Después de una primera toma de contacto demasiado breve, nos hemos puesto a los mandos del Mercedes-AMG GT 63 S de 4 puertas Coupé para conocer debidamente a esta superberlina. Un coche que prácticamente no tiene competencia en el mercado por planteamiento ni por prestaciones.
Se trata del Mercedes-AMG más potente hasta la fecha: una bestia para llevar a cuatro ocupantes envueltos en lujo tan rápido como se lo puedan permitir sus 639 CV de potencia provenientes de su motor 4.0 V8 biturbo.
Mercedes-AMG GT 63 S Coupé de 4 puertas: el orgullo de Affalterbach
Respeto. El Mercedes-AMG Mercedes-AMG GT 63 S 4MATIC+ infunde respeto. Es un coche grande y de aspecto rotundo. Su parrilla delantera con una configuración específica de AMG es contundente y dura, al tiempo que elegante, sin estridencias. El frontal es la seña de identidad de un coche donde la gran toma de aire central se complementa con otras en la zona inferior no menos enormes.
Al igual que el gran capó delantero dotado de dos protuberancias longitudinales en la parte central, los pasos de rueda enmarcando las generosas llantas de AMG no sobresalen en exceso, pero aportan el músculo suficiente a una silueta inconfundible.
El lateral de esta superberlina viaja hacia la zaga con una línea estilizada y continua que termina en un trasero alto y prominente, realzado por unos faros estirados horizontalmente y que convergen con unos hombros bien marcados. Por debajo cuatro grandes salidas de escape (embellecedores) y un difusor central rematan el conjunto.
En foto es un coche que gusta, pero en persona intimida. Las proporciones de tamaño XL, el aspecto musculoso y las líneas coupé se realzan con el bonito color azul de esta unidad, y atrapan bastantes miradas entre aquellos que se cruzan con él. Fue curioso tener que aparcar brevemente junto al estadio Santiago Bernabéu y ver cómo en pocos minutos le hicieron varias fotos.
Interior digital y premium con gadgets deportivos
Si por fuera llama la atención, el Mercedes-AMG GT de cuatro puertas también lo hace con un interior impactante. Guardando el estilo de diseño de los últimos coches de la estrella, el habitáculo del Mercedes-AMG GT 63 S 4MATIC+ luce espectacular especialmente con la opción de inserciones de fibra de carbono.
El salpicadero es limpio y elegante, destacando la doble pantalla corrida que integra un cuadro de mandos 100% digital de 12,3 pulgadas, escoltado en el centro por una segunda pantalla para el sistema de infoentretenimiento.
Al igual que en las últimas generaciones que incorporan esta configuración en Mercedes-Benz, ambas pantallas se pueden controlar desde el volante específico de AMG y su funcionamiento es rápido, preciso y muy vistoso, aunque un tanto complejo por la cantidad de opciones en un primer contacto.
El volante tiene las mismas dimensiones, grosor y formas que en el resto de los AMG que pueden equiparlo. Achatado por sus laterales por la zona baja sus materiales son extremadamente agradables y resulta muy fácil de manejar. Como en los otros modelos que lo incluyen, los mandos AMG bajo los brazos horizontales dejan un tanto que desear para un coche de 200.000 euros, demasiado plasticosos y crujientes.
También destaca (sobre todo de noche) la iluminación ambiental del habitáculo y una consola central elevada y muy voluminosa que separa los asientos delanteros. En ella se encuentra el control táctil, la palanca de cambios y un total de ocho pantallas/pulsadores que duplican sus funciones con los mandos del volante. Son muy aparentes pero un tanto innecesarios y, además, atrapan suciedad con facilidad.
Los asientos delanteros del Mercedes-AMG GT 63 S de cuatro puertas son cómodos, muy, muy cómodos, y una mejor elección para este coche que otros de corte más deportivo que, para quien los quiera, están dentro del catálogo de opciones. Además encierran otro de los gadgets que se ocultan en esta berlina.
