El fin de la venta y uso de los vehículos de combustión será en las próximas décadas unas realidad. España ha fijado su propio objetivo para 2040 ante las voces de alarma de los fabricantes, que aseguran que es demasiado pronto. Lo cierto es que países como Austria están estudiando prohibir la venta de coches diésel y gasolina para 2020, mientras que Alemania fija la fecha 10 años después.
Los Países Bajos se sube al carro de los que quieren que en 2030 solo circulen vehículos libres de emisiones: un grupo de expertos ha presentado un plan que incluye subsidios y el fin de los coches impulsados por combustibles fósiles, y está recibiendo una gran acogida.
2 millones de eléctricos para 2030
Según explica Dutch News, el grupo de expertos en movilidad ha ideado un paquete de medidas que esperan que aumente la cantidad de vehículos eléctricos a dos millones para 2030 en las carreteras holandesas.
Los planes consisten en subvencionar con 6.000 euros el costo de los automóviles eléctricos nuevos para uso privado en 2021, y reducir las ayudas gradualmente a 2.200 euros para 2030. Habrá subsidios también para los automóviles de empresa y de alquiler, mientras que los impuestos sobre la gasolina y el diésel aumentarán un centavo por litro en 2020 y después otro tramo en 2023.
Las medidas acordadas hasta ahora incluyen también eliminar gradualmente el uso de gas natural en los hogares e introducir impuestos más altos sobre las emisiones de carbono industriales.
Si la propuesta, que está debatiendo en la Cámara de los Representantes de Países Bajos, sale adelante, en 2030 no se podrán matricular coches impulsados por combustibles fósiles.
Se trata de uno de los cinco 'think tanks' del país que buscan detener el cambio climático y reducir las emisiones de dióxido de carbono -los otros cuatro cubren las áreas de electricidad, agricultura, industria y construcción-. Este grupo en concreto está formado por organizaciones automovilísticas, grupos ecologistas y departamentos gubernamentales, y sus medidas están recibiendo un gran apoyo por parte del Gobierno.
Ya en octubre, el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, presentó sus planes para los próximos años: reducción del 55 % de las emisiones europeas para 2030, la inversión de 4.000 millones de euros para la transición a energías limpias y el cierre de "al menos" una planta de carbón.
Lo cierto es que en España nos hemos echado las manos a la cabeza tras el anuncio del Gobierno de estudiar prohibir la venta de coches diésel y gasolina en 2040, pero vamos muy tarde. Austria estudia desde abril de 2016 dejar de vender coches de combustión en 2020; Gran Bretaña se planteó en julio de 2017 hacer lo propio pero con una meta más a largo plazo, en línea con Francia y California: 2040.
En India se plantean desde abril de 2017 dejar de vender este tipo de vehículos en 2030, al igual de Irlanda, Escocia o Países Bajos. Mientras tanto, en Noruega, llevan con programas de incentivos para la venta de coches eléctricos desde 1990; en Japón desde 1996.