Que el precio de los coches se ha disparado no es nada nuevo. A estas alturas, todo el mundo es consciente de ello, de hecho, venimos hablando de ello desde hace tiempo. Pero esta vez es la OCU la que pone la voz de alarma.
La Organización de Consumidores y Usuarios advierte de esta situación y pone cifras al problema, señalando que los coches han subido más de un 40% en cinco años, un incremento que se sitúa muy por encima del dato oficial del IPC acumulado en todo este tiempo.
Subidas de más del 60% en algunos casos
En los últimos meses, la OCU se ha hecho eco de las múltiples subidas que están teniendo lugar en todos los bienes de consumo. Y esta vez, la Organización de Consumidores y Usuarios ha puesto el foco en el precio de los coches.
Lo cierto es que todo el mundo es plenamente consciente de ello, tanto los usuarios que pretenden comprar coche nuevo, como los que optan a un coche de segunda mano y, por supuesto, los que no pueden comprar ninguno de ellos porque no pueden hacer frente a la subida de precios que tienen absolutamente todos.
A la vista de esta situación, ya hay quien vaticina hacia dónde va la industria del automóvil –al menos la europea– y asegura que “los que ayer conducían un Opel Corsa, mañana irán en autobús”.
La OCU deja claro la magnitud del problema a través de las cifras, señalando que, de media, el precio de los coches nuevos ha subido un 40% desde 2018 hasta ahora, un dato que contrasta con el del IPC acumulado en este periodo de tiempo, que se sitúa en el 15,3%.
Lo que ha hecho la OCU para calcular este porcentaje es tomar como referencia el precio de la versión más barata de varios modelos que se vendían en 2018 y compararlo con el precio que tienen las variantes más asequibles de esos mismos coches en 2023.
La propia OCU reconoce que esta comparación tiene lagunas porque “en muchos casos habrá cambiado el motor y en casi todos el equipamiento básico. En los modelos con un mayor aumento de precio, la diferencia se debe, probablemente, a que se ha lanzado un modelo completamente nuevo con el mismo nombre”.
Es decir, las comparaciones que ha hecho la OCU no son del todo acertadas porque, por ejemplo, compara el precio de la anterior generación del BMW X1 con el del X1 actual, y lo mismo sucede con varios modelos, como el Kia Sportage, el Hyundai Tucson y el Toyota Corolla, que se compara con el extinto Toyota Auris.
En cualquier caso, son datos muy ilustrativos que sirven para que una organización de la envergadura de la OCU ponga de manifiesto esta situación en la que algunos modelos, como el Dacia Sandero y el Peugeot 208, han subido más de un 60% su precio.
También es interesante una de las cuestiones en las que hace hincapié la OCU: ninguno de los modelos analizados ha mantenido sus precios por debajo del IPC general acumulado, es decir, por debajo del 15,3%.
Otras de las cuestiones en las que incide la OCU es en que las mayores subidas de precio se aprecian, según ellos, en los motores tradicionales, es decir, en los diésel y gasolina. En cambio, asegura que en las subidas han sido más contenidas en los híbridos y los eléctricos han bajado sus precios, “aunque en el último año hayan subido bastante, al igual que el resto de tecnologías”.
La realidad es que todos los coches han subido de precio, independientemente de su tecnología. Y los eléctricos no son una excepción, solo hay que comparar el precio de uno de los pocos cero emisiones que se vendía en 2018 y sigue disponible cinco años después: el Nissan Leaf.
En el año 2018 un Nissan Leaf Acenta con batería de 40 kWh y 150 CV estaba a la venta desde 31.900 euros. En 2023, ese mismo modelo (solo se ha actualizado ligeramente) tiene un precio de partida de 38.569 euros.
La OCU también dice que las subidas son generalizadas: “No estamos hablando de modelos de lujo: las grandes subidas se han dejado sentir incluso en los vehículos más económicos”. Lo cierto es que, de hecho, según su propia tabla las mayores subidas se dan en los modelos más económicos, como los citados Dacia Sandero y Peugeot 208.