Acabamos de regresar de Faro, donde hemos catado el "nuevo Škoda Octavia":www.motorpasion.com/berlinas/skoda-octavia-2013. La tercera generación de la berlina compacta promete dar mucha guerra en el segmento y es una alternativa muy válida a las berlinas del segmento D, que son más caras. ¡A los taxistas les va a encantar!
Hemos probado las siguientes motorizaciones: 1.2 TSI (105 CV), 1.4 TSI (122 140 CV), 1.6 TDI (105 CV) y 2.0 TDI DSG (150 CV). Los coches empezarán a llegar a los concesionarios en marzo y todavía no se han comunicado precios. Empezaremos hablando de comportamiento y de las sensaciones de estos motores.
El nuevo Octavia está basado en una plataforma totalmente nueva, la MQB del Grupo Volkswagen. No es un Golf berlina, las dimensiones son distintas. Bien es cierto que a nivel técnico comparten varias soluciones, multitud de piezas y los motores. Ha cambiado de arriba a abajo.
A nivel dinámico, tenemos un coche más largo, pero que ha crecido más en batalla que en voladizos. Es decir, crece más entre ejes, que de los ejes a los extremos de la carrocería. Tiene 2.686 mm de batalla, lo cual mejora su estabilidad lineal, pero también tiene más ancho de vías.
Excepto el 1.8 TSI de 160 CV, todas las versiones normales del Octavia llevan el eje trasero de torsión con muelles helicoidales. En la segunda generación era de paralelogramos deformables. También cambia la suspensión delantera, sigue siendo McPherson pero la han mejorado un poco.
Esto pasa también en otros modelos derivados de la MQB, como Golf, A3 y León. Por norma general, recurrir a una suspensión más simple obedece a un ahorro de costes (fabricación y mantenimiento), y ganar espacio en el maletero, aunque el comportamiento puede verse degradado. ¿Se degrada en el nuevo Octavia?
Motor 1.2 TSI de 105 CV
La generación previa (EA111) no me ha convencido por su relación prestaciones/consumo. Diría que su versión moderna (EA211) tiene una respuesta mejor. Por debajo de 3.000 RPM no hay que pedir al motor muchos esfuerzos, que la aceleración puede ser nula, como cuesta arriba. Pedirá más revoluciones.
Tampoco me convence cómo suena, en ese sentido un atmosférico es más convincente pero es mejor dejar en el olvido al infame 1.6 de ocho válvulas. Tiene un punto muy positivo, y es que como pesa muy poquito, reduce la tendencia subviradora del coche si lo comparamos con el 1.6 TDI.
Para medirlo de forma eficaz contra el 1.6 TDI, realicé el mismo recorrido dos veces a igualdad de ritmo, y mi compañero de ruta hizo lo propio a la mitad del trayecto. Así eliminamos el efecto conductor y el efecto orografía. Este gastó 7,5 l/100 km cuesta arriba y 6,1 cuesta abajo.
Motor 1.6 TDI de 105 CV
El tacto tractoril del viejo 1.9 TDI de bomba-inyector quedó muy atrás. Entre que este motor es más refinado por eso del _Common-Rail_ y que el coche va muy bien aislado, resulta muy agradable, aunque no tanto como un gasolina. En el papel es un poco más lento que el 1.2 TSI en aceleración 0-100 km/h (10,8 segundos contra 10,3).
Responde adecuadamente incluso a muy bajo régimen, hay motor aprovechable incluso a 1.250 RPM, por debajo empieza a vibrar más. Es voluntarioso y un poco falto de progresividad. No obstante, el 1.9 TDI era mucho más brusco. Salvo en aceleración o a altas vueltas, el motor hace poco ruido y es soportable incluso por un gasolinero convencido.
Promete un consumo muy bajo, 3,8 l/100 km, pero solo vimos esa cifra en el ordenador cuesta abajo. Calcando el recorrido del 1.2 TSI, gastó 5,6 l/100 km a la subida y 5 l/100 km en la bajada. La potencial reducción de consumo, según ordenador, es de hasta 2 l/100 km menos.
Motor 1.4 TSI de 140 CV
Este y todos los motores, según el fabricante, han sido profundamente revisados, así que no son exactamente los mismos que el Octavia vigente. Ahora homologa 5,3 l/100 km y casi se escapa del impuesto de matriculación. 0-100 km/h en 8,4 segundos y una punta de 215 km/h, no está nada mal.
Es la opción más recomendable de toda la gama gasolina, porque tiene un comportamiento muy bueno a bajo y medio régimen, aunque le falta un poco de fuelle a altas revoluciones. Es muy silencioso en marcha y de hecho, es más silencioso todavía que el 1.2 TSI, y con un sonido más agradable.
Donde otros motores gasolina no pueden con su alma, el 1.4 TSI responde, y es un motor monoturbo. Tiene menos resistencia interna gracias al aligeramiento de los anclajes de bielas y pistones más aplanados. Además, saca mejor partido a la gasolina que el motor de menor potencia.
