Algunos fabricantes ya lo han apostado todo a los coches eléctricos de batería, pero Toyota se mantiene escéptica y, además de desarrollar este tipo de automóviles, explora otras opciones, como la tecnología híbrida y el hidrógeno.
El presidente de la marca, Akio Toyoda, ha defendido en público esta postura, cuestionando que los eléctricos de batería deban ser la única solución para el futuro del sector.
Híbridos e hidrógeno como alternativa
Toyota fue el primer fabricante que decidió electrificar parcialmente su gama y, sin embargo, también fue uno de los últimos que incorporó a su gama un modelo eléctrico de batería. Y es que el Toyota Prius híbrido llegó en 1997, pero hemos tenido que esperar hasta 2022 para el lanzamiento del Toyota bZ4X.
Eso sí, ente medias apareció el Toyota Mirai, un eléctrico de pila de combustible de hidrógeno del que ya se vende la segunda generación. Mientras tanto, Toyota también ha mejorado su tecnología híbrida y la ha complementado con sistemas híbridos enchufables, dando lugar a una de las gamas más completas en lo que a variedad mecánica se refiere.
Está claro que Toyota no se lo quiere jugar todo a una tecnología, al menos de momento. Y el máximo responsable de la marca japonesa, Akio Toyoda, acaba de dejarlo claro, por si alguien tenía alguna duda todavía.
Mientras que en otras compañías los motores térmicos tienen los días contados y el horizonte pasa por los coches eléctricos de batería, el presidente de Toyota cuestiona que sean la única solución en la transición energética de la industria del automóvil.
En unas declaraciones recogidas por The Wall Street Journal durante un evento que tuvo lugar hace unos días en Tailandia, Akio Toyoda dijo: “Las personas involucradas en la industria automotriz son en gran medida una mayoría silenciosa. Esa mayoría silenciosa se pregunta si realmente está bien tener los vehículos eléctricos como única opción. Pero creen que es la tendencia, por lo que no pueden hablar en voz alta”.
Toyoda parece no tener ese problema, es más, en la era de la sostenibilidad nunca ha escondido su pasión por los coches más pasionales y la competición, impulsando la gama GR de la marca japonesa y poniéndose al volante de coches “políticamente incorrectos”, incluso ha participado en carreras utilizando el pseudónimo de Morizo.
Eso no quiere decir que no esté preocupado por buscar soluciones para tener una gama de bajas emisiones, pero, a diferencia de la mayoría, es escéptico y ha dejado claro que hay vida más allá de los eléctricos de batería.
Prueba de ello son los experimentos que Toyota está llevando a cabo desde hace más de dos años con los motores de combustión de hidrógeno. La marca nipona está probando este tipo de mecánicas alimentadas con hidrógeno en modelos como el GR Yaris, el Corolla con el que participa en las carreras de la Super Taikyu japonesa y, más recientemente, en el nuevo Corolla Cross.
Al mismo tiempo, sigue desarrollando la pila de combustible de hidrógeno, de hecho, la división británica de Toyota acaba de embarcarse en un proyecto para fabricar una pequeña serie de Toyota Hilux con célula de combustible que servirá para probar este sistema más allá del Toyota Mirai.
Por supuesto, Toyota no niega que los coches eléctricos de batería tengan futuro, es más, después de poner a la venta el Toyota bZ4X ha presentado varios prototipos que adelantan el diseño y la tecnología de sus futuros modelos eléctricos, como el Toyota bZ Compact SUV.
Simplemente Toyota considera que los eléctricos son una opción más, pero no la única. En el mismo evento, Akio Toyoda señaló: “Debido a que la respuesta correcta aún no está clara, no debemos limitarnos a una sola opción”.
Tampoco se puede negar la evidencia: hoy por hoy, los coches eléctricos de batería todavía tienen que resolver muchos puntos débiles, como el reto que supone cargarlos fuera de casa.
Por no hablar de que la autonomía sigue siendo su talón de Aquiles, como el peso y la salud de la batería a largo plazo, además de los problemas a los que se enfrenta la industria a la hora de obtener los materiales necesarios para fabricar las baterías.
Está claro que Toyoda tiene sus fundamentos para pensar así y, de momento, los eléctricos de batería no han sido capaces de relegar a un segundo plano a los coches diésel y gasolina.
Puede que dentro de unos años todo haya cambiado y, sin duda, la estrategia 100% eléctrica de muchos fabricantes contribuirá a ello, pero no está de más que una compañía de la talla de Toyota se muestre cauta y siga explorando opciones más allá de los eléctricos de batería.
Al fin y al cabo, los coches deben cubrir todo tipo de necesidades, por lo que no es descabellado que en el futuro convivan varias soluciones. Puede que los coches eléctricos de batería sean la mejor opción para desplazarse por ciudad, mientras que los eléctricos de hidrógeno o los de combustión de hidrógeno podrían ser la mejor alternativa para que los conductores que recorran muchos kilómetros.