Ayer fue un día histórico para Porsche y posiblemente también para la industria europea del automóvil. El Porsche Taycan hizo su presentación mundial en un evento triple y simultáneo (Alemania, China y Canadá) donde pudimos descubrir de primera mano cómo la firma alemana quiere cambiar el universo de los coches eléctricos.
Con un precio que parte de los 156.000 euros y hasta 761CV y 1.050 Nm de par motor, el Porsche Taycan ha llegado para ser un coche rápido sobre el asfalto, pero que además acelere el ritmo de aceptación de los coches eléctricos. Un rival para Tesla, sí, pero también un impulsor de la movilidad del futuro.
Porsche Taycan: imagen de marca
Después de haberlo visto en fotos (y dejando al margen lo de ser el primer deportivo eléctrico serio de una marca europea) las ganas por poder encontrarnos cara a cara con el Taycan eran superlativas. En un despliegue mediático descomunal por parte de Porsche nos encontramos ante el Taycan definitivo y la primera impresión fue rotunda: es un Porsche.
Ante el reto de diseñar un producto tan disruptivo dentro de una marca tradicional como es Porsche, el riesgo de alejarse de su imagen de marca es una preocupación constante en los equipos de diseño, pero no, no ha ocurrido con el Taycan.
Hay que reconocer que el coche gana en directo y que las líneas exteriores del Taycan tienen una influencia más que evidente de los diseños de la fábrica alemana. Para colmo y para satisfacción de la gran mayoría, el Taycan es muy, muy similar al Mission E prototipo que enamoró en 2015.
El frontal es muy agresivo, tomando los rasgos de los 911 y llevándolos a un estrato aún más radical, tanto como para haber diseñado un morro tan bajo que ha requerido el desarrollo de unos nuevos amortiguadores neumáticos más compactos. Tirando de aerodinámica han conseguido un coeficiente de 0,22.
En la línea lateral tenemos una impresión aún más firme de que el Taycan es todo un Porsche gracias a la línea descendiente que se inicia a 1,38 metros del suelo en su punto álgido y que culmina en una zaga con unos grupos ópticos unidos por una franja LED, alerón retráctil y difusor. Todo guardando el lenguaje de diseño de Porsche entre algodones. No hay estridencias más allá del logo de Porsche encerrado bajo un cristal y acompañado por una ornamentación un tanto futurista.
Otro detalle que ha sido una pieza fundamental en el diseño ha sido la forma de las ventanillas, introduciendo un marco esculpido en forma tridimensional con una curva continua, un guiño implícito al 911 que no han querido dejarse en el tintero.
Un interior 99,9% digital, pero con inspiración clásica
En el interior se ha seguido la filosofía Porsche. Si hacemos un poco de memoria, entre los méritos de la marca alemana está la creación del cuadro de mandos de los Airbus A310. En parte este esquema de un botón por cada función se reproduce en el interior del Porsche Taycan, con una gran consola central donde se agrupan muchas funciones.
Aquí no encontramos grandes diferencias con otros vehículos que recurren a las pantallas táctiles para agrupar funciones, teniendo que apartar la vista de la carretera para manipular la ventilación, por ejemplo. Además hay que mirar muy hacia abajo por la disposición de la pantalla de la consola, obligando a mover la cabeza.
Es más, el interior del Porsche Taycan ha ido un paso más allá y ahora es casi 100% digital. Absolutamente todo se controla mediante paneles táctiles a excepción del botón de arranque a la izquierda del volante y la 'palanca de cambios' a su derecha. Opcionalmente se pueden instalar pantallas también para el pasajero y para la manipulación de la climatización en las plazas traseras.
Y es que al igual que ocurre en el Tesla Model 3, la regulación de la climatización es totalmente electrónica. El Taycan no cuenta con aireadores dotados de lamas móviles, sino que utiliza una regulación controlada a través de las pantallas para manipular la intensidad, velocidad y zona de incidencia de las corrientes de aire.
Sí, Porsche también ha caído en la moda de la digitalización de los interiores para su coche eléctrico, pero a diferencia de Tesla, por ejemplo, el alemán lo hace de una forma distinta y aparentemente mucho mejor integrada.
El interior del Porsche Taycan es innovador, pero al mismo tiempo nos ha dejado un regusto clásico, con reminiscencias a la historia de Porsche. El puesto de conducción está inspirado en el 911. Tras el volante de aspecto sobrio y elegante se eleva una pantalla curvada dispuesta en tres piezas.
