Hay formas y formas de ver el futuro. Por un lado están aquellos que ven a los coches volando y, como en el caso que nos ocupa, aviones correteando por el barrio. Aunque la idea no es nueva, al menos en el caso de Jeff Bloch y su Spirit of LeMons, el engendro está racionalmente elaborado.
El Spirit of LeMons ha nacido en la mente de Bloch, fruto del encontronazo de amor entre un fuselaje abandonado y una camioneta. Después ha sido cosa de llamar a algunos amigos, quitar de aquí, soldar allá, añadir faros, intermitentes, luces de freno, e incluso seguro (la fuente no cita si es sólo responsabilidad civil, robo, rotura de lunas o a todo riesgo).
Inicialmente, el prototipo se construyó para participar en una carrera de resistencia de crappy cars, llamada 24 Hours of LeMons, venciendo en una categoría que el creador define como la de "coches que no tienen nada que hacer en la carrera, y sin embargo son originales y hacen todo lo que pueden".
Fue ese "éxito" el que le animó a añadir los elementos necesarios para poder circular legalmente por carretera. No voy a entrar en valoraciones estéticas y funcionales, para eso estáis vosotros, pero sí os digo que, si veo venir "eso" de frente, me aparto con rapidez de su trayectoria.
Vía | Geekosystem Vídeo | YouTube