La receta de Francia para matar los vehículos de gasolina: hay coches en los que ya pagas más impuestos que coche

Para incentivar el uso del coche eléctrico existen varios métodos. El primero es hacer que la compra y el uso de esos coches sea algo atractivo para el consumidor. Grosso modo, es la receta aplicada por Noruega y Europa hasta ahora.

El otro método consiste en hacer que no sea interesante comprar un coche gasolina. Es el método aplicado por Francia, donde en algunos modelos se paga más en impuestos que lo que cuesta el coche.

Desde 2023, Francia aplica un nuevo impuesto de matriculación basado en las emisiones de CO₂ homologadas del coche, conocido como “malus écologique”. Este no va por tramos, como en España, sino que se paga cada gramo por encima de 118 g/km. Ese impuesto podía suponer un precio de compra incrementado en 20.000 euros, salvo para los modelos de gran lujo y superdeportivos donde el importe podía llegar a superar los 50.000 euros (una minucia a esos niveles de gama).

Algunos modelos tenían poco sentido en el mercado francés, pero todavía era algo asumible para unos pocos. Sin embargo, desde el 1 de enero de 2024, a ese malus ecológico se le añade un nuevo impuesto penalizante basado en el peso del coche. Se aplica para todos los coches que pesen más de 1.600 kg, a excepción de los PHEV y los eléctricos.

Y para rematar la jugada, el malus ecológico ha aumentado de manera tan bestial que en algunos modelos de coches, se paga más en impuestos que lo que cuesta el coche. Y no hablamos de superdeportivos o modelos de gran lujo.

El Cupra Formentor, en todas sus variantes, ha sido el modelo más vendido de SEAT S.A. en Francia en 2023. Su versión de 310 CV, sin embargo, cuesta más de 105.000 euros debido a los fuertes impuestos.

Dos ejemplos muy llamativos son el Cupra Formentor de 310 CV y el Ford Tourneo Custom, la furgoneta familiar de Ford. El primero es un SUV deportivo con un motor gasolina 2.0 litros de 310 CV y tracción integral que parte en Francia desde 56.215 euros.

Con unas emisiones de CO₂ de entre 191 a 193 g/km, según el equipamiento, y un peso de 1.644 kg, el cliente de este modelo pagaría en impuestos tanto como el precio del coche: entre 49.000 euros y 55.473 euros.

Es decir, el precio final del coche se quedaría entre 105.386 euros y 111.618 euros. Huelga decir que el cliente de esa versión del Formentor ha de estar muy motivado y con un buen poder adquisitivo para comprar uno.

Es algo que se ve en otras marcas del grupo, como Volkswagen con el T-Roc R o Skoda con el Skoda Kodiaq RS. Dos SUV que con estos impuestos costarían más de 100.000 euros cada uno. Ambas marcas los han retirado del mercado.

El comprador de un Ford Tourneo Custom con motor diésel de 150 CV de base pagará más en impuestos que el precio del propio coche.

Otro ejemplo, el Ford Tourneo Custom. No es precisamente un modelo deportivo, sino el único modelo realmente familiar de la marca estadounidense. Con alma de coche y más espacio que cualquier SUV, es el coche ideal para muchas familias.

Es un modelo que en Francia parte de los 56.940 euros, con un motor diésel de 150 CV. Sólo en impuesto de matriculación, el cliente pagaría más en impuesto que coche, pues la tasa es de 60.000 euros. ¿Habrá mercado para una Transit de más de 100.000 euros? Difícil.

No es tanto ecologismo, como proteccionismo

Evidentemente, las marcas más perjudicadas con estos nuevos impuestos son las que menos inversión han hecho en electrificación y las que proponían potentes motores a precios relativamente asequibles.

Además, puede parecer una medida proteccionista encubierta. Y es que estas medidas apenas afectarán a las marcas francesas y las asociadas a grupos franceses, como Dacia (Renault) u Opel y Fiat (Stellantis).

Si hasta el Alpine A110, modelo francés, es el único deportivo que se libra de ser gravado con decenas de miles de euros de impuestos. Según las versiones el cliente tendrá que pagar entre 2.544 y 4.279 euros más.

Da que pensar, ciertamente, pero también favorece a las marcas con una gama llena de híbridos, como Toyota, Lexus o Hyundai y Kia. Y por supuesto favorece los coches eléctricos, al estar exentos de ese enorme impuesto de matriculación.

En todo caso, los efectos de ese malus ecológico ya se pudieron ver en 2023. Entre los 10 coches más vendidos en Francia sólo hay un sólo modelo que no guarda relación con grupos franceses: el Tesla Model Y. Es el octavo modelo más vendido con 37.127 unidades vendidas. Si ampliamos al Top 20, se cuelan los Toyota Yaris y Yaris Cross (ambos fabricados en Francia), el Volkswagen Polo y el Tesla Model 3.

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