Carlos Tavares ha vuelto a alzar la voz, y nuevamente para advertir sobre una convulsión en la industria del automóvil. El mandamás del Grupo PSA (Peugeot, Citroen, DS y Opel) desde 2014 ha adelantado que las nuevas y más restrictivas normas medioambientales provocarán más despidos en el sector para el continente europeo.
En una entrevista concedida a Le Journal du Dimanche, el ejecutivo luso del conglomerado francés ha apuntado hacia un futuro próximo donde la industria europa del automóvil tendrá que enfrentarse a nuevas reducciones de empleo antes de 2030.
"Primero irá el coche eléctrico; luego el de hidrógeno"
El sector de la automoción está viviendo en unos pocos años una revolución como nunca antes la habíamos visto. Las economías de escala se están teniendo que adaptar a pasos forzados a una nueva realidad sujeta a la conciencia medioambiental, las nuevas formas de movilidad y, más recientemente, a la crisis del coronavirus.
La normativa Euro6d es un primer paso hacia un mañana donde Europa se va a volver cada vez más exigente hacia las emisiones contaminantes del sector de la automoción que da trabajo a 14 millones de personas, y esto va a traducirse en una "transformación severa y brutal" para una industria que está viviendo actualmente la fase más incierta conocida hasta la fecha.
Para Tavares está claro que los motores de combustión van a quedar relegados en favor de otras tecnologías, principalmente los coches eléctricos y de pila de combustible. Ahora bien, la transición hacia estas nuevas formas de movilidad alternativas necesitan más tiempo del que se está programando a través de la restricción de emisiones.
"Primero irá el coche eléctrico y luego el de hidrógeno", apunta Tavares, pero recalcando que "tenemos que agendar bien las tecnologías en el tiempo. Este es un sector a largo plazo" que necesita tiempo. El desarrollo de las tecnologías es caro y su implantación lenta, por eso Tavares cree que en el caso del coche eléctrico se ha forzado hacia una forma de movilidad no amortizada cuyo coste se ha trasladado directamente a los clientes, sólo viable a través de subvenciones públicas.
Este escenario donde la pandemia ha cogido al sector en plena reinvención hacia la movilidad eléctrica (o al menos electrificada) ha sido calificado por Tavares como un panorama "hípervolátil". Las corporaciones automovilistas se están concentrando en unidades cada vez más grandes para protegerse, lo que contrasta con la idea más presente de un sector de la sociedad anti-automóvil con cada vez más fuerza.
Tavares y el Grupo PSA: de la quiebra a Stellantis
Tavares no se ha olvidado de recordar que el Grupo PSA se ha alzado como la corporación más rentable de la industria durante los primeros seis meses de 2020, los peores de la crisis mundial por culpa del coronavirus. Esto ha podido ser posible gracias a que el Grupo PSA se apretó el cinturón a tiempo.
Con Tavares al timón, Grupo PSA decidió recortar y mutar una empresa que en 2013 estaba al borde de la quiebra. Decisiones tan controvertidas como la deslocalización de la fabricación de coches son necesarias, y las justifica porque "el consumidor no pagaría más por el mismo coche por el hecho de estar fabricado en Europa".
De cara al futuro, Tavares ha subrayado la importancia de la empresa ACC, una nueva empresa creada de la alianza entre Grupo PSA y la energética gala Total cuyo objetivo es producir baterías para coches eléctricos en Francia y Alemania. "Queremos relocalizar el 40% del valor de cada vehículo", según Tavares, y para ello se invertirán 5.000 millones de euros y las primeras unidades producidas están programadas para 2023.
Dentro de este panorama de cambios a futuro, Tavares también ha sido el elegido para dirigir la unión entre los dos gigantes Grupo PSA y Grupo Fiat bajo el nombre de Stellantis, una alianza cuyo resultado será el cuarto fabricante de automóviles a nivel mundial.
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