Škoda Roomster, prueba (exterior e interior)

Este coche llama la atención. No es un turismo exactamente, parece una furgonetilla, pero es que vale para los dos propósitos. El Škoda Roomster es un modelo que no se ve apenas, con un objetivo de ventas muy modesto, porque es bastante incomprendido en el mercado. No todo es el exterior, la belleza está en el interior.

Debo reconocer que esperaba un coche más espartano, teniendo en cuenta lo que cuesta (desde 12.750 euros), pero la mano del grupo VAG se nota bastante respecto a coches de factura y segmento similares. Es algo más que un simple medio de transporte, es un medio de transporte bastante versátil.

Este modelo va por su primera generación tras un conveniente lavado de cara. Si nos olvidamos de su procedencia checa, le cambiamos los escudos por Volkswagen y da el pego. Tiene espíritu checo, pero es un alemán infiltrado que se ha dejado un poblado bigote en tierra de franceses, italianos y asiáticos.

Exterior del Škoda Roomster

Mide 4.214 mm de largo, 1.684 mm de ancho y 1.607 mm de alto. Es por lo tanto, respecto a un Fabia, 214 mm más largo, 42 mm más ancho y 186 mm más alto. Tiene las proporciones típicas de una furgoneta compacta, pero algo más pequeño. Por ejemplo, una Citroën Berlingo es más grande en todas las cotas.

Existe una versión derivada, se llama Škoda Praktik, pero insisto en que es un turismo normal. La forma de las ventanillas es inconfundible, porque el propósito de este coche es tener iluminación por doquier, desde que el niño nace hasta cuando tiene dos metros y pico de altura y en vez de “papá” te llama “viejo”.

La apertura de las puertas traseras está semioculta en el pilar C. Al haber tanta altura de techo, el acceso y la salida es muy fácil incluso para gente muy alta. No me he sentido tan pequeñito desde que estuve en brazos de Alexis Skye. El portón del maletero se abre hacia arriba, en una sola hoja.

Esta unidad tiene barras de techo, opcionales salvo en Scout, así como un techo panorámico gigantesco con cortinillas. De hecho, el techo puede ser de varios colores distintos al de carrocería: negro, blanco y gris. Con el pecho techo panorámico los niños pequeños estarán muy distraídos, casi tendrán la sensación de estar volando, los críos son así.

Las llantas de aleación pueden ser de 15 a 17 pulgadas, y puede tener luces diurnas. La insignia de motorización se puede suprimir, aunque no tiene mucho sentido, el motor más gordo es de 105 CV. Los que quieran cristales tintados tendrán que pagarlos aparte en cualquier versión del Roomster, salvo el Scout.

La versión Scout es visualmente de tipo SUV, pero la mecánica es la misma. Esta unidad tiene acabado Sport se distingue rápido por las llantas de aleación Atria de 16 pulgadas. Las versiones más sencillas tienen llanta de acero con tapacubos, lo habitual en este tipo de coches.

Interior

Cuando uno entra dentro del Škoda Roomster le vienen a la cabeza varios conceptos: solidez, espacio, luminosidad. Dependiendo del acabado, puede ser muy alegre o bastante soso. La versión Style puede tener el salpicadero y asientos en color marfil, es mucho más bonito así que en negro aburrido. Casi todo es plástico, lo normal.

Como la carrocería es tan espaciosa, sobra mucho espacio. Sentado con el asiento en mi reglaje habitual, me sobran varios palmos hacia el techo, y en las plazas traseras igual. En este coche, si mides dos metros y pico, cabes perfectamente, no rozas con nada y vas realmente cómodo.

Es más, pueden ir cuatro jugadores de baloncesto totalmente cómodos, no solo por el espacio en altura, también por el juego que permiten los asientos, la marca los denomina Varioflex. Pueden desplazarse en longitud y regularse en inclinación, y su abatimiento es muy sencillo, sin que haga falta apenas fuerza.

La calidad de los acabados es la que podemos esperar de cualquier Volkswagen, es calidad percibida sin discusión. No he encontrado ningún defecto destacable de acabado. Solo puedo objetar que en el volante de tres radios (versión Sport) hay una transición “chunga” del cuero al plástico duro.

