La Unión Europea anunció en mayo los objetivos que tendrán que cumplir los nuevos camiones pesados: para 2025 deberán recortar las emisiones de CO₂ un 15 % y para 2030 un 30 %. Pero la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha propuesto a Bruselas sus propias cifras: sugiere que el objetivo sea del 7 % para 2025 y del 16 % para 2030.
"Los fabricantes de camiones de Europa están dispuestos a comprometerse con objetivos ambiciosos de CO₂, siempre que sean realistas y estén en línea con lo que es tecnológicamente posible y económicamente viable", ha dicho la ACEA en su informe.
"Los camiones no son coches grandes"
La asociación, que representa a los 15 principales fabricantes europeos de automóviles, furgonetas, camiones y autobuses (véase BMW, Volvo, Ford, Volkswagen, Daimler, Renault, FCA, PSA....), asegura que "los miembros de ACEA han reducido significativamente las emisiones de CO₂ de los nuevos vehículos pesados en los últimos años. Paralelamente, las emisiones contaminantes se han reducido drásticamente".
La ACEA, que considera la política de Bruselas demasiado agresiva, recalca que el desarrollo de camiones que se entregarán para 2025 ya están en marcha y que el 7 % de reducción de emisiones que propone ya es suficientemente ambicioso como para ir a por el 15 % que propone Bruselas. Lo mismo con los objetivos de 2030.
También propone reducir las multas establecidas por la Comisión Europea en caso de exceder los límites establecidos, que son de 570 euros por gramo de CO₂/km. La ACEA quiere que estas sanciones sean proporcionadas con el coste de la tecnología implementada y con el tipo de vehículo, ya que un camión transportará más carga que una furgoneta.
Así que pide que las penalizaciones a los camiones se basen en la medición gramos de CO₂/tkm (toneladas transportadas por kilómetro recorrido) y no en gramos de CO₂/km.
El consorcio cree que el nuevo marco regulatorio debe esforzarse por ser rentable, reflejar la diversidad del mercado de camiones y permitir la innovación sin imponer una opción tecnológica, y apunta a que los camiones "no son simplemente coches grandes", si no que son herramientas de trabajo cuyos dueños buscan la eficiencia y el mejor rendimiento con objetivos comerciales.
El informe también apunta a que los fabricantes ya se han puesto manos a la obra para ahorrar combustible y recortar emisiones y recoge que la regulación europea no ha tenido en cuenta el 'platooning' o los convoyes de camiones, que también contribuyen a disminuir las emisiones de CO₂.
Por su parte, la plataforma Transport and Enivornmet ha criticado este recorte propuesto por la ACEA, la cual considera que los ecologistas siguen "confundiendo peras con manzanas".
La ACEA ya se pronunció ante lo que siempre ha considerado una propuesta de la Unión Europea de reducción de emisiones demasiado agresiva. Considera que no se debería imponer el uso de vehículos 100 % eléctricos ante una cuota de mercado "baja y fragmentada", según expresó la asociación en febrero.