Suena a chiste o a pregunta de un hipotético Trivial Pursuit Petrolhead Edition. Bueno, un poco de lo último sí que hay. Y no, no es que compartan ingeniero o mecánico (entre un Volkswagen Golf y un Bugatti Veyron, podría ser), ni tampoco se trata de una cosa extraña. De hecho, es tan mundano que de por sí a nadie le interesa (salvo si llega a fallar, claro).
En realidad se trata de una excusa para demostrar hasta qué punto, a veces, nos volvemos excesivamente quisquillosos con los elementos compartidos entre diferentes coches. De paso, también explica también por qué, a veces, es mejor comprar el recambio al fabricante del dicho recambio y no al fabricante del coche si se quiere ahorrar de forma notable. Los que han tratado con especialistas independientes de Ferrari, Lamborghini o Porsche, por ejemplo, y los talleres oficiales, me entenderán.
Diferentes, pero iguales
Cuanto más exclusivo el coche, más elementos específicos esperamos encontrarnos en él. Por ejemplo, el nuevo Alpine A110. Desde el mismo Salón de Ginebra donde fue presentado ya ha recibido críticas porque a bordo se aprecian botones y manos procedentes de otros modelos del grupo Renault, como del Clio o el Mégane. ¿Realmente es importante? ¿No es más impresionante que pese tan sólo 1.082 kg con todos los depósitos llenos? ¿Y no es esa ingeniería, la que se paga al final?
Es cierto que en un modelo que, digamos, supera los 100.000 euros este tipo de prácticas pueden sentar mal. Pero la realidad es que en general sólo nos molesta a nosotros, los periodistas, y a una parte del público. De hecho, las ventas de esos modelos nunca se desplomaron por eso.
Tomemos como ejemplo el Aston Martin DB7 (1994-2004), un coche que comparte componentes mecánicos y plataforma con el Jaguar XK8 y elementos del interior con otros modelos del grupo Ford, como el Mondeo (en esa época, Jaguar y Aston Martin eran propiedad de Ford). En la prensa escrita se pudo leer muchas críticas por compartir algunos pulsadores o la llave con el Ford Mondeo MkI de 1992.
¿Esos elementos comunes, les importaron mucho a la clientela de Aston Martin? Más bien no. El DB7 fue el Aston Martin más vendido de la historia (más de 7.000 unidades) hasta que llegaron la serie de los DB9 y el V8 Vantage. Y tampoco veo a nadie quejarse porque el V12 Aston Martin atmosférico de los DB7 Vantage, DB9, DBS, Virage y Vanquish sea en realidad dos V6 Ford juntados.
Dichosas sinergias
Todos sabemos que si se comparten elementos es por una cuestión de costes. ¿Por qué voy a gastar millones en diseñar un botón de climatizador para cada modelo de mi gama, si con uno para todos me sirve? Es más rentable utilizar mil veces un mismo diseño que crear mil diseños diferentes para la misma función... Muchas veces, si se diseñan elementos específicos en lugar de usar uno ya existente y que cumple con su cometido es por una cuestión de orgullo, es decir, se piensa genuinamente que se puede mejorar. Y en el fondo es algo bueno -ya sabes, afán de superación, creatividad, etc-, salvo a nivel contable, obviamente.
Y cuando hablamos de pequeñas series fabricadas con recursos limitados, el que manda es el contable. Volvamos al ejemplo de Aston Martin. Antes de entrar en la galaxia Ford (para luego volver a navegar en solitario), los recursos de la firma de Newport Pagnell eran limitados. Aún así, necesitaba sacar un nuevo modelo a finales de los años 80. En 1989, se presentó el Virage equipado con faros de Audi 200, retrovisores de Citroën CX, pilotos traseros de Volkswagen Scirocco y climatizador de Jaguar. Sencillamente, no tenían los recursos para diseñar faros propios; de hacerlo, el precio del coche se habría disparado.
Retén de cigüeñal National ref. 716102
Así, que lo veamos o no, los coches comparten numerosos elementos. Muchas veces es algo tan sencillo y al mismo tiempo tan importante como un anillo de junta, retén, de cigüeñal (o sello trasero de cigüeñal si nos lees al otro lado del charco). El ejemplo, nos lo da Jack Baruth en una de sus columnas, donde saluda la longevidad del anillo de junta -o junta- de cigüeñal con referencia 716102 y fabricado por National.
Y sí, ese es el recambio que tienen en común el Volkswagen Golf I 1.7 litros y el Bugatti Veyron. Y entre ellos, el Volvo 244, el Dodge Omni, cualquier coche equipado con el V6 PRV (como el R25, el Peugeot 607, los Alpine V6 Turbo y A610 y la mayoría de los Venturi), los Porsche Boxster, Cayman, Cayenne y Panamera. Y seguramente un montón de modelos más que desconozco.
Por otra parte, que un simple recambio sirva en una multitud de motores durante tantos años, demuestra que cuando algo está bien hecho, no hay necesidad de invertir en uno nuevo. Pero también abre la puerta a discusiones sobre la dichoso obsolescencia programada de nuestros vehículos (y de casi cualquier producto, ya sea industrial o no).
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