El sector automoción en su conjunto (fabricantes de vehículos, proveedores, concesionarios, talleres, renting, alquiladoras y actividades de reciclaje y desguace que componen toda la cadena de valor del sector) han emitido un comunicado en el que piden en bloque al Gobierno que apruebe "un plan de choque nacional de medidas urgentes y específicas para el sector" que atenúen "la grave crisis que atraviesa España" por el coronavirus.
El conglomerado habla en su escrito de "priorizar la lucha contra la enfermedad y la recuperación de todos los enfermos por la pandemia", tal y como han demostrado con hechos entidades como SEAT o FCA con la fabricación de respiradores, u otras como Suzuki y Hyundai cediendo sus coches a los sanitarios, entre otras marcas y acciones desarrolladas.
No obstante, el sector del automóvil centra su reivindicación en el plano económico y recuerda que la limitación a servicios mínimos esenciales de talleres y actividades afines ya ha provocado "una caída del 95% en su facturación", tal y como ya alertó Faconauto.
Asimismo, el cierre total de la actividad comercial en concesionarios y compraventas ha desembocado en un desplome del 70% en las matriculaciones de marzo, caída que se hará aún más profunda en abril, donde ya se están registrando bajadas diarias del 90%, y en mayo.
Se trata de unas alarmantes cifras que hacen halagüeño el primer pronóstico arrojado por la patronal de concesionarios españoles, que estimó el total de matriculaciones de turismos y 4X4 a lo largo del presente año en 883.000 unidades, lo que supondría una caída del 29,3% con respecto al ejercicio anterior (1.258.260 unidades).
Una tesitura compleja que llevó a Faconauto a solicitar el cierre de todas las instalaciones de la red oficial de concesionarios dedicadas a la venta y reparación de vehículos en el territorio nacional durante los días en los que se extienda el estado de alarma.
Las duras consecuencias se prolongarán más allá del estado de alarma
Pero las secuelas que dejará el COVID-19 en la industria del automóvil van más allá de las restricciones de movilidad decretadas para este periodo por el Ejecutivo, situando a las alquiladoras como un canal severamente afectado debido a que "la temporada turística se da prácticamente por perdida".
En cuanto a las fábricas de coches, "serán necesarios meses para volver a plena producción" en el supuesto de que las fábricas españolas y europeas retomen su actividad de manera paulatina a partir del mes de abril. Ese es el objetivo, por ejemplo, de Volkswagen Navarra, donde ya se valora el regreso gradual a la fabricación desde el 20 de abril.
Cabe recordar que el frenazo generalizado de la producción de coches ha dejado estampas desoladoras traducidas en ERTE multitudinarios en plantas emblemáticas como la de SEAT en Martorell o en todas las del Grupo PSA en nuestro país.
En este sentido, Carlos Tavares, mandamás del Grupo PSA, advirtió que por el momento la situación no es insostenible, pero que la compañía "no puede resistir mucho tiempo casi sin ingresos".
Y si las empresas del sector no remontan, el empleo se verá diezmado. Se calcula que al menos unos 350.000 empleados del sector (entre fabricantes, componentes y distribución) han tenido que acogerse a expedientes de regulación temporal del empleo para paliar el impacto negativo de la parada de actividad.
"Esta recuperación también será paulatina, muy condicionada a la existencia y la contundencia de las medidas de impulso, pero necesita de unas medidas de apoyo contundentes y ágiles, centradas en dinamizar mercado y producción y que permitan al sector recuperar su efecto tractor en el conjunto de la economía", espetan los representantes del sector.
Las medidas que demandan para revertir la situación
Por otra parte, recuerdan que "el sector de la automoción representa el 10% del PIB y el 9% del empleo en España. Es uno de los sectores industriales de mayor peso específico, inversión y empleo del país, además de ser clave en la exportación y balanza comercial", por lo que exigen:
Impulso de la demanda: medidas ayuden a la recuperación global del mercado y sus servicios, que promuevan la renovación del parque con todas las nuevas tecnologías disponibles e impulsen el cumplimiento de unos objetivos medioambientales cuya implementación ya han pedido que se retrase.
Mejorar la liquidez de las empresas, en especial las de menor tamaño y riesgo financiero.
Medidas fiscales para reactivar el mercado.
Medidas de flexibilidad laboral.
Impulso de la inversión y de la industria 4.0.
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