Desde hace varios años, Opel es una china en el zapato de General Motors en Europa, y sigue siendo una de las obsesiones de su directiva: hacerla rentable. El experimento de meter a Chevrolet en su división regional, de 10 años de duración, no ha funcionado, por eso esa marca prácticamente desaparecerá de aquí.
Atrás quedaron los episodios en los que Opel casi se malvende tras la bancarrota, y se apuesta por su recuperación. El plan DRIVE 2022 implica una inversión de 4.000 millones de euros para sacar adelante 23 modelos nuevos o renovados, y 13 motores para ellos, todos Euro 6. Pero eso no es todo.
Los modelos superventas de Opel (Corsa, Astra, Insignia y Mokka) seguirán utilizando plataformas General Motors globales para reducir los costes. A finales del año que viene conoceremos la nueva generación del Astra, en 2016 el Insignia de segunda generación. Respecto al Corsa no está muy claro.
Los monovolúmenes Meriva y Zafira Tourer están perdiendo ventas por la manía colectiva de abrazar los SUV y los _crossover_. Conclusión, en sus próximas generaciones serán _crossover_, que es lo que quiere la gente, o lo que la gente ha asimilado que necesita. ¡Ay, Steve Jobs! ¡Cuánto daño hiciste en marketing!
Estos dos modelos serán desarrollados sobre plataformas PSA y con motores PSA, ya que no se podían encajar --vaya usted a saber porqué-- en plataformas GM. Solo el año pasado el Meriva cayó en Europa un 27%, y el Zafira Tourer un 11%. Nada que no solucionen unos plásticos negros y suspensión elevada. Y vendrán más SUV aún...
Otras medidas de ahorro pasan por echar el candado a la fábrica alemana de Bochum, que será dentro de meses. Es posible que en 2016 sea el punto de inflexión y Opel empiece a ganar dinero en Europa. En los últimos 12 años Opel ha hecho perder a la central 18.000 millones de dólares, una cantidad que asusta.
Vía | Automotive News