Lo podemos combinar con una caja manual de seis velocidades o un DSG de siete. No requiere cambiar de marcha con mucha frecuencia, ya que en medio régimen aún tira decentemente y por debajo de 2.000 RPM aguanta esfuerzos moderados. Poder ir más bajo de vueltas es una causa de que haga buenos consumos.
El tiempo que lo conduje yo, calcando o superando los límites legales en carreteras secundarias muy sinuosas y zona urbana, logré bajarlo a 5,8 l/100 km. Es un consumo muy moderado, aunque a mi compañero, que le pesaba un poco más el pie pero no iba más rápido, le sacó una media de más de 9 l/100 km. Es muy sensible al tipo de conducción, el 1.2 TSI más aún.
La pega de este motor es que no tiene tanta gracia estirarlo, porque no alcanza muchas vueltas y el sonido no es particularmente bonito. Circulando por una vía rápida es un motor muy silencioso, y en cuanto a rumorosidad es inalcanzable por el 1.6 TDI. Si eres alérgico al gasóleo, te receto este motor.
Motor 2.0 TDI de 150 CV con cambio DSG
De momento es el TDI más potente de la gama Octavia, con 320 Nm de par máximo frente a los 250 Nm del 1.6 TDI. Homologa solo 4,5 l/100 km con el cambio DSG y 4,1 l/100 km con el manual de seis relaciones. Prácticamente calca las prestaciones del 1.4 TSI de 140 CV, así que podemos considerarlo su equivalente.
Tiene mayor cilindrada y es normal que sea más ruidoso en el habitáculo, y un poco más rudo, pero en su justa medida. Diría también que el Stop&Start tarda un poco más en reaccionar que salvo el motor de menor potencia. Salvo las versiones de 90 CV, todos los Octavia tienen Stop&Start, incluyendo los que tienen DSG.
Este motor va más lleno en medio régimen, entrega su par entre 1.750 y 3.000 RPM. No lo veo tan recomendable para uso de taxi ya que consume más y no siempre se va a aprovechar su potencia adicional. Con una conducción mixta entre carreteras secundarias y autopista, rasqué los 6 l/100 km de consumo. El coche acumulaba una media de ¡7,8 l/100 km!
No se puede hablar alegremente de que gasta lo mismo que el 1.4 TSI, se probaron en condiciones diferentes. La homologación es demasiado optimista, no se diferencia mucho de lo que gasta el Octavia actual con la misma potencia y el cambio automático. Al menos es más refinado.
Un comportamiento magnífico
Tras haber conducido el coche por carreteras con muchas curvas, y a un ritmo ágil pero no de rally, mi compañero de fatigas y yo llegamos a la misma conclusión. No le podemos criticar que use un eje trasero de viga de torsión. El comportamiento es tan neutro que puede llegar a aburrir.
Cierto es que podríamos haber metido al coche una exigencia superior, pero eso ya no nos pareció realista considerando el conductor típico de un coche así. Es cómodo, balancea poquito, filtra bien las irregularidades del terreno y aguanta bien hasta los virajes cerrados. Donde ya no puede más, el ESP pone la situación de control en el acto.
En otros modelos una suspensión cómoda es sinónimo de blanda, en el Octavia no tuvimos esa impresión. Tampoco tiene un tacto deportivo, aunque aguanta lo que se le eche sin hacer extraños y dando buena confianza al conductor. Tenemos que admitir que Škoda no ha ido hacia atrás, al menos con este modelo, usando esa suspensión.
A fin de cuentas, los modelos de orientación más deportiva, los 1.8 TSI y los futuros RS (en torno a 210 CV en gasolina y 180 CV en TDI) tienen eje trasero multibrazo. Por debajo de 150 CV realmente no parece necesitarlo. El usuario lo agradecerá a largo plazo, por el menor coste de los recambios.
El tacto de la dirección asistida es quizá un poco blandito, pero eso es ajustable. Se puede poner un poco más dura y llega a un nivel muy equilibrado. Es razonablemente directa, la mayoría de las curvas no nos pedirán mover mucho las manos, y en zona urbana la asistencia es superior, muy agradable.
En general el Octavia tiene un compromiso muy equilibrado entre buen comportamiento y confort, con el toque justo de aburguesamiento para no resultar aburrido. Si nos gusta conducir, creo que nos sentiremos muy a gusto con esta berlina. En cierto modo, tiene tacto de coche más grande, es decir, berlina de segmento D, pero más ligero.
Incluso en cruceros a velocidad por encima de la legal tiene un nivel de ruido muy moderado. La mayor fuente de ruido viene de los neumáticos, en este caso Pirelli P7 Cinturato de 17". Estas ruedas tienen menor margen de aviso antes de empezar a derrapar, pero hasta ese punto, se agarran bien, incluso con algo de calzada mojada.
Por lo demás, podemos esperar esas cosas típicas del Grupo VAG: cambios de marcha precisos y bien guiados, buena calibración de los pedales, una puesta a punto muy cuidada, etc. En marcha me parece un coche bastante recomendable, especialmente el 1.4 TSI o el 1.6 TDI.
En la próxima entrega os hablaré de las impresiones a coche parado y su potencial como taxi.