Unos 5.500 manifestantes, según la policía, y más de 10.000 según los sindicatos, tomaron las calles de la capital belga el lunes por la mañana para expresar su solidaridad con los trabajadores de Audi Bruselas y de las empresas auxiliares, cuyo futuro sigue siendo incierto desde el anuncio hecho en julio por el Grupo Volkswagen, matriz de Audi. El grupo alemán está considerando cerrar la planta de Bruselas debido a la baja demanda del Audi Q8 E-Tron eléctrico, el único modelo de la planta.
Con más de 3.000 empleos directos en peligro, los trabajadores empezaron su protesta confiscando las llaves de 200 coches nuevos, que ya han sido devueltas. En el centro de las reivindicaciones: la inclusión en el plan social de todos los trabajadores, incluidos los temporales y los subcontratistas, pero también la aplicación de una «verdadera política industrial».
Audi Bruselas, símbolo de la desindustrialización de Europa
La marcha reivindicativa que terminó frente al Parlamento Europeo contaba con delegaciones de Alemania, Polonia, Francia y los Países Bajos que se unieron a la marcha para expresar su solidaridad con los trabajadores de Audi.
Esta acción sindical va más allá del ámbito de Audi. Es también una señal de alarma ante las dificultades que atraviesa el sector industrial europeo. Porque detrás de Audi Bruselas, toda la industria del automóvil está en peligro, consideran los manifestantes. Los sindicatos temen nuevos cierres.
Y es que el caso de Audi ilustra la «desindustrialización masiva» en curso en el Viejo Continente, denuncian los sindicatos. Volkswagen, matriz de Audi, prevé cerrar fábricas en Alemania por primera vez en su historia.
Ce qui se passe chez Audi et ses sous-traitants se répétera si l'on ne protège pas l'industrie et son développement en Europe. Nous étions 10.000 dans les rues de Bruxelles pour le clamer aujourd'hui.
— FGTB (@syndicatFGTB) September 16, 2024
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«La industria es nuestra», clamaron los sindicatos, llamando a una gran movilización para defender los empleos industriales. Todo el sector industrial, desde el automóvil hasta el textil, pasando por el químico, también está llamado a movilizarse.
«También queremos enviar una señal contundente a las autoridades europeas, que están poniendo las cosas difíciles a la industria belga, pero también a la europea. La industria manufacturera está emigrando principalmente fuera de nuestros países», declaró Patrick Van Belle, responsable del sindicato socialista en Audi.
Los sindicalistas señalan con el dedo acusador a los políticos. «El problema es que no se ocuparon de las industrias europeas y las dejaron caer por el camino», explica Dominique Bray, delegado principal de la CNE. «Pensábamos que nuestra industria continuaría... Nos han comido los chinos. Todo el mundo lo sabe. Es hora de decir basta, de una vez por todas. Vamos a fabricar productos en Europa. Vamos a reconstruir las industrias en Europa. Y esa es la única manera de garantizar puestos de trabajo para todos».
Los sindicatos quieren, por tanto, que la emergencia industrial figure en la agenda política, especialmente en la europea. Y, sobre todo, quieren hechos, no discursos.
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