En la década de los ochenta muchas ciudades españolas decidieron cambiar el color de sus taxis, empezando por la capital, Madrid. La normativa que obligó a este cambio, pasando de coches negros con franja roja a carrocerías de color blanco, daba cierto margen para ir cambiando la flota progresivamente, por lo que durante años convivieron ambos diseños.
Lo que no explica la propia normativa es el motivo del cambio, el porqué de pasar del negro al blanco, pero hay muchas teorías. Entre ellas encontramos desde las complicaciones que encontraban los taxistas en vender los vehículos negros de segunda mano, hasta la suciedad de la carrocería o el calor que pasaban dentro en verano, sin aire acondicionado.
No obstante, muchas opiniones apuntan a que, más allá de las penurias o dificultades de los pobres taxistas (para vender los coches o sufriendo el verano), el cambio en la normativa buscaba modernizar la imagen de la ciudad y, de paso, deshacerse de aquella asociada a la España franquista.
En el marco del especial de esta semana sobre coches y colores que estrenó el lunes Josep Camós con su artículo "Coches y colores, cuando la conexión va más allá de los gustos personales":https://www.motorpasion.com/industria/coches-y-colores-cuando-la-conexion-va-mas-alla-de-los-gustos-personales, hoy vamos a darle una vuelta al color de nuestros taxis o, más bien, al problema que plantea para fabricantes y usuarios que se asocie el coche blanco con el taxi.
Mientras en algunas ciudades como Barcelona se mantiene el diseño negro desde 1934, aunque en combinación con amarillo, en muchas otras urbes de todo el país predomina el color blanco, ya sea combinado o no con otros colores. Algunos ejemplos son Valencia, Sevilla, Zaragoza, Bilbao, A Coruña o Madrid, entre muchas otras.
Este tipo de decoración, en las que a veces ni siquiera existe una franja colorida, hace que muchos compradores ni se planteen la posibilidad de adquirir un coche blanco, por aquello de que no parezca un taxi. Si a esto sumamos que el coche sea algún modelo usado habitualmente por el gremio de los taxistas, tenemos un problema.
En realidad el problema no lo tenemos nosotros, sino más bien los fabricantes de automóviles, que se enfrentan a un reto dificil cuando intentan comercializar ciertos modelos que ya hemos asociado al mundo del taxi. Muchos pensaremos en modelos concretos de Škoda, SEAT o Toyota, pero lo cierto es que el problema llega más allá.
Aunque no veamos con frecuencia ejerciendo de taxi vehículos Audi, BMW o de otras muchas marcas, algunos directamente porque no están homologados para tal fin, la idea de que un coche blanco parece un taxi está muy extendida. Quizá en un deportivo, un coupé o un todoterreno, la relación no es tan clara, pero en una berlina la asociación es obvia. ¿Comprarme una berlina blanca? ¡Por favor!
En otras ciudades del mundo, como Nueva York (por poner un ejemplo claro), se optó por un color menos habitual, el clásico amarillo de los más de 13.000 taxis de la Gran Manzana, todo un icono del cine. Imagino que allí existe el mismo problema. Nadie querrá una berlina amarilla, pero desde luego el amarillo es un color mucho menos extendido que el blanco para coches particulares.
En algunas de las principales capitales de Sudamérica todavía se mantienen los taxis negros con franjas de colores, al igual que en Londres mantienen su icónico "black cab", aunque a partir de ahora se irán añadiendo a la flota furgonetas Nissan NV200, al igual que en Barcelona, Nueva York o Tokyo, así como el llamado MetroCab del que hablamos hace unas semanas.
En la capital ecuatoriana, Quito, existen por ejemplo cuatro tipos de taxis, cuyo color es diferente en función de la ruta que realizan o el tipo de servicio. Todos tienen una base amarilla, pero se combinan con verde, rojo o negro para diferenciarse. Unos realizan rutas urbanas, otros rutas rurales, otros por la periferia, etc...
En realidad esto de los taxis de diferentes colores dentro de una misma ciudad es algo bastante extendido, ya que ocurre en muchos lugares. Los colores suelen indicar qué tipo de rutas realiza el coche en cuestión. En Hong Kong, por ejemplo, hay tres colores de taxi establecidos (rojo, verde y azul) en función de la zona de la ciudad que cubren. En México DF, por su parte, se diferencian en "taxis ecológicos" y "taxis nuevos", siendo los primeros verdes y blancos, y luciendo los segundos un color vino.
Una de las reclamaciones que ha hecho el sector del taxi durante décadas, y especialmente en la ciudad de Madrid, es probablemente una de las mejores soluciones para evitar la asociación entre el coche blanco y el sector del taxi. Se trata de la posibilidad de llevar publicidad exterior en el vehículo.
Ahora, parece que la administración ha escuchado al gremio y permitirá que los taxistas de la capital muestren anuncios en la carrocería de sus vehículos, lo que sin duda ayudará a darle una imagen distinta a los taxis y esperemos que también contribuya a desterrar esa idea de que "una berlina blanca parece un taxi y, por tanto, no la compro en ese color, aunque me guste".
Fotografía | "Edgar Jiménez Flickr":http://www.flickr.com/photos/chilangoco/, "Jason Paris Flickr":http://www.flickr.com/photos/jasonparis/, "Barcelona Tips Flickr":http://www.flickr.com/photos/22002963@N08/, "JJ Merelo Flickr":http://www.flickr.com/photos/atalaya/ En Motorpasión | "Coches y colores, cuando la conexión va más allá de los gustos personales":https://www.motorpasion.com/industria/coches-y-colores-cuando-la-conexion-va-mas-alla-de-los-gustos-personales