Se trata de los asientos activos, que además de estar climatizado para el conductor y su ocupante y contar con múltiples regulaciones eléctricas y memoria, también ayudan a sujetar el cuerpo en curvas. Dependiendo de hacia qué lado gire el coche, los contornos de los asientos se inflarán para generar un mejor apoyo. Funciona, pero si no es del agrado de sus propietarios se puede desactivar o regular en intensidad.
En las plazas traseras pueden viajar hasta tres ocupantes. Los dos de los laterales lo harán con comodidad con unos asientos grandes, mullidos y con mucho espacio tanto para las piernas como para la cabeza. El pasajero central no tendrá tanta suerte debido al túnel de transmisión y un asiento que es más para desplazamientos ocasionales.
Para cerrar el apartado de habitabilidad toca hablar del maletero, y es que ofrece 461 litros de capacidad bastante aprovechable pero con un gran handicap. La configuración de la parte trasera hace que el plano de carga quede muy, muy elevado. El acceso se sitúa más o menos a la altura del ombligo para un humano de estatura media, convirtiéndose en un escalón incómodo para meter objetos voluminosos o pesados.
639 CV, 900 Nm y una pisada imperturbable
Pasando a la mecánica, bajo el enorme capó se esconde un motor conocido. Se trata del mismo bloque de ocho cilindros en uve con una cilindrada de 3.982 centímetros cúbicos soplado por dos grandes turbos. Con una potencia de 639 CV y un par motor ingente de 900 Nm, el Mercedes-AMG GT 63 S de cuatro puertas es por derecho propio el coche más potente de la marca, incluso por encima de los S 65 Final Edition, hasta la llegada del Mercedes-AMG Project ONE.
Aunque comparte una una buena porción de sus entrañas mecánicas con el Mercedes-AGM C 63 S que probamos hace sólo unos días, el Mercedes-AMG GT 63 S 4MATIC+ ofrece un funcionamiento notablemente distinto. Nada más arrancarlo nos damos cuenta de que el mismo bloque V8 emite un sonido mucho más recatado en esta gran berlina, incluso más sutil con los escapes abiertos que en el C 63 S con los escapes cerrados.
El carácter es muy diferente, más aburguesado para un coche de planteamiento completamente distinto, menos deportivo y más exquisito, aunque sin dejar de lado la emoción. Y es que un V8 sigue teniendo ocho cilindros, y su gruñido se percibe poderoso nada más arrancar.
Nos ponemos en marcha y el GT 63 S nos empieza a mostrar sus bondades. Es agradable de conducir, extremadamente suave, sin vibraciones ni ruidos perceptibles en el interior y todo maridado con la melodía de un motor V8 que apenas se revoluciona.
Durante los primeros kilómetros tanto en ciudad como en el extrarradio nos quedamos en el modo Confort, disfrutando de un paseo agradable con el motor manteniéndose en un régimen bajo. Ahí se muestra dócil y agradable de manejar, con unos cambios tempranos pero bien escalonados y dejando ver la cara más amable para un modelo que también opta a ser un coche para el día a día. Hay par motor de sobra para circular en cualquier marcha
Pero la potencia está ahí, escondida, e incluso en el modo Confort ya notamos que cuando hundimos algo más el pedal derecho aparece una reserva ingente de fuerza esperando a ser llamada. Buscamos terreno despejado, cambiamos de modo, nos saltamos el Sport y nos vamos directamente al Sport+ y pisamos el acelerador hasta el suelo.
Sin dejar que la caja de cambios reduzca, a medida que el propulsor gana revoluciones en cualquier marcha el empuje llega de manera progresiva pero demoledora. Los 900 Nm de par motor disponibles desde 2.500 rpm son una catapulta que dispara por encima de las 5.000 rpm los 639 CV. La aceleración es pura adrenalina y puede completar el 0-100 km/h en 3,2 segundos.
Dejando que trabaje la transmisión automática AMG SPEEDSHIFT TCT 9G de nueve velocidades, el sistema reduce rápidamente dos o tres marchas, aunque no todo lo veloz que nos gustaría. Ahí también encontramos una patada en los riñones que nos deja tatuados a la piel del asiento, pero con un cierto retraso a la hora de buscar la marcha óptima.
