Skoda Octavia 1.8 TSI 180, miniprueba

Si en Faro, al sur de Portugal, tuvimos ocasión de probar cuatro motores del nuevo Škoda Octavia 2013, en gasolina el 1.2 TSI 105 y el 1.4 TSI 140, y en diésel el 1.6 TDI 105 y el 2.0 TDI 150 DSG, en Madrid hemos podido tener en nuestras manos un 1.8 TSI 180, gasolina de cambio manual.

No vamos a repetir en este artículo todo lo que hemos hablado ya del coche, pero por si acaso no conocéis todos sus detalles, no viene mal recordar que en un primer artículo os explicamos cómo es el Škoda Octavia 2013, y en un segundo artículo os contamos qué versiones, equipamientos y precios tiene en España.

Škoda Octavia 2013: sin duda muy espacioso

Y del mismo modo tampoco voy a volver a entrar en detalle sobre cómo es su interior, aunque si quiero confirmar lo que J. Costas os contó en su día: estamos ante un coche muy bien resuelto con un interior bien aprovechado y muy espacioso, con un espacio longitudinal para las piernas en las plazas traseras generoso y un maletero de 590 litros realmente grande y accesible, gracias a su portón.

Sobre la calidad de acabado del interior no me extenderé tampoco mucho, y simplemente hay que reconocer un trabajo de notable calidad visual, un tanto austero quizás, con buenos ajustes, plásticos acolchados y revestidos de buen aspecto y plásticos duros que no desentonan, buen tacto de botones y volante, y mandos bien ordenados y accesibles. Por si alguien tiene la duda, no creo que el interior llegue al nivel de un Volkswagen Passat, pero sí está al nivel del de un Jetta (incluso un poco mejor).

Solo diré que los detalles en cromo brillante, o en plástico negro piano, pueden provocar algunos reflejos puntuales cuando el sol entra en el habitáculo en según qué ocasiones. En este sentido se debe reconocer que las soluciones de cromo mate o de aluminio anodizado brillan menos y reflejan también menos.

Berlina turbo de 180 CV

Cuando uno conduce un Škoda Octavia no suele llamar mucho la atención, es una marca sencilla y funcional con precios ajustados y diseños no muy llamativos y de las generaciones anteriores se han vendido muchas unidades. Yo sinceramente siempre he pensado que es mejor un coche así, y que la distinción esté en los pequeños detalles que hay que saber apreciar cuando uno se fija detenidamente.

Y esa distinción discreta se tiene en el Škoda Octavia 1.8 TSI 180 con cambio manual. Un poco más adelante llegará la versión RS, con posiblemente más de 200 CV (quizás 220 CV como el nuevo Golf GTI) y detalles más rácing. Salvo por los caballos extra, que siempre se agradecen, sinceramente no creo que sea necesario pagar más, ni hacer notar a todo con el que nos crucemos por la calle que corremos más que él.

En el exterior apenas pueden llamar la atención, si uno sabe dónde mirar, las llantas de aleación de 17 pulgadas, de serie en el acabado Elegance de la prueba, en el corto alerón posterior sobre el portón, y en los faros de xenón con luz de marcha diurna LED y los pilotos posteriores también LED, ambos opcionales.

Es un placer especial cuando montado en "tu" berlina checa eres el primero saliendo en el semáforo, y el del coche de al lado, de cierta marca alemana bastante más cara que no voy a citar, te mira sorprendido porque no esperaba que tu "modesto" coche tuviera tanto tirón.

Y también lo es cuando puedes adelantar a un sufrido y lento camión en una carretera secundaria con gran agilidad y solvencia, gracias a los 180 CV y 250 Nm de par ocultos bajo el capó, que te permiten acelerar de 0 a 100 km/h en unos más que respetables 7,3 segundos (ya me gustaría pillarlos a mí).

