Una de las cosas que más me gustó durante la prueba del Porsche 911 GT3, además claro está de su comportamiento deportivo de primer nivel, fue la incorporación de un sistema de elevación del eje delantero, muy práctico en aquel modelo cuyo faldón delantero quedaba a solo un palmo del suelo.
Con tan poca distancia libre al suelo, era fácil rozar la parte inferior del faldón delantero en cualquier entrada de garaje complicada. Bastaba con pulsar un segundo un botón situado en el salpicadero y la suspensión delantera hacía que ganase unos centímetros respecto al suelo. Ahora ese sistema llega al nuevo Porsche 911 y te mostramos cómo funciona.
El sistema eleva aproximadamente 40 milímetros para evitar que golpees la estilizada figura de tu nuevo Porsche 911, ese con motor turboalimentado, cuando pasas por zonas complicadas por los cambios de plano con inclinación.
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