Lo mejor del Mercedes-AMG GT 63 S de 4 puertas Coupé 4MATIC+ está en el final de su nombre comercial cuando de lo que se trata es de buscar prestaciones puras. La tracción integral inteligente 4MATIC+ utilizada en este coche ha sido puesta a punto por AMG, y puede destinar la cantidad exacta de par necesario a cada rueda para maximizar la transferencia de energía sobre el asfalto sin perder tracción.
Hay que reconocer que sí, es cierto que funciona, y se nota que este GT 63 S va atornillado al asfalto. Es difícil ver parpadear al testigo que nos indica que alguna rueda está deslizando. Sólo en curvas muy cerradas o sobre asfalto en no muy buen estado acelerando con fuerza para buscar el límite de la electrónica logramos encontrar algún movimiento.
Y es que además esta percepción de control está reforzada aún más gracias a otros sistemas específicos en este coche, entre los que destaca el eje trasero direccional. Hasta 100 km/h las ruedas traseras giran en sentido contrario a las delanteras para mejorar la agilidad, y a partir de 100 km/h lo hacen en el mismo sentido para incrementar la estabilidad.
A la hora de frenar ocurre más de lo mismo, y es que este coche pisa realmente bien, no se descompone y permite entrar con decisión en las curvas, aunque tanto por tamaño como por dimensiones no podemos esperar la agilidad de un deportivo. Gira bien, pero tiene inercias. La física no perdona.
Además este eje trasero con vida propia también tiene otro factor positivo y es que para realizar maniobras se consigue un extra de capacidad giro. Puede que apenas sean unos milímetros lo que se gana en radio de giro, pero en un coche que supera los 5 metros de largo (5.054 mm) y casi 1,9 metros de ancho toda ayuda es poca para conseguir girar en espacios cerrados.
Las suspensiones adaptativas (AMG Ride Control+, que incluyen soportes dinámicos para el motor) también son un gran punto a favor de este coche, y es que tienen mérito. El Mercedes-AMG GT 63 S de 4 puertas Coupé es un coche perfecto para realizar viajes por la Autobahn, un coche de autovías y largas distancias a alta velocidad, pero también se comporta como un coche relativamente suave en entornos urbanos o bacheados. Más que el Mercedes-AMG C 63 S.
En el otro extremo, cuando buscamos la emoción que pueda despertarnos un coche de sus características, también se percibe una gran puesta a punto en los modos de conducción más deportivos cuando la amortiguación se endurece. Es entonces cuando consigue sin descomponerse que un coche grande y que supera las 2 toneladas (2.120 kg) gire bastante plano y de forma neutra.
Con todo esto, sorprende la calidad de rodadura que esta gran berlina deportiva alemana es capaz de ofrecer. Sus enormes ruedas con llantas de 21 pulgadas (opcionales) y anchuras de 295 mm y 315 mm delante y detrás respectivamente unidas a la suspensión baja no transmiten reacciones secas ni demasiado ruido hacia el interior.
También hay que reconocer que el GT 63 S de 4 puertas destaca por su nivel de insonorización. En carretera el motor prácticamente ni se aprecia, pero a baja velocidad está tan bien insonorizado que para los que nos gusta escuchar el sonido de un motor así incluso podemos sentirnos algo defraudados.
Eso sí, sobre el consumo hay que tener en cuenta que es un coche que también ocupa un lugar destacado en las estadísticas. Después de un buen puñado de kilómetros haciendo un uso de todo tipo pero con mucha autovía, la media final ha quedado por encima de los 15 litros a los 100 km. Y es que tanto el peso del conjunto como las cifras del motor al final pasan factura por mucha desconexión de cilindros y start&stop.
Tecnología con vocación deportiva y segura
Como no podía ser de otra manera la tecnología marca la diferencia en este coche y entre equipamiento de serie y opcionales puede dotarse de asistente de aparcamiento automático, asistente activo de dirección con cambio de carril autónomo, control de velocidad inteligente DISTRONIC, COMAND Online, comunicación V2X y compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay.
