Se buscan 6.000 millones de euros para rescatar las autopistas de peaje

En el Ministerio de Fomento dicen que el rescate a las autopistas de peaje deficitarias no se realizará con dinero público. Sin embargo, aquellos a quienes el diario Público denomina "fuentes del sector" ven con excepticismo esta consideración: ¿De dónde si no es del erario saldrán los 6.000 millones de euros que costará rescatar las autopistas?

Las actuales deudas de las empresas concesionarias ascienden a 3.800 millones de euros en créditos no pagados, más 500 millones de las constructoras más el dinero que aún está en el aire y que algún día, cuando se resuelvan las expropiaciones en los tribunales, habrá que pagar.

El punto clave de la deuda está, sin duda, en la idea que dio pie a construir una autopista M-50 a coste cero para el Estado. ¿La manera? Muy sencillo: serían las propias concesionarias de las autopistas radiales las que pagarían la M-50 para pagar por el derecho a explotar esas nuevas vías. ACS, Ferrovial, Acciona y Sacyr entraron en el juego.

¿Les encantó la idea a los constructores? No exactamente, pero era como saltar con red. Si las radiales resultaban rentables, ganaban dinero; y si no, serían rescatadas. Entidades como el Santander, Bankia, la Caixa o Banc Sabadell se unieron a la fiesta al olor del dinero.

Ahora, la fiesta hay que pagarla, y 9 de las 22 autopistas de peaje que funcionan en España están con resacón. Mientras Fomento negocia lo innegociable con las constructoras, los números bailan: el Ministerio no quiere ceder más del 20% del capital porque defienden que las concesionarias valen 120 millones de euros. Por su lado, las constructoras cifran en 2.600 millones las infraestructuras. Como mucho, con una quita de deuda estarían dispuestos a dejar de ganar un 51 % de esta cifra.

Por otra parte, están los trabajos realizados por esas empresas concesionarias, valorados en 500 millones y donde Fomento está trabajando para renegociar el plazo de pago refinanciándolo, es decir, lo que técnicamente se llama pegarle una patada a la piedra y dejar que se haga más gorda. Los constructores, que de estos temas algo saben, dicen que nanái, y que en cosa de seis años las deudas tienen que estar liquidadas.

A todas estas, no pierden de vista que el Estado es el garante patrimonial de la inversión y por tanto no puede dejar de pagarla. Por mucho que en el Ministerio de Fomento vayan diciendo que a poco que puedan harán un sinpa.

Vía | Público Foto | Patton En Motorpasión | Ya ha caído la R-2 y con ella todas las autopistas de peaje en Madrid

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