Incluso diría que aún todavía es más placer ver la cara de incredulidad que se le queda al conductor que venía detrás de ti durante varios kilómetros, que pensaba que ante esa carreterilla con varias curvas enlazadas un tanto rápidas, esta berlina de 4,66 m de largo no iba a dar la talla sino a amedrentarse y zarandearse cual barco en alta mar. Y al no ser así decide, creo que un poco "quemado" porque solo pudo seguir tu ritmo, adelantarte apuradamente en la primera rotonda en la que tiene ocasión y demostrarse que sí, que es más rápido con su compacto que tú (a la vez que se le nota una mirada golosa).

Esta es la distinción discreta de la que hablo. La de un motor que va muy bien y la de un tren de rodaje cómodo pero muy eficaz, que hacen de esta una berlina muy agradable de conducir.

El motor de cuatro cilindros, 1.8 litros, inyección directa y turbo es muy silencioso a bajas vueltas y solo se deja oir más cuando se acelera a fondo y se sobrepasan las 3.500 vueltas. El sonido a fondo no es desagradable, pero debo decir que tampoco es tan bonito como el del 2.0 TSI, al menos tal y como lo recuerdo. A 120 km/h en sexta el motor gira bastante relajado a unas 2.500 vueltas.

Es muy suave, lineal y progresivo. Sale bien desde bajas vueltas e incluso se puede estirar bastante, aunque diría que pasar de 5.000 rpm no aporta mucho. Yo encontré a este motor particularmente entregado entre las 2.500 y 4.500 vueltas.

Tampoco me pareció que consuma mucho, pero eso sí, con un motor de gasolina siempre hay que tener algo más de cuidado. Durante la prueba el consumo medio según computadora de abordo osciló entre 7,5 y 8,4 l/100 km, que no me parece una cifra descabellada al no haber hecho una conducción eficiente, y siendo el consumo homologado de 6,1 l/100 km.

El Škoda Octavia monta stop-start también en este motor, lo cual es muy de agradecer, sobre todo en ciudad.

Škoda Octavia 1.8 TSI 180, tren trasero multibrazo

La dirección y el cambio también ayudan a disfrutar de la conducción. El puesto de conducción es cómodo y uno encuentra su posición rápido. Los asientos son de respaldo duro y sujetan bien lateralmente. El cuadro de instrumentos es sencillo y muy legible.

La dirección es algo blanda, pero no me lo pareció en exceso y aún así es bastante precisa. Para mi gusto hubiera agradecido que el suavísimo cuero del volante, en la zona de agarre, estuviera perforado.

El freno tiene un tacto suave y el embrague es muy blando y se acciona casi sin esfuerzo. La palanca del cambio manual de seis velocidades tiene buen tacto, es firme y los recorridos no son muy largos. No llega a ser tan deliciosa como la del Mini Paceman Cooper S All4 que probé hace unos días, pero no está nada mal.

Y por último está la suspensión. El Škoda Octavia es sin duda un coche pensado para ser cómodo y confortable. La suspensión tira ligeramente a blanda, aunque es muy equilibrada, filtra bien los baches, y la carrocería balancea y cabecea ligeramente en los movimientos bruscos, pero lo hace de manera contenida.

El tren de rodaje posterior es multibrazo en el TSI 180 (en el resto es barra de torsión) y se percibe una trasera muy noble, que no hará cosas raras a menos que se pretenda ir muy muy rápido (demasiado rápido). Diría que tiende a ser un coche un poco subvirador, pero que a la vez es muy fácil de conducir y basta tirar un poco más del volante para redondear la curva.

Puede deberse al hecho de ser un coche bastante largo, pero una vez acostumbrado a ello, su rodadura transmite estabilidad y seguridad, sin sacrificar la comodidad y con muy buena respuesta bajo el pie derecho.

La unidad probada, sin extras cuesta 23.790 euros, incluidos ya los 2.000 euros de descuento de la marca, pero sin el descuento por financiar y sin el Plan PIVE. Me parece muy recomendable.

En Motorpasión | Škoda Octavia, presentación y prueba en Portugal (parte 1), (parte 2)

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