Todos los fabricantes y las empresas involucradas en el desarrollo del coche autónomo ven en esa tecnología la manera de llegar a un futuro sin accidentes de tráfico. Pero para poder moverse con soltura y seguridad en el tráfico, estos coches están repletos de sensores, radares, lidar y, por supuesto, cámaras.
Pero esas cámaras también pueden ser cámaras de vigilancia ambulantes para la policía. Son un testigo, mudo, imparcial y muy discreto, pues nadie se fija en ello. No es algo teórico. En San Francisco es algo concreto, donde la propia policía local ya las ha usado.
"Los vehículos autónomos están grabando su entorno continuamente y tienen el potencial de ayudar con las pistas de investigación", dice un documento de formación del departamento de policía de San Francisco obtenido por Motherboard y del que se hace eco Vice. La policía de San Francisco “ya lo ha hecho en varias ocasiones".
Una cámara de coche autónomo como cámara de vigilancia
El documento en cuestión es una guía de tres páginas sobre cómo deben interactuar los agentes con los vehículos autónomos, especialmente los que no llevan un conductor a bordo que pueda toma el control.
En ella se describen procedimientos básicos como la forma de interactuar con los coches autónomos, por que sí, en ocasiones la policía les puede dar el alto y los coches tienen un protocolo de cómo actuar.
Pero también hay una sección titulada "Investigaciones" en la que se recuerda a los agentes la utilidad de los coches autónomos a la hora de recoger imágenes.
Para los defensores de la privacidad individual, el hecho de que la policía está utilizando las grabaciones de vídeo de esos coches es un motivo de alarma. "Mientras las empresas siguen haciendo de las vías públicas su campo de pruebas para estos vehículos, todo el mundo debería entenderlos como lo que son: dispositivos de vigilancia rodante que amplían las tecnologías de espionaje existentes y generalizadas", dijo Chris Gilliard, investigador visitante del Centro Shorenstein de la Harvard Kennedy School.
Se puede entender la alarma que pueda causar en quienes defienden con razón el derecho a la intimidad o el derecho de imagen. Sin embargo, las cámaras de los coches autónomos no son diferentes de las cámaras de videovigilancia que pueda haber en las entradas de las tiendas o de las casas en Estados Unidos. Las compañías de coches autónomos, no comparten las imágenes sin una orden judicial.
Así, Waymo, propiedad de Alphabet (Google), por ejemplo, no comparte las imágenes con las fuerzas del orden sin no hay una orden judicial que le pida, asegura un responsable de la compañía. Cruise, propiedad de General Motors, por su parte asegura que comparten las “imágenes y otra información cuando recibimos una orden judicial o una citación válida, y podemos compartir información voluntariamente si la seguridad pública está en peligro”.
¿Podría pasar algo parecido en España?
¿Son las situaciones y el marco legal estadounidense comparable con el español? En principio todo apunta a que sería posible, aunque estamos en una situación alegal en la que todo es posible.
España no cuenta con una ley específica para los coches autónomos. De hecho, la DGT considera que es mejor dejarlo "para circuitos o recorridos cerrados". En cambio sí hay una tímida mención a los sistemas de conducción autónoma, que básicamente hace legal el uso en la vía pública de los sistemas de conducción autónoma de nivel 3, como el del Mercedes Clase S, pero no es muy específica en muchos aspectos. De hecho, pasa por alto el tema de las cámaras en los coches autónomos.
En ausencia de norme específica, se podría aplicar la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, o LPOD. Esta ley regula, entre otros aspectos, la instalación y el uso de cámaras de vigilancia, así como el uso de las imágenes grabadas.
La instalación de cámaras de vigilancia está muy regulada. Por ejemplo, es preciso instalar un cartel informativo en el que se indique donde poder ejercer los derechos sobre imagen y datos de quien está siendo grabado (en una tienda, en un hall público), no se pueden guardar las grabaciones más de 30 días. Y por supuesto no se puede enfocar ni grabar la vía pública.
Solo pueden grabar imágenes en la vía pública los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Pero la LOPD también prevé que sí se podrán captar imágenes de la vía pública en la medida en que resulte imprescindible para garantizar la seguridad, siempre y cuando no suponga la captación de imágenes del interior de un domicilio privado.
Se puede grabar la vía pública si es imprescindible para garantizar la seguridad. Y qué mayor razón de seguridad hay que la de un coche autónomo pueda navegar en el flujo del tráfico sin chocar ni atropellar.
Y aunque esas cámaras no sirven directamente o únicamente para la conducción, es también una cuestión de seguridad que el desarrollador del coche pueda comprobar a posteriori que ha hecho que el coche pudiese fallar en un determinado momento. Es una cuestión de seguridad para el resto de usuarios de la vía pública, para la propiedad propiedad privada y la pública.
Sería por tanto lícito que el coche grabara la carretera y su entorno. Y en caso de recibir una orden judicial para acceder a esas imágenes, se tendrían que dar a la policía. Sin embargo, hay un vacío legal, pues las cámaras de los pocos coches autónomos que circulan o han circulado por España no son expresamente cámaras de vigilancia.
Al no ser cámaras de vigilancia, la compañía puede conservar esas imágenes más allá de los 30 días que le permite la ley. Del mismo modo, no tiene por que informar que en ese coche hay cámaras y que están efectuando una grabación de la calle a 360º.
Entonces, ¿dónde ejercer los derechos sobre imagen y datos? ¿Y quién es responsable? Demasiadas preguntas sin respuestas debido a la ausencia de un marco legislativo y a las que tarde o temprano el legislador tendrá que responder.
