Probamos el Opel Grandland X Hybrid4: el primer coche híbrido enchufable de Opel es un muy confortable SUV de 300 CV

Hace unos días conocimos al Opel Corsa-e, un coche eléctrico que no ha venido solo en los planes de electrificación de la marca alemana, sino que llega acompañado por el Opel Grandland X Hybrid4, un coche igual de importante y representativo.

Hemos podido conocer de primera mano y probar a este SUV híbrido con tracción integral, un coche con etiqueta medioambiental CERO de la DGT que, además de ser confortable, es muy interesante para quien pueda instalarse un punto de recarga en su domicilio.

Opel Grandland X Hybrid4: diseño igual de alemán, pero ahora con hibridación francesa

"Opel goes electric", reza el lema que la marca del rayo está utilizando recientemente para hacer notar que la electrificación es su punta de lanza comercial y tecnológica. Una estrategia en la que este nuevo Opel Grandland X Hybrid4 va a tener un papel fundamental.

De aquí a 2024, la marca alemana pretende tener toda su gama electrificada. Faltan apenas tres años para que todos los modelos de Opel tengan o bien versiones 100% eléctricas como es el caso del Corsa o del inminente Mokka, o bien híbridos enchufables. Estarán todos basados en las pataformas CMP y EMP2 del Grupo PSA, para sus coches eléctricos y PHEV respectivamente.

Al Grandland ya le conocemos desde hace tiempo, cuando llegó en 2016 para meter a Opel en la dura pugna del los SUV de tamaño medio. Una apuesta propia de la firma con un lenguaje de diseño inconfundible, muy del estilo de los últimos Opel gracias a esos faros rasgados en forma de punta de flecha y una gran parrilla central rota por las 'alas' que escoltan al emblema de la firma.

Los rasgos de SUV son inequívocos, con grandes molduras esculpidas, faros antiniebla muy bajos (y por lo tanto más expuestos de la cuenta quizá), barras longitudinales en el techo e inserciones protectoras de aspecto metálico en los bajos. Todo el contorno está rodeado por molduras plásticas, como buen SUV. En la parte trasera líneas muy similares a los últimos Corsa y Astra.

Con respecto a las versiones diésel y gasolina, el Opel Grandland X no varía más allá de las insignias que lo identifican en su carrocería. Por lo demás mantiene tanto sus líneas como el techo en color negro que le da ese aspecto moderno y diferenciador, sólo la tapa para el sistema de carga en la parte trasera izquierda y la del depósito a la derecha nos delatan que estamos ante un PHEV.

Sus dimensiones son de 4.477 mm de largo por 2.098 de ancho y 1.609 mm de alto. Es un poco más corto y más bajo que un Volkswagen Tiguan, y casi 10 cm más largo que el nuevo SEAT Ateca. Se sitúa también justo a medio camino entre sus primos Peugeot 3008 y Peugeot 5008.

Confort para dentro y fuera de la ciudad

Donde sí hay algún cambio es en el interior, aunque no lo parezca. Pasamos a su habitáculo y todo sigue en la misma línea que por fuera. No hay grandes novedades con un habitáculo sobrio, donde el negro marca la pauta general, superficies bien tratadas aunque con exceso de plático duro y piezas planas, además de la presencia del habitual negro piano.

El cuadro de mandos mantiene su configuración con una doble esfera analógica con una pequeña pantalla a color en el centro y dos indicadores circulares en su parte superior. La esfera grande de la derecha delata la presencia de la mecánica híbrida con el indicador de consumo/carga, mientras que las pequeñas esferas superiores son una para el depósito de combustible y la otra, nueva, para la carga batería.

Con 2.675 mm de distancia entre ejes el espacio interior queda totalmente asegurado. Las plazas delanteras son amplias y acogedoras, sin una gran consola central que reste espacio, mientras que en los asientos traseros hay espacio transversal de sobra para que dos adultos viajen con mucha comodidad y sitio para las piernas. Tres ocupantes en la banqueta trasera también pueden viajar con un confort relativo. A nivel de habitabilidad no hay diferencias con las mecánicas de combustión, pero el maletero sí pierde 124 litros de capacidad (390 litros contra 514).

Arrancamos el motor del Opel Grandland X Hybrid4 y... nada. Silencio. El C-SUV híbrido de Opel arranca por defecto en modo híbrido y mantiene un silencio sepulcral hasta que emprendemos la marcha. Comenzamos a movernos y el sistema de propulsión nos moverá los primeros metros siempre (si hay batería disponible) en modo eléctrico.

