Hace ya varios meses que Barcelona comenzó a preparar la redacción de la ordenanza que regulará su Zona de Bajas Emisiones (ZBE), y que entrará en vigor el 1 de enero de 2020. Ahora la alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau, ha presentado la propuesta de ordenanza: un área de más de 95 km² que incluye Barcelona y los municipios circundantes a las rondas donde se restringe progresivamente la circulación de vehículos más contaminantes.
La entrada en vigor de esta normativa va a suponer que los coches sin pegatina de la DGT tengan restringido el acceso a la ZBE, aunque solo será de lunes a viernes. Las multas no comenzarán a hacerse efectivas hasta abril.
Las claves de esta nueva zona de restricciones
A pesar de que Barcelona y su área metropolitana llevan más de una década incumpliendo la directiva europea de calidad del aire (al igual que Madrid), será la primera vez que haya restricciones de tráfico a este nivel.
¿Qué área engloba?
La ZBE incluye los municipios de Barcelona (a excepción de la Zona Franca-Industrial y el barrio de Vallvidrera, el Tibidabo i les Planes), L’Hospitalet de Llobregat y partes de los municipios limítrofes a las rondas: Esplugues de Llobregat, Cornellà de Llobregat y Sant Adrià de Besòs.
Para ponernos en contexto, comprende un área de 95 km², mientras que Madrid Central, que solo afecta a la almendra de la ciudad, tiene una extensión de 4,7 km².
Claro que la Zona de Bajas Emisiones de Londres tiene un tamaño de 1.508 km² (es la más grande del mundo y entró en vigor en 2008), y su Zona de Emisiones Ultrabajas, que funciona las 24 horas del día, siete días a la semana, cada día del año, 21 km².
En el resto de Europa hay 280 zonas de restricción al tráfico: la mayoría funcionan desde hace una década.
¿A qué vehículos afectará?
A partir del 1 de enero de 2020 no podrán acceder a esta zona ningún vehículo sin etiqueta medioambiental; esto es: los gasolina anteriores a Euro 3 matriculados antes de enero del año 2000, y diésel anteriores a Euro 4 matriculados antes de enero de 2006.
Asimismo, las furgonetas matriculadas antes del octubre de 1994, con normativa anterior a Euro 1, tampoco podrán entrar a la ciudad, así como las motos y ciclomotores sin etiqueta y anteriores a Euro 2, que corresponde mayoritariamente a los matriculados antes de 2003.
¿Tiene horario?
A diferencia de Madrid Central, la ZBE solo funciona en horario laboral de lunes a viernes, de 7:00 a 20:00 horas. La vigilancia correrá a cargo de 70 cámaras instaladas en 40 puntos.
¿Habrá excepciones?
Sí. Los servicios médicos, funerarios, los vehículos de personas con movilidad reducida, Protección Civil, bomberos o policía estarán exentos de cumplir la normativa.
Además se contempla aplicar una moratoria de un año a los vehículos de transporte de mercancías y de transporte colectivo, como autocares, camiones o furgonetas, de forma que las empresas tengan margen para renovar sus flotas.
Pero hay más. Además de que será una zona restringida al tráfico únicamente de lunes a viernes y para los vehículos sin etiqueta, los conductores afectados podrán saltarse el veto un total de 10 días al año sin ninguna justificación.
Para ello deberán avisar con 24 horas de antelación a través de la web del Área Metropolitana de Barcelona. Si no lo hacen, serán multados, pero podrán recurrir posteriormente la sanción.
¿A cuánto ascenderán las multas por incumplimiento?
Incumplir la normativa de acceso a la ZBE no supondrá multas desde el 1 de enero, sino que se pondrá en marcha un periodo informativo que terminará en abril.
Será en abril cuando se empiecen a imponer las multas, que se situarán entre los 100 y los 1.800 euros:
- Infracciones leves con sanciones de 100 a 499 euros: se aplicarán a motos, furgonetas y turismos con una masa máxima autorizada de 3,5 toneladas.
- Infracciones graves con sanciones de 500 a 999 euros: irán a autocares, camiones y furgonetas de mayor tamaño.
Si la infracción leve se lleva a cabo en episodio de contaminación, pasará a grave, y las graves a muy graves, con multas de entre 1.000 y 1.803 euros.
Esta propuesta de ordenanza deberá ser aprobada en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona y en el resto de municipios afectados en diciembre.
Una solución que llega tarde
"No tenemos tiempo, ya vamos tarde. La contaminación está en unos niveles inaceptables", ha dicho Colau, que espera que se reduzca en un 30 % los niveles de contaminación en esta zona.
Lo cierto es que tanto Madrid y Barcelona acumulan 11 años de incumplimientos en la normativa europea de calidad del aire, y España enfrenta una multa por parte de la Comisión Europea. Bruselas optó en julio por llevar a España ante el Tribunal Europeo de Justicia (TJUE) por incumplir los límites de emisiones fijados por el Ejecutivo comunitario.
Se le dio tregua gracias a Madrid Central, pero se retomó el expediente de infracción, que data de 2015, por sobrepasar de forma continuada los límites de emisiones. Y todavía no hemos presentado un plan B.
Por otro lado, cabe recordar que la situación geográfica de Barcelona hace que el problema de la contaminación se vea agravado: está encajonada entre el mar al este y las colinas al noroeste.
Y en ese reducido espacio tienen que circular los coches, los camiones que van y vienen del puerto -exclusivamente por la Ronda Litoral-, los barcos y de cierto modo los aviones, ya que una de las rutas de aproximación al aeropuerto del Prat pasa por encima de Badalona y de Barcelona.
A eso se le debe añadir la brutal contaminación en forma de óxido de azufre que cada día arrojan al mar los cruceros y los buques de mercancía a su paso por el puerto de Barcelona.
Está por ver si un plan de restricciones que libra los fines de semana y que da cancha al incumplimiento una decena de días al año consigue contener este grave problema de salud pública.