Trump se ha cargado el acuerdo nuclear con Irán, y de paso ha provocado una brecha con Europa y las consecuencias se extenderán desde Medio Oriente hasta Asia Oriental. Las nuevas sanciones de Washington han provocado una subida del petróleo escandalosa, alcanzando su máximo desde 2014.
Mientras tanto, compañías como PSA, Renault, Peugeot, Siemens, Total o Samsung ven seriamente amenazados su negocios en Irán.
China y Europa, los más afectados ante el subidón del precio del barril
Así que Donald Trump lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a creer que su imaginario juego aislacionista solo iba a avanzar en el tablero de las relaciones geopolíticas en una dirección: la favorable a Estados Unidos. Y de paso, ha mandado un saludo a Kim Jong-un en forma de indirecta.
La Casa Blanca ha decidido que era una buena idea añadir una música apocalíptica al incendiario discurso de Trump mientras anunciaba que las intenciones pacíficas del programa nuclear de Teherán, firmado por Obama en 2015, no eran tal cosa. "Si no hacemos nada, sabemos lo que va a pasar. En poco tiempo, el principal patrocinador estatal del terror estará en la cúspide de la adquisición de las armas más peligrosas del mundo", dice el presidente.
Israel y Arabia Saudí han aplaudido la decisión, claro. Por su parte, Canadá, Francia, Alemania y Reino Unido se han posicionado públicamente en contra.
Mientras tanto, según informa la BBC, Irán ha ordenado a sus autoridades que se preparen para enriquecer uranio a niveles industriales, por si fracasan las negociaciones. Y según la cabecera rusa RT, Arabia Saudí ha dicho que ellos también desarrollarán armas nucleares si Irán lo hace.
Nos encontramos aquí en un escenario de incertidumbre entre estos dos países, que pueden llegar a entrar en una guerra ante la nueva situación.
Lo cierto es que esta declaración de guerra ya ha tenido dos importantes consecuencias (tres si contamos la ruptura con Europa):
- El precio del petróleo se ha disparado hasta alcanzar los 77 dólares el barril, su nivel más alto desde 2014. Si las sanciones se recrudecen, tal y como ha amenazado Trump, la oferta de crudo iraní se reducirá considerablemente. Sin embargo, la arriesgada decisión de romper con el acuerdo nuclear no va a afectar, de momento, a los precios de la gasolina estadounidense, pues Estados Unidos no importa petróleo desde Irán.
Pero en la otra cara de la moneda está China y la Unión Europea, que son grandes clientes de Irán. En concreto, Francia tiene muchas empresas instaladas en el país, mientras que Italia y España importan crudo iraní.
- Las compañías automotrices francesas ya están temblando. El plan maestro de Trump, a través del Departamento del Tesoro, otorga un plazo de 90 días -que finaliza el 6 de agosto- para que finalicen las relaciones comerciales con Irán, y el 4 de noviembre le tocará el turno a las actividades petroleras.
Renault y Peugeot miran a Europa en busca de soluciones
Cuando se levantó el embargo comercial a Irán en 2015, las empresas francesas se animaron a invertir en el país, y un año después irán se convirtió en un importante exportador de crudo dentro de la OPEP. Pero este último batacazo en pos de 'la libertad del oprimido pueblo iraní' ha desestabilizado el mercado.
Según los datos, PSA ha firmado acuerdos de producción por valor de 700 millones de euros en el país y Renault ha invertido una buena suma para aumentar su producción a 350.000 vehículos al año. Hoy, las acciones de Peugeot y Renault han caído.
Tal y como informa Autonews, el Grupo PSA ya está mirando a Europa para que haga algo. Francia comenzó a estrechar lazos con Irán ya en 1979, y los reforzó tras el acuerdo alcanzado en 2015 por Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Rusia, China e Irán, que levantaba las sanciones al país a cambio de que este acabara con su programa nuclear en Teherán.
Pero Trump considera que se trataba de un pacto unilateral "horrible que nunca debió haberse hecho".
Así que tenemos una bonita patata caliente en la que la población iraní y empresas y consumidores a nivel global van a conocer de primera mano las consecuencias de las decisiones en la esfera internacional.