Los utilitarios o coches urbanos, esos coches de menos de 4 metros de largo (casi siempre más cercanos a los 3,50 metros de largo que de los 4 meros) del segmento A (Fiat Panda, Fiat 500, Suzuki Ignis u Opel Adam, por ejemplo), están en peligro de extinción.
La motivación principal de compra de estos modelos, suele ser su precio asequible. Para el comprador habitual de un coche de este segmento, supone un desembolso muy importante, pero también le aporta la libertad de movimiento individual que la clientela de segmentos superiores da por sentada. No depender del transporte público es un privilegio, al fin y al cabo.
Evidentemente no tienen por que ser modelos aburridos. Pueden ser racionales y al mismo tiempo tener una cierta dosis de pasión. Un Fiat Panda es muy racional, pero un Fiat 500 es también muy divertido, aunque sea por su diseño.
El segmento A es importante en Europa para los fabricantes, aunque no sean los modelos que tienen el mayor margen de beneficio. El 8 % de los 15 millones de coches que se venden anualmente en Europa son del segmento A. Sin embargo, muchos fabricantes lo están eliminando de su gama hasta el punto de que pronto no quedará ninguno o casi.
Algunas marcas ya no poseen ningún modelo del segmento A en su catálogo. Los Opel Karl y Opel Adam ya no se fabrican. Hace tiempo ya que Ford dejó de fabricar el Ka y solo mantiene el Ka+ en su gama, pero quién sabe por cuánto tiempo todavía.
El segmento A no tiene futuro
A excepción de los fabricantes nipones, como Toyota o Suzuki que pueden aprovechar las plataformas de kei-cars para sus modelos del segmento A en Europa, ningún fabricante actualmente presente en este segmento apuesta por renovar los modelos actualmente en venta cuando lleguen al final de su vida comercial.
Así, los Peugeot 108, Citroën C1 y Renault Twingo podrían no tener descendencia. PSA no quiere renovar la colaboración con Toyota y Renault se quedaría sin socio para el futuro Twingo. Incluso los Fiat 500 y Fiat Panda, dos estrellas y superventas del segmento, no tienen su futuro asegurado.
"En un futuro muy cercano, nos centraremos en un segmento con volúmenes más grandes, márgenes más grandes, y esto significará una salida del segmento de los minicoches", dijo el CEO de Fiat -Chrysler, Mike Manley, a finales de octubre, al presentar los resultados trimestrales a analistas financieros.
Al parecer, en Europa estos coches ya no serían rentables. El margen de beneficio en cada uno de esos coches es escaso. Añadir toda una serie de sistemas para que puedan cumplir con las normas anticontaminación y no mermar la famosa media de los 95 g/km de CO2 (filtros, catalizadores SCR, hibridación de toda clase) haría que esos coches no fuesen rentables para el fabricante. Si desea conservar un margen de beneficio, aunque mínimo, debería subir el precio de esos coches. Y entonces, tendría el precio de un modelo del segmento B...
Una de las pruebas de que son coches con poco margen es que casi todos los modelos del segmento A europeo son el fruto de alguna colaboración entre diferentes grupos. Así, los Fiat Panda y Fiat 500 amortizaron en su día el desarrollo compartiendo plataforma con el Ford Ka, mientras Fiat fabricaba del Ford Ka. Los Peugeot 108 y Citroën C1 son primos hermanos del Toyota Aygo. Incluso, el Twingo -antaño un tenor del segmento A- ha sido desarrollado junto con el smart forfour.
Este giro de situación puede parecer paradójico. Los pequeños utilitarios y de bajo consumo parecen muy pertinentes en el contexto actual de restricción de las emisiones de CO₂ para combatir la contaminación del aire. Pero para los fabricantes, el juego ya no vale la pena. Ni siquiera convirtiéndolos en coche eléctrico.
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