Se nota el buen hacer en más sentidos, como en la ausencia de muchos ruidos del coche, casi puede colar como una berlina por su aislamiento, aunque el motor sea diesel. Incluso pasados los 120 km/h sigue siendo más silencioso de lo que cabe esperar en un coche de su presupuesto y considerando la aerodinámica que tiene.

Respecto a la luminosidad, tengo dos pegas. La primera, la visibilidad lateral del conductor está algo comprometida por ese “labio” que tiene, que si se mira de cerca, parece de fibra de carbono. Por otro lado, en las plazas traseras, al ser las ventanas tan altas, puede entrar más luz solar de la deseada, y no hay cortinillas.

Poco importa cómo se haya regulado el asiento el pasajero de delante, que el de atrás va a tener sitio de sobra, en longitud y en altura. En cuando a la anchura, eso depende si se “calza” una persona en esa plaza o no, no es muy estrecha, pero tampoco sobra por los enganches de los cinturones. Por cierto, las plazas traseras van algo elevadas.

La plaza central puede abatirse, y la mesita tiene un par de acolchados para descansar los brazos y tiene dos posavasos con fondo de plástico blandito y rugoso, que sujeta bien las latas o las botellitas. La comunicación con el maletero es total, porque no hay nada que lo aisle.

En el puesto de conducción podemos regular el volante en profundidad y en altura, no siempre se nos permite esto en este segmento. Podemos llevar el asiento bajito o alto, eso depende de las manías de cada uno. Por muy alto que vaya, es fácil que sobre sitio para la cabeza. Me parece muy adaptable para distintas corpulencias.

También se puede regular la altura de los cinturones, apretando y moviendo, es algo engorroso pero se le pilla el truco. La versión Sport tiene asientos específicos que sujetan muy bien el cuerpo, incluso cuando se va a toda leche en una curva. Los de las otras versiones me parecen correctos.

La posición de la palanca de cambios no me parece alejada, tampoco el salpicadero, está anatómicamente bien resuelto. Si nos ponemos el asiento muy alto, igual no llegamos bien a la palanca. En cuanto al reposabrazos delantero, es un incordio cuando hay que hacer uso del cambio, si no, o en automático, viene bien.

Dentro del reposabrazos delantero hay un pequeño compartimento cerrado. También dispone de un hueco a la izquierda, sin tapa, y dos guanteras a la derecha. La superior no está climatizada ni tiene luz, la otra sí tiene aire. No es demasiado espaciosa esa zona del coche ni con ambos portaobjetos juntos.

En las puertas delanteras caben botellas grandes, y tiene una goma elástica para sujetar documentos o cosas que pesen poco y se muevan fácilmente. En las puertas traseras no hay tal goma elástica, pero hay espacio suficiente para colocar cosas pequeñas. Frente a la palanca de cambios hay algo más de espacio extra y dos posavasos.

La climatización es monozona y muy intuitiva. Debajo puede tener dos modelos de radio, en imagen, la más cara, radio-CD con navegador Amundsen (interior negro). La toma USB es opcional, si se tiene, hay un compartimento sin tapa debajo de la guantera inferior derecha, con fondo de goma que evita que el reproductor MP3 o pendrive se mueva.

También tiene un hueco para las gafas de sol, convenientemente cerrado. Los cinturones traseros exteriores pueden ir sujetos al asiento con una hebilla de quita y pon, o incrustados en los paneles de plástico laterales. Si no lo hacemos así, irán bailando, dando golpes secos con las hebillas metálicas, acaba haciéndose molesto.

El maletero puede tener una rejilla semicircular para colocar algunos objetos, cuando no se necesita, puede ir aplanada y no restar espacio. La bandeja superior podemos incrustarla a una altura media dentro del maletero, o quitarla totalmente. Al cerrar el portón suena mucho a “chapa”.

Son 480 litros de maletero en la configuración más favorable y todas las plazas útiles. A base de abatimientos, podemos llegar a 1.585 litros de capacidad. Para quienes compaginan la familia con el trabajo y buscan una furgoneta, si quieren algo más exclusivo, un Roomster es algo poco visto y cumple con ambos cometidos.

Bajo el plano de carga está la rueda de repuesto desde el acabado inicial, Young, y opcionalmente puede ser de aleación, si no, de acero (excepto llantas 17”). Dispone también de un par de ganchos, compartimentos laterales, portabicicletas interior, e incluso una toma de corriente de 12 voltios de forma opcional. La red de sujección cuesta 55 euros.

Continuará...

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