Parecía que iba a calmarse la fiebre, pero no. El segmento SUV sigue espoleando tanto al mercado como a las propias marcas de coches hacia productos todocamino, en el tamaño que sean. Por esta corriente también se ha dejado llevar Škoda hasta el punto de lanzar el Škoda Kodiaq RS, una bestia de siete plazas con 240 CV.
Los argumentos de este SUV grande checo son más que contundentes, acogiendo al motor diésel más potente de toda la marca, tracción 4x4, cambio DSG de siete velocidades y el equipamiento más completo de toda la gama a un precio caro para la media de Škoda per relativamente ajustado en relación a la competencia.
Škoda Kodiaq RS: Más agresivo por fuera, casi igual de cómodo
Con más de 110 años en el mundo de la competición desde que en un lejano 1908 se iniciase en las carreras, Škoda ha querido ofrecer un coche aspiracional para sus clientes. El Škoda Kodiaq RS es el primer SUV que lleva el apellido deportivo de la firma checa y se inaugura en el segmento con razones más que con promesas: es el SUV de siete plazas más rápido de Nürburgring (9 minutos y 29,84 segundos).
La filosofía RS se deja notar, de entrada, en un exterior con toques deportivos repartidos de manera inteligente. Para empezar está presente el logo RS en color rojo sobre la carrocería, acompañado con las características pinzas de freno en el mismo color. El contraste lo ponen numerosos detalles en color negro brillante en la parrilla específica, las llantas 20", los retrovisores, los marcos de las ventanillas y las barras del techo.
Los paragolpes también cuentan con un diseño específico, más agresivo tanto delante como detrás, marcados pero sin estridencias, con un pequeño labio en la parte frontal, pequeño alerón integrado sobre el techo y una zona baja con dos grandes embellecedores de escape. La iluminación full LED también es de serie en este acabado RS.
Por dentro los cambios también son notables. En el puesto de mando destaca sobre el resto que es uno de los dos únicos acabados que incorporan de serie el cuadro de mandos totalmente digital, además de inserciones en símil fibra de carbono, asientos deportivos de Alcantara/cuero con regulación eléctrica, un acabado específico para los elementos decorativos y un sistema de infoentreteminiento con conectividad total y pantalla táctil de 8 pulgadas sobre el salpicadero.
El espacio interior es magnífico, con mucho volumen disponible en todas las medidas. El puesto de conducción es agradable y sobrio, muy similar al resto de productos actuales del Grupo Volkswagen y con un cuadro configurable en el que la lectura es siempre óptima y repleta de información. La segunda fila trasera de asientos para completar las siete plazas son opcionales (1.090 euros).
Bajo el enorme capó del Kodiaq RS se esconde el archiconocido motor de cuatro cilindros y 2.0 litros diésel turboalimentado, que en esta ocasión se ha apretado para llegar hasta los 240 CV y 500 Nm de par motor. La energía se reparte a las cuatro ruedas a través de un sistema 4x4 y cambio DSG de siete velocidades.
Con esta asociación el enorme SUV checo se mueve con bastante soltura. Las demandas al pedal derecho son satisfechas con vehemencia y resolución. Rodando despacio en tráfico urbano se muestra como un coche fácil de conducir (gracias también a la dirección variable) y agradable para el día a día, pero cuando salimos a carretera abierta y aceleramos el paso también sabe hacer subir las pulsaciones.
Bien es cierto que con 240 CV esperábamos una respuesta quizá algo más enérgica, sobre todo en recuperación en tramos de subida, pero teniendo en cuenta su volumen y los 1.880 kg que pesa hay que reconocerle el mérito al RS más grande jamás creado. Las cifras avalan su ficha técnica ofreciendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y una punta de 221 km/h.
El par motor lo entrega desde muy abajo, disponible el 100% de los 500 Nm a partir de sólo 1.750 revoluciones, por lo que es capaz de recuperar con fuerza y encauzar adelantamientos con facilidad. No es un bólido, pero empuja con ganas.
Lo que sí hay que destacar y un poco de manera común a todos los vehículos de Škoda es que el Kodiaq está muy bien insonorizado. En carretera se muesta como un coche realmente confortable y con el que se agradece viajar, con poco ruido aerodinámico, sonido mecánico apenas perceptible y sólo con el de rodadura penetrando en el interior. Algo normal con su peso y calzado.
Los modos de conducción ayudan también al comportamiento agradable del modelo. En total cuenta con cinco modos diferentes (Sport, Eco, Normal, Confort y Snow), y en cada uno de ellos la respuesta del motor es diferente, se ajusta el tarado de las suspensiones del Dynamic Chassis Control y varía el comportamiento de la caja de cambios. En un modo conservador funcionan de manera suave mientras que en el Sport se endurecen considerablemente.
De esta manera, a la hora de afrontar curvas, el Kodiaq RS ataviado con el modo Sport puede atacar las curvas con bastante dignidad para tratarse de un siete plazas que roza las dos toneladas. Gira bastante plano y no se percibe un cabeceo excesivo, aunque sí que se nota bastante la inercia en los virajes más cerrados. No es un coche ágil al fin y al cabo, pero sí se defiende mejor que sus hermanos menos aspiracionales. Como particularidad, el sistema 4x4 inteligente permite variar el reparto de par entre las cuatro ruedas, pudiendo entregar hasta un 85% del total disponible en una sola rueda en casos de necesidad extrema.
En lo referente a la caja de cambios DSG de siete velocidades archiconocida en el grupo alemán, no podemos poner tacha. El funcionamiento del cambio de doble embrague es rápido, suave y preciso, con transiciones bien programadas y reacciones consistentes. Tampoco cambia de marcha exprimiendo el motor en modo manual y cuenta con modo vela.
Teniendo en cuenta que es un producto destinado a un público más o menos generalista, no hay grandes diferencias de comportamiento ni entre los diferentes modos de conducción ni entre los diferentes acabados de la gama, pero son fácilmente detectables. Al final la decisión de cuál convence más atiende a una cuestión de gustos, pero en líneas generales el Kodiaq RS es un coche bien comprometido, ni demasiado duro ni excesivamente confortable.
Škoda Kodiaq RS: desde 50.750 euros
Además, el Škoda Kodiaq RS también equipa el Dynamic Sound Boost. Este sistema varía el tono del motor que se percibe en el interior y en el exterior del vehículo adaptándolo a cada uno de los modos utilizados aportando matices deportivos en el modo Sport. Lo cierto es que el motor suena bonito, pero sabiendo que es maquillaje pierde bastante encanto (y no se puede desconectar).
El perfil del cliente de Škoda está cambiando y, junto a él, también los modelos que ofrece la marca. Los checos han pasado de ser una empresa basada en las berlinas y compactos asequibles a abrirse de par en par hacia el segmento SUV con tintes premium. La marca estima que un 35% de las ventas del Škoda Kodiaq se centrarán en los acabados más altos de la gama. De todos los Kodiaq que salgan a la venta durante este 2019 la firma tiene una previsión de colocar un 5% para la versión RS.
El precio de tarifa del Škoda Kodiaq RS es de 50.750 euros, un precio considerable que entre promoción, descuentos y financiación se queda en 43.500 euros. Probablemente su mayor competidor será un familiar, el SEAT Tarraco, que por el momento es mucho más asequible por 43.130 euros para el Xcelenve con el motor 2.0 TDI de 190 CV, DSG y tracción 4Drive.
Y por si te lo estabas preguntando, no, Škoda no ofrecerá una versión gasolina del Škoda Kodiaq RS porque a su modo de ver no tiene sentido para el cliente al que se quieren enfocar. Mala suerte si era lo que esperabas.