Si creías que Chrysler estaba sentenciada, el Chrysler Portal Concept llega para demostrarte que estabas equivocado. Se presenta en el CES Las Vegas pasado mañana, es un monovolumen 100 % afurgonetado, cuenta con motorización eléctrica y cumple con el Nivel 3 de conducción autónoma (ver aquí los diferentes niveles).
¿Cuál es el propósito de este concept-car? Mostrar la idea que tiene Chrysler sobre el futuro de la movilidad, en manos de millennials que ya han crecido y necesitan un "tercer espacio" entre casa y el trabajo, además de un lugar donde viajar con la familia. Y entre sus características está la posibilidad de utilizar comandos gestuales con la expresión facial.
De su diseño cabe destacar la vuelta a las formas altas-pero-no-SUV propias de los MPV, muy próximas a las del Chevrolet Bolt, cuyo espíritu casa más con la idea de los jóvenes urbanitas que la estética de los todocaminos que hoy por hoy pueblan las ciudades.
También es evidente y muy elocuente la supresión del pilar B, que quizá no haya que entender tanto de forma literal como de forma metafórica, en referencia al espacio interior que da el concept-car; un espacio que Chrysler cifra en 180 pies cúbicos, o 5,10 m³.
El Chrysler Portal te entiende por la cara
Para cumplir con el Nivel 3 de conducción autónoma, el Chrysler Portal Concept se vale de cámaras, radares, LiDAR y toda la parafernalia necesaria. Pero además, el sistema de reconocimiento facial que incorpora traduce a comandos mediante control biométrico los gestos que realizamos con la cara, y también con las manos. Además tiene disponibles comandos vocales que se pueden personalizar, a gusto del consumidor.
Finalmente, y como es casi una exigencia en un vehículo de este corte, la integración con redes sociales para compartir música, fotos, vídeos y lo que surja es una característica que no necesita mucha presentación. Lo que sí nos llama la atención es el sistema de comunicación de pasajero a pasajero, que servirá para que los adultos que se sientan en la primera fila puedan comunicarse con los ocupantes de la tercera fila de asientos. ¿Quién dijo que la tecnología acabaría con el diálogo en las familias?