Hace año y medio que tenemos Plan PIVE como la respuesta del Gobierno del PP a la caída de las ventas del mercado español. El anterior Gobierno socialista hizo lo propio con el VIVE, después el 2000E. El anterior Plan Prever se terminó en primavera de 2008.
No hace falta decir que estas ayudas han tenido efectos beneficiosos para la industria, pero no solo la nacional, también la extranjera. En el caso del PIVE, las condiciones se van endureciendo progresivamente, y vamos por la sexta convocatoria, para mejorar su efectividad. ¿Y si se ciñe a la producción nacional?
José Manuel Soria, que es ministro de Industria, Energía y Turismo, lo ha dejado caer esta mañana en Toledo en un desayuno informativo. El PIVE ha ayudado mucho a la industria española, pero si si se pone como condición la subvención para modelos nacionales, el efecto será mayor. Hasta aquí, todo suena muy bien.
No sé si el ministro ha ponderado aún la reacción de la Unión Europea en lo que sería un tortazo a mano abierta contra el libre mercado común. Es decir, me temo que Bruselas dirá que es una ayuda que vulnera la legislación comunitaria en materia de competencia, y eso no suena ya tan bien.
Lo que sí parece más razonable es restringir el efecto del PIVE a los vehículos fabricados dentro de la Unión Europea. La mayoría de los modelos que se venden en la UE se fabrican dentro de la UE, pero siguen viniendo unidades del Magreb, Estados Unidos, Turquía... y en mayor medida Corea del Sur y Japón.
Si Bruselas le dice "NO" al Gobierno español, solo quedaría el camino de la publicidad institucional, incentivando la compra de coches hechos en España, pero sin meterse en el barrizal de dar marcas y modelos concretos. A día de hoy, algunos fabricantes mencionan el "fabricado en España", como por ejemplo hace Renault con el compacto Mégane.
Vía | La Vanguardia