Hace unas semanas, Mercedes desvelaba el nuevo Clase S. El buque insignia de Mercedes-Benz, como viene siendo habitual, estrena una multitud de sistemas de ayudas a la conducción, de confort y de seguridad inéditos en el resto de la gama.
Y es que el Mercedes Clase S siempre ha sido el coche con la tecnología que el resto de coches usarán dentro de 10 años. Y esta nueva generación no es ninguna excepción. Entre ellos, la posibilidad de que dejemos el coche en la entrada del parking, aparque solo y luego nos venga a recoger. Es decir, hará realidad, aunque de forma limitada, la conducción autónoma.
El Mercedes Clase S será oficialmente el primer coche del mercado en equipar un nivel 3 de conducción de los cinco niveles que hay bautizado Drive Pilot. En el nivel 3, el sistema, además de asumir las labores básicas del manejo del vehículo, puede monitorizar el entorno y responder ante un imprevisto sin intervención humana.
En este nivel de automatización, el coche podrá cambiar de carril, frenar para evitar colisionar con otro vehículo que cruce nuestra trayectoria... Eso sí, el sistema puede requerir de la intervención del conductor en determinados momentos en los que el software no es capaz de actuar.
En el caso del Mercedes Clase S, el sistema es ideal para las situaciones en las que hay un atasco. El coche conducirá sólo, asumiendo la responsabilidad, y el conductor podrá hacer otras cosas soltando el volante, aseguran en Mercedes-Benz. Eso sí, deberá estar listo para retomar el control del coche cuando éste se lo pida.
Conducción semiautónoma de nivel 3 a partir de 2021 y solo en Alemania
Los Clase S 2020 solo podrán equipar el nivel 2 y solo a partir de 2021 llegará la versión del Clase S con nivel 3. A destacar que los modelos 2020 no equiparán el hardware necesario para un nivel 3 por lo que no podrá haber retrofit ni una activación remota de software. En un primer momento, el sistema solo funcionará en algunas autopistas alemanas y solo hasta 60 km/h.
El límite de 60 km/h es un imperativo legal. Europa (así como Corea del Sur, Japón y Estados Unidos) han firmado una nueva regulación de la ONU relativa a los Sistemas Automáticos de Mantenimiento de Carril, o conducción semiautónoma de nivel 3. Ésta limita la velocidad operativa de los coches equipados con este nivel a un máximo de 60 km/h. La norma incluye la obligatoriedad de equipar cajas negra y entrará en vigor en enero de 2021.
En cuanto a su limitación geográfica a ciertas autopistas alemanas, todo se debe a que para que el sistema sea eficaz el entorno en el que se mueve el coche ha de tener ciertas características. Por ejemplo, la autopista debe tener una líneas bien visibles, una buena cobertura internet (no hace falta que sea 5G), que no haya túneles o cualquier cosa que impida la recepción GPS, ni tampoco cruces o semáforos (como sí hay en Estados Unidos por ejemplo). En 2021, Mercedes promete que este sistema del Clase S pueda funcionar en casi toda la red de autopistas alemanes y para 2022 esperan poder añadir autopistas europeas.
La conducción autónoma, al menos tal y como la entiende Mercedes es muy dependiente del entorno y de la infraestructura. No es un sistema que puede interpretar cualquier situación o entorno, solo lo hace si el entorno cumple una serie de requisitos. Y no es solo una cuestión de inteligencia artificial sino sencillamente de tecnología.
Así, los Clase S con nivel 3 equiparán radar, cámaras y lidar. Y es que por cuestiones de seguridad, en Mercedes consideran que para funcionar correctamente, el sistema debe tener confirmación “de lo que ve” por al menos dos de los tres “ojos” que tiene, es decir, cámaras, radar y lidar. Cada uno de esos sistemas tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Las cámaras detectan muy bien las formas, pero no tan bien si tienen el sol de frente (o si por la razón que sea se han ensuciado). Los radares detectan muy bien las diferencias de velocidad entre dos objetos, pudiendo determinar así si es un objeto inmóvil o en movimiento. Combinando los tres sistemas, el Clase S obtiene una imagen más nítida, más completa de la situación.
Aun así, las infraestructuras son claves para que los sistemas de conducción autónoma del Clase S puedan funcionar correctamente. Por ejemplo, el Clase S 2021 dispondrá de un sistema de aparcamiento autónomo de nivel 5.
Es decir, el conductor llega a la entrada del parking y se baja del coche. Acto seguido el Clase S se va a buscar un hueco y aparcará él sólo cuando lo encuentre. Y lo mismo sucederá a la vuelta. Se llamará el Clase S vía el móvil y solo tendremos que esperar a que el coche, sin nadie al volante, venga a recogernos.
Sí, es un sistema muy parecido al sistema Smart Summon de Tesla que llegó al mercado en 2019. Sin embargo, entre los dos sistemas hay una diferencia notable, al menos en el mercado europeo. Mientras que con el Tesla Smart Summon, el conductor no podrá estar a más de 6 metros del coche y éste no podrá recorrer más de 20 metros (con el conductor a menos de seis metros del coche), el Clase S podrá moverse libremente en el parking sin la supervisión de su conductor.
Eso sí, de momento, solo es posible hacerlo en el parking P6 del aeropuerto de Stuttgart, el único de momento adaptado para el sisteam Automated Valet Parking de la marca. Y es que los parkings deben tener ciertas características, además de Mercedes obtener la certificación para poder liberar el sistema en ese entorno. En sus inicios solo funcionará en un solo parking, pero es solo el principio, aseguran en Mercedes.
Airbag frontal trasero y dirección a las cuatro ruedas
Otras de las innovaciones que incluye el nuevo Mercedes Clase S son los airbag frontales traseros. Estos cuenta con una estructura tipo tubular, que es la que se infla y da forma al airbag, mientras que el resto del airbag usa el aire ambiente y unas válvulas que le permiten ser eficaz independientemente de la posición del asiento delantero y del asiento trasero.
El eje trasero direccional es otra de las innovaciones del Clase S, según Mercedes. Lo cierto es que no es el primer coche en disponer de este sistema, varios ha sido los coches que desde los años 80 lo han propuesto (Honda Prelude en los años 80 o los Renault Laguna, Mégane y Espace más recientemente).
En el caso del Clase S, la dirección a las ruedas traseras permite reducir el radio de giro en dos metros. Así, a pesar de sus más de 5 metros de largo el Clase S es como si girásemos con un Clase A. Es un sistema sencillo con un controlador, un motor eléctrico, un sistema epicicloidal y una correa que con tan sólo 30 mm de recorrido permite girar las ruedas traseras hasta 10º.
La gracia del sistema es que usa los sensores de parking para tomar en cuenta el entorno, como un coche o una columna de parking para determinar cuál es el mejor ángulo de giro y el sentido de giro de las ruedas (en la misma dirección que las de delante o contraria). Si el sistema detecta que se acerca a una obstáculo, se modifica el giro de la dirección trasera para evitarlo.
Todos estos sistemas que equipan el nuevo Mercedes Clase S son los que veremos en un futuro más o menos cercano en el resto de la gama Mercedes-Benz y probablemente en otras marcas. Y es que el Clase S siempre ha la referencia en términos de innovación. Ahora solo nos queda probar el Clase S para poder determinar cómo funcionan realmente esas innovaciones en la vida real.
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