Que Mercedes-Benz haya creado su coche superdeportivo más atrevido y transgresor de la historia en honor a Stirling Moss es un claro indicador de que, aunque el piloto británico no obtuviese nunca el preciado título de Campeón del Mundo de Fórmula 1, está considerado como uno de los grandes del automovilismo deportivo. Ahora, con motivo del fallecimiento del piloto que lleva su nombre a los 90 años de edad, recordamos cómo era el especialísimo Mercedes SLR McLaren Stirling Moss.
Fue en el Salón de Detroit de 2009 cuando Mercedes-Benz presentó al público el Mercedes SLR McLaren Stirling Moss. Se adelantó una década a la tendencia actual en la que fabricantes como Ferrari con los Monza SP1 y Monza SP2, McLaren con el Elva o Aston Martin con los V12 Speedster(inspirados por cierto en los DBR1 que también pilotó Moss en su época) han lanzado modelos de estilo barchetta para delirio de los amantes de los automóviles más puros y especiales.
Aquel coche tomaba como base mecánica la del Mercedes SLR McLaren, pero evocaba en cada detalle de su diseño a los 300 SLR con los que la marca de la estrella consiguió la victoria en la Mille Miglia, en la carrera de Eifel, la Targa Florio o el Tourist Trophy.
Entre todas esas victorias la de Stirling Moss, en la Mille Miglia marcando un récord que todavía permanece imbatido con 10 horas, siete minutos y 48 segundos, fue la que llevó a Mercedes a ponerle su nombre a uno de sus coches más especiales.
Todo abierto, como los 300 SLR
El principal atributo de los Mercedes SLR McLaren Stirling Moss era su carrocería completamente abierta, carente de parabrisas delantero o techo de protección. Solo tenían dos piezas para cerrarlo por completo, que se podían situar sobre el puesto de conducción y copilotaje y cuando no eran necesarias se podían guardar en el maletero.
No tenían tampoco cristales en las puertas, las cuales tenían apertura vertical como en el SLR Coupé y Roadster.
Todos los paneles que dan forma a su carrocería están fabricados en fibra de carbono para reducir al mínimo el peso del conjunto. Se diseñaron pensando en que ese coche podría alcanzar los 350 km/h de velocidad punta.
Gracias al espectacular motor 5.4 V8 turbo que entregaba 650 CV a 6.500 RPM y 820 Nm de par a 4.000 RPM, el Mercedes SLR McLaren Stirling Moss podía acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos. Lógicamente estas prestaciones obligaban a que la aerodinámica jugase un papel importante para mantenerlo bien pegado al suelo.
Contaba con el mismo sistema de aerofreno del SLR normal adaptado a las formas de su espectacular carrocería. Se levantaba cuando el piloto pisaba el freno a más de 120 km/h para estabilizar la trasera.
Como curiosidad, en el SLR McLaren Stirling Moss el conductor podía accionar manualmente el aerofreno desde un mando situado en el habitáculo para así dotar de más sustento a la parte posterior del coche.
También tenía gran protagonismo el difusor posterior que es mucho más grande que los de los SLR. Visto en persona, parece un coche más largo de lo que realmente es.
Menos es más
En el interior todo se redujo a la mínima expresión, como es lógico, siguiendo el principio de 'menos es más'. No hay radio, no hay botones más allá de los puramente necesarios para conducirlo y solo un climatizador sencillo permite calentar o refrigerar el habitáculo en situaciones necesarias.
Los ajustes de los asientos son manuales precisamente para evitar montar motores eléctricos que incrementarían el peso. El panel central está fabricado en fibra de carbono, mientras que el volante ya era multifunción y tenía los laterales forrados en Alcántara.
Todos llevan una placa con la firma de Stirling Moss al lado del mando selector del cambio automático, que era el AMG SPEEDSHIFT de solo cinco velocidades con modos automático y manual a través de las levas fijas en el volante.
Los ocupantes de sus dos plazas contaban con un sistema de protección en caso de vuelco formado por dos arcos individuales que se sitúan detrás de la cabeza de cada uno de ellos y marca el estilo de la parte posterior del coche.
Cada coche se entregaba con dos cascos y dos juegos de gafas de protección. El SLR McLaren Stirling Moss era el más ligero de todos los SLR, con 1.551 kg, siendo por tanto unos 200 kilos más ligero que el resto de modelos SLR.
75 unidades solo para propietarios de otros SLR
Los SLR McLaren Stirling Moss se produjeron en una tirada limitada a 75 unidades, cada una de ellas numerada a la que solo tenían acceso los clientes que previamente hubiesen adquirido un SLR.
Se fabricaron desde junio a diciembre de 2009, justo después de que en mayo de 2009 se dejase de fabricar el Mercedes SLR McLaren Roadster. Su precio era de 750.000 euros.
Rápidamente el valor de los Mercedes SLR McLaren Stirling Moss se multiplicó, tanto que hace dos años en una subasta se vendió una unidad por más de 3 millones de euros. Hoy en día sigue siendo una pieza de coleccionista y ahora, tras el fallecimiento del piloto británico, es probable que su valor suba todavía más.
D.E.P Stirling Moss.
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