En Porsche están de celebración. La generación 996 de Porsche 911 cumple 25 años y la marca alemana ha aprovechado para rendir homenaje a un modelo clave en su historia.
Los de Stuttgart han sacado a pasear algunas de las inmaculadas unidades del 996 que guardan en su modelo para dar forma a un album de fotos en el que no faltan versiones tan especiales como el 911 GT1, el primer 911 GT3 o el 911 Carrera 4 Millenium Edition, una edición limitada que llegó en el año 2000.
Al César lo que es del César
En el mundo de los coches sucede algo curioso: hay modelos que pasan desapercibidos durante muchos años y, de repente, empiezan a verse con otros ojos y se convierten en el objeto de deseo de cualquier petrolhead.
Hay muchos ejemplos con automóviles de todo tipo. Hace relativamente poco, nadie quería un BMW Serie 3 E36 de segunda mano y ahora es imposible encontrar uno a un precio razonable, sobre todo si es 328i o M3.
En un nivel superior, la generación del Porsche 911 que llegó en 1997, conocida por el código 996, ha sido durante mucho tiempo el nueveonce peor valorado por los aficionados.
Su diseño, especialmente los faros delanteros, a los que algunos denominaron "huevos fritos" y ser el primer 911 sin motor refrigerado por aire fueron algunos de los motivos de su falta de popularidad.
Pero suele decirse que el tiempo pone a cada uno en su sitio y el 996 no ha necesitado muchos años para tener el respeto que se merece y jugar en la misma liga que el resto de 911.
Solo hay que ver los precios que tiene cualquier unidad en el mercado de ocasión, con las versiones básicas por las nubes y las variantes más especiales en la estratosfera, aunque no tan arriba como su predecesor, el 993, si bien es cuestión de tiempo que se ponga a la misma altura.
Y es que ahora que el Porsche 911 996 cumple 25 años es justo reconocer el valor que tiene en la historia del 911 y en la de la marca en general. Con esta generación cambió por todo, no solo por su diseño y la introducción de la refrigeración por agua, sino por los hitos que consiguieron sus versiones más particulares y porque, según la propia marca, "el 996 aseguró, junto al Boxster, que Porsche continuara siendo independiente".
Una de su claves fue implementar el concepto de piezas compartidas con otros modelos de la marca, en este caso con el Boxster contemporáneo, el 986. August Achleitner, Director de Planificación Técnica de Productos, Conceptos y Formatos de Vehículos en Porsche de 1989 a 2000 fue uno de los impulsores de esa idea que permitía ahorrar costes a la marca.
"Porsche necesitaba un coche en un segmento de precio más bajo, para ayudar a generar un mayor volumen de ventas. Así que esto llevó a la idea de que el Boxster y el 996 compartieran piezas. La tarea era un gran reto. Pero lo superamos diseñando primero una serie de piezas comunes para el Boxster y el 996", dice Achleitner.
El resultado fueron dos modelos distintos, un coupé de motor trasero y roadster de motor central, que copartían absolutamente todo desde la parte delantera hasta el pilar B, incluidos los polémicos faros. El plan funcionó y llegaron a venderse alrededor de 175.000 unidades del Porsche 996.
25 años después y varias generaciones más tarde, el 911 es más popular que nunca y el Boxster es toda una institución, como también lo es su hermano coupé, el Cayman, ambos con su propia historia a sus espaldas.
Parte del éxito del Porsche 996 tuvo que ver con su amplísima gama, desde el Carrera básico, hasta el GT2, pasando por los Turbo, Cabriolet y Targa con sus distintas motorizaciones, incluidas las que iban ligadas a un sistema de tracción total.
Además, fue la generación con la que se estrenó el Porsche 911 GT3 y GT3 RS, dos variantes que eran lo más parecido a un modelo de competición homologadas para circular por la calle, puesto que llevaban el concepto del Porsche 911 GT3 Cup a la vía pública.
"El éxito comercial y el número de unidades no fueron grandes al principio. El 911 GT3 estableció una marca independiente, porque con el 911 GT3 de la generación 996 logramos distinguir claramente entre un 911 de uso cotidiano y un coche de carretera inspirado en la competición", apunta Achleitner sobre el 996 GT3.
El siguiente escalón en la gama fue el 911 GT2, un concepto que nació con el 993 y que en el 996 evolucionó. Como su predecesor, estaba basado en el Turbo, pero era más potente (462 CV), tenía una aerodinámica más trabajada y su puesta a punto era más radical, de hecho, fue el primer Porsche con frenos cerámicos de serie.
Gracias al 996, Porsche pudo permitirse continuar invirtiendo mucho dinero en competición, hasta el punto de ganar las 24 Horas de Le Mans en tres ocasiones seguidas, de 1995 a 1996, la última de ellas con el espectacular Porsche 911 GT1 de la categoría GT1 del WEC, en la que competían hipercoches que debían llegar a producción para homologarse.
De esa forma nació el Porsche 911 GT1 de calle, probablemente el Porsche 911 más espectacular de todos los tiempos. Si bien es cierto que estaba basado en el Porsche 911 993, cuando se presentó en 1996 utilizaba las soluciones estéticas del 996, una jugada lógica por parte de Porsche para impulsar el lanzamiento comercial del 996.
Solo se fabricaron 21 unidades del 911 GT1 de calle y su sutituto fue el Porsche Carrera GT, que más tarde dejó paso al 918 Spyder. El cuarto modelo de esta saga podría llegar si Porsche se anima a hacer una versión de calle de su nuevo Hypercar LMDh para el campeonato de resistencia, el Porsche 963.
Sea como sea, el 911 GT1 es –y será– uno de los Porsche más especiales de la historia. El resto de 996 no son tan exclusivos, pero por fin tienen el respeto que se merecen y se han ganado el derecho de mirar de tú a tú a cualquier otro 911, sobre todo ahora que oficialmente es un clásico.