Stellantis se está encontrando con más asuntos que resolver con Fiat Chrysler de los que le gustaría.
Según publica The Wall Street Journal, la Nación Cherokee -la de mayor tamaño de las tres tribus Cherokee reconocidas en los EEUU- no ve con buenos ojos la utilización de los nombres comerciales Jeep Cherokee y Jeep Grand Cherokee y ha pedido su eliminación.
Un problema de apropiación cultural
El CEO de Stellantis, Carlos Tavares, ha dicho que la nueva compañía está en proceso de diálogo con la Nación Cherokee y con el líder de la tribu nativa, Chuck Hoskin Jr, sobre el uso del nombre.
"El uso de nombres e imágenes Cherokee para vender productos no profundiza la comprensión del país de lo que significa ser Cherokee", ha dicho Hoskin en declaraciones recogidas por The New York Times.
Al ser preguntado sobre si estaría dispuesto a cambiar el nombre de los dos modelos, Tavares se ha mostrado aparentemente abierto y según explica WSJ, quiere huir de conflictos y de intermediarios:
"En este punto no sé si hay un problema real. Pero si hay uno, bueno, por supuesto que lo resolveremos", ha dicho el CEO.
No obstante, Stellantis ha defendido el uso del nombre comercial por estar "cuidadosamente elegido para honrar y homenajear a los nativos americanos por su nobleza, destreza y orgullo".
Jeep presentó el SUV Cherokee en 1974, y tras un parón en los 2000, revivió el modelo en 2014. Desde entonces ha sido una apuesta ganadora para la marca.
Con sede en Oklahoma -a donde fueron obligados a trasladarse-, la Nación Cherokee es la más grande de las tres tribus Cherokee reconocidas federalmente en los Estados Unidos. Tiene más de 385.000 miembros.
Fue establecida en el siglo XX e incluye personas descendientes de miembros de la Antigua Nación Cherokee a los que se expulsó de sus territorios. Comprende además un área jurisdiccional en forma de tribus que abarca 14 condados de Oklahoma.
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