Este es el volante del prototipo Citroën C5 “by Wire”. Con él se maneja la dirección, el acelerador y el freno. Esta tecnología sustituye las conexiones mecánicas por las electrónicas (como sucede con los pedales de un fórmula 1); pero en este caso, todo en el volante.
Hay dos levas: con una se acelera y con la otra se manejan luces, claxon, limpiaparabrisas, lavafaros… En condiciones de marcha se puede poner “velocidad de crucero” mediante regulador, que se desactiva nada más volver a tocar la leva. El freno se “pisa” con dos gatillos en los extremos.
Además, lleva dirección electrónica integrada, que varía de forma automática con la velocidad. La desmultiplicación permite que a bajas velocidades, un mínimo giro de volante logre un gran giro del coche.
Bastan 1.3 vueltas de volante (lo normal son tres) en maniobras de aparcamiento.
Vía | Puesta a punto