Otros elementos que pasan desapercibidos pero pueden ayudar a evitar un accidente son el sistema de frenado activo que asume de manera autónoma la frenada en caso de detectar un riesgo de colisión inminente, también con detección de peatones. Uno de los gadget más recurrentes es el detector activo de cambio de carril, que si detecta que nos salimos de la línea apropiada frenará las ruedas del lado opuesto y meterá al coche de nuevo en la trayectoria correcta. Puede ser un poco intrusivo, pero evita sustos innecesarios.
El sistema de navegación GPS incluye datos en tiempo real para sugerir recorridos alternativos en caso de retenciones y su funcionamiento es bastante preciso que incluye ubicaciones simbólicas en 3D, aunque la introducción de direcciones por voz deja bastante que desear. Lo que no tiene son las instrucciones con realidad aumentada que sí pueden mostrar los nuevos Mercedes-Benz GLC por ejemplo.
Aparte de todo esto y para los más osados, el Mercedes-AMG GT 63 S de cuatro puertas también incluye un modo de conducción Race que unido al AMG Dynamics puede desconectar ayudas a la conducción y enviar toda la potencia a las ruedas traseras para convertir a esta berlina en un coche sobrevirador apto para hacer diabluras en circuito.
Más allá de la barrera de los 200.000 euros
El Mercedes-AMG GT 63 S de 4 puertas Coupé se sitúa en una liga propia. Este coche está un paso por encima de lo que hoy conocemos dentro de su marca con unas prestaciones que se sitúan a la cabeza de sus parientes y al mismo tiempo tomando el lujo y la tecnología de los modelos más elaborados de la casa. Su precio parte de los 198.700 euros.
Con todos los extras incluidos en la unidad probada el precio asciende hasta rozar los 230.000 euros. Una cantidad que sólo está al alcance de unos pocos y que sitúan al GT 63 S de 4 puertas en una selecta constelación de coches aptos sólo para los bolsillos más adinerados.
Entre su competencia podemos encontrar muy pocos rivales, pues sólo existen otras superberlinas similares como el Porsche Panamera Turbo (con 549 CV desde 181.779 euros) o Panamera Turbo S E-Hybrid (con 680 CV y desde 192.762 euros) o el ya veterano Aston Martin Rapide S (559 CV y 220.749 euros). Próximamente podría entrar a hacer competencia el Audi RS7 y el BMW M8 Gran Coupé.
En definitiva, el Mercedes-AMG GT 63 S de 4 puertas Coupé no es un coche al alcance de todos. El Mercedes-Benz más potente es también uno de los coches más refinados y al mismo tiempo efectivos. Cualidades que seguramente serán apreciadas por su público objetivo, aunque quizá no lleguen a sacarle todo el partido a un coche que es capaz de ofrecer mucho más de lo que parece.
Mercedes-AMG GT 63 S 4MATIC+ - Valoración
.0
A favor
- Buena capacidad para viajar
- Empuje a altas revoluciones
- Estabilidad en curva
- Estética rotunda
En contra
- Acceso difícil al maletero
- Algunos acabados interiores
- Consumo elevado
- Precio
Mercedes-AMG Mercedes-AMG GT 63 S 4MATIC+ - Ficha técnica
Versión probada | GT 63 S 4MATIC+ | |||
Cilindrada | 3.982 cm³ | Tipo de tracción | Total | |
Bloque motor | Ocho cilindros en uve biturbo | Combustible | Gasolina | |
Potencia | 639 CV a 5.500 - 6.500 rpm | Capacidad del depósito | 80 litros | |
Par motor | 900 Nm a 2.500 – 4.500 | Consumo urbano | 15,2 l/100 km | |
Masa en vacío | 2.120 kg | Consumo extraurbano | 8,9 l/100 km | |
Velocidad máxima | 315 km/h | Consumo combinado | 11,3 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 3,2 segundos | Capacidad maletero | 461 litros | |
Transmisión | AMG SPEEDSHIFT TCT 9G | Precio | Desde 198.700 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Mercedes-Benz. El servicio de fotografía ha corrido a cargo de Two_Sides. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.