ganchos de sujeción de carga.
Una gran cantidad de guanteras pequeñas y grandes permiten llevarlo todo recogido, la guantera central es refrigerada, permite llevar la bebida fresquita en verano o el caldo calentito en invierno, detalle que se agradece.
Dependiendo del nivel del acabado puede montar asientos en piel calefactados, así como una pantalla táctil de 7 pulgadas con navegador, por la que se ven las cámaras de las que dispone el nuevo Land Cruiser.
En Motorpasión | Toyota Land Cruiser 3.0 D-4D, miniprueba (parte 2)