Hacia su derecha las líneas del salpicadero son sobrias, los materiales están muy bien conseguidos (piel, fibra de carbono o madera, con opción de un interior libre de materia prima de origen animal) y los ajustes son robustos y de una calidad más digna de un coche con un precio de tres cifras.
En la parte alta se ha dejado un guiño clásico al mantener un pequeño reloj analógico. En general resulta un compendio entre tradición y vanguardia que funciona, aunque nos plantea algunas dudas en cuanto a practicidad en el día a día en su interior que no despejaremos hasta que podamos probarlo.
El peso del 911 en Porsche lastra al Taycan
Durante toda la presentación y en las charlas que pudimos mantener con los responsables de la marca, la influencia del Porsche 911 en el nuevo Porsche Taycan es algo fundamental. Para la marca era muy importante que se reconociera a su primer deportivo eléctrico como un coche de la casa y la verdad es que lo han conseguido.
Ver un Porsche Taycan es ver un Porsche, una identificación rápida que se consigue con rasgos comunes a modelos fácilmente reconocibles. Los faros delanteros, los pilotos traseros, la línea tendida del techo, la forma de las ventanillas y la disposición del interior cuentan con inspiración directa, principalmente, del 911.
Esto a su vez tiene derivadas negativas. Pese a ser un coche que roza los 5 metros la habitabilidad es en ciertos aspectos limitada, pero a Porsche en cierto modo eso le da igual. Tienen claro el perfil de cliente al que van dirigidos y tienen muy claro que han renunciado a un espacio más generoso en las plazas traseras porque ellos lo que querían era un eléctrico verdaderamente pasional.
Las plazas traseras del Porsche Taycan sí penalizan considerablemente si lo comparamos contra una Tesla Model S. Teniendo en cuenta que son coches que miden virtualmente lo mismo (4,96 m para el alemán y 4,97 m para el americano), las plazas traseras del Taycan son considerablemente más escuetas.
Para un pasajero de 170 cm de altura, el acceso resulta un tanto complicado pues los asientos están muy cerca del suelo (recordemos que la altura del Taycan es de sólo 1,38 m). Una vez dentro, el espacio para la cabeza es bastante justo, penalizando por lo que en Porsche llaman la 'fly line' del techo.
Las piernas tampoco disponen de demasiado espacio porque además de no haber demasiado hueco longitudinalmente con las plazas delanteras, el espacio para los pies debajo del asiento anterior es bastante escueto y, además, compartido con las canalizaciones del sistema de ventilación.
Ocurre lo mismo con la capacidad del maletero. Si bien esperábamos un espacio de carga escueto, el Taycan cuenta con un maletero trasero de formas regulares y relativamente generosas, bastante aprovechable. En total tiene 447 litros: 366 litros en la parte trasera y 81 litros en la delantera. Muy por debajo del Tesla Model S (745 más 60 litros).
Y es que al final todo suma para crear imagen de marca. Porsche vende coches deportivos y el suyo no podía ser menos, así nos encontramos con elementos que llegan a ser excesivos como el equipo de frenos dotado de unas inmensas pinzas delanteras de 10 pistones. Eso sin entrar en los frenos carbocerámicos opcionales.
Un equipamiento que roza lo innecesario para un conjunto capaz de regenerar 265 kW de energía en deceleraciones fuertes, así que las pastillas durarán toda la vida del coche. Porsche lo sabe, sabe que es un coche sobredimensionado en algunos aspectos, pero también saben el tipo de producto que venden y lo tienen que ofrecer porque es lo que buscan sus clientes.
Porsche Taycan: más allá de la rivalidad con Tesla
A lo largo de este artículo hemos hecho referencia en varias ocasiones al Tesla Model S, el que podría ser virtualmente el rival del Porsche Taycan y no serlo al mismo tiempo. Dentro de los coches eléctricos no hay mucha competencia en la actualidad, así que sería lo más próximo pero guardando ciertas distancias.
El más similar al Taycan sería el Tesla Model S Performance, un coche que sobre el papel es más espacioso, más barato (arranca en 104.700 euros) y con mejor autonomía, pero el Porsche juega en otra liga a nivel de acabados.
La calidad que desprende el Porsche desde las manillas de apertura de las puertas hasta el ensamblaje de las piezas interiores o los materiales empleados está a un nivel muy superior. Incluso los puertos de carga con su apertura motorizada mediante reconocimiento gestual es exquisita.
Pero es que el Taycan es mucho más que un rival para el Tesla Model S. El Porsche Taycan es la oportunidad de los coches eléctricos de calar entre el público convirtiéndose en un coche de halo, un vehículo rompedor de cero emisiones con el que los petrolhead empiecen a soñar.