Bastan solo unos pocos kilómetros por ciudad para darnos cuenta de que estamos ante un coche confortable. El comportamiento del Opel Grandland X Hybrid4 tiene un enfoque urbano innegable que es fácil de percibir a través de una dirección extremadamente asistida (el volante se mueve casi con mirarlo) y unas suspensiones con un tarado bastante suave.

El apartado mecánico nos sorprendió por su finura de funcionamiento. Vale, sí, es cierto que parte del confort que apreciamos en el Grandland X Hybrid4 procede de un muy buen aislamiento acústico, pero también por lo bien que se compagina la mecánica de combustión con el apartado eléctrico. No hay tirones, ni un motor térmico que se revoluciona de manera súbita, ni transiciones perceptibles entre un modo y otro.

El esquema utilizado en el Grandland X Hybrid4 es una combinación entre un motor de combustión de 1.6 litros, cuatro cilindros, turbo e inyección directa asociado a una caja de cambios automática EAT8 de ocho relaciones más dos motores eléctricos: uno en el eje delantero con 81 kW (110 CV) y otro en el eje trasero con 83 kW (113 CV). De manera combinada los tres motores consiguen generar un máximo de 300 CV de potencia y 520 Nm de par motor.

Rodando en carreteras de curvas o exigiendo aceleración súbita, el Opel Grandland X Hybrid4 se muestra como un SUV extremadamente solvente y resolutivo. Tiene mucha entrega desde el primer momento que hundimos el pie derecho y puede comportarse incluso como un coche relativamente emocional. No en vano el Opel Grandland X Hybrid 4x4 es el coche más potente de toda la gama de Opel, así que su representatividad está fuera de toda duda.

El sistema eléctrico se asocia con una batería de iones de litio alojada bajo los asientos traseros con una capacidad de 13,2 kWh que es suficiente para ofrecer una autonomía eléctrica máxima de 57 km (WLTP). Esta batería está refrigerada por agua-glicol y ventiladores, y pudimos comprobar que en pleno calor de julio en Madrid su funcionamiento es más sonoro de lo que nos esperábamos.

Como de costumbre en los coches eléctricos e híbridos, contamos con frenada regenerativa y un modo de retención B que enfatiza la retención para maximizar la recarga en marcha. Nos gustaría haberlo probado mejor, pero en esta primera toma de contacto bajando todo el Puerto de los Leones en dirección Madrid sólo regeneramos 1 km de autonomía extra.

Los tiempos de recarga de la batería van desde las 7 horas y 10 minutos para un enchufe doméstico en carga lenta a 1,8 kW hasta 1 hora y 50 minutos cargando a su velocidad máxima de 7,4 kW, pasando por las 4 horas de la recarga a 3,7 kW.

Además del modo Hybrid, el más interesante de todos, también tendremos disponibles los modos Eco, Sport y 4x4. También tenemos la opción a través del modo e-Save, de reservar 10 o 20 km de autonomía eléctrica, una opción muy útil para cuando tenemos que circular por una ciudad con restricciones a la movilidad.

Un SUV híbrido enchufable, pero caro

Otro de los puntos diferenciadores de este Opel Grandland X Hybrid4 es la utilizacion de una seña de identidad propia. Es el primer SUV en incluir una luz (azul) en la parte delantera del retrovisor interior, para facilitar la identificación de un coche híbrido enchufable cuando funciona en modo eléctrico.

Nos ha gustado el Grandland X Hybrid4 para el uso que pueda dar al coche alguien que viva en las afueras y, por supuesto, tenga un garaje con toma de carga para recargar su coche a diario. Según la marca, en un uso común y pudiendo recargar dos veces al día, se pueden ahorrar casi 2.100 euros al año en combustible.

Después de una breve toma de contacto recorriendo algo más de 100 km por carretera y autopista, con poca ciudad, el consumo que nos arrojó el ordenador de abordo fue de 4,7 litros de gasolina y 6,9 kWh a los 100 km, conservando 4 km de autonomía eléctrica. Cifras que no están mal, pero muy lejos del consumo combinado homologado de 1,5 - 1,9 litros. Su peso supera los 1.800 kg.

Ahora bien, la hibridación hay que pagarla, y el Opel Grandland X Hybrid4 no es un coche asequible con un precio que parte de 53.425 euros. Dentro de poco llegará una versión 4x2 del C-SUV PHEV de Opel, un coche igual de híbrido enchufable que este Hybrid4 pero que pierde el motor del eje trasero, y que partirá desde una barrera sensiblemente más accesible: 43.525 euros para el acabado Selective y 47.055 euros para el acabado Ultimate.

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