Actualmente General Motors está probando una primera generación de pilas de combustible para coches de hidrógeno con Chevrolet Equinox adaptados. Además están pensando ya en la siguiente generación, que ocupa la mitad de espacio, pesa casi 100 kg menos y utiliza menos metales preciosos.
Con la pila de primera generación la autonomía es de 270 kilómetros con 4,2 kg de hidrógeno comprimido. La siguiente evolución permitirá una mayor autonomía y no necesitará de un SUV de ese tamaño. Eso signifca que se podrá instalar en modelos más pequeños o que se sacrifique menos espacio del coche.
GM está llegando al punto en el que ya no puede seguir sin alianzas tecnológicas o logísticas, como tener más puntos de repostaje. Hoy día sólo hay tres surtidores de hidrógeno en EEUU: Los Ángeles, Nueva York y Washington DC. Así es difícil empezar a vender coches de pila de combustible.
Ello permitiría instalar la pila bajo el capot, junto al motor eléctrico delantero (de haberlo, claro). Los alemanes de momento llevan la delantera.
Para 2015 esperan tener 1.000 EESS que sirvan hidrógeno, y en Japón se han aliado 14 grandes empresas energéticas para hacer lo propio. La creación de una red de hidrógeno es vital para que EEUU reduzca su adicción insana al petróleo. ¿De qué será capaz la pila de dentro de cinco años?
¿Tal vez una autonomía cercana a la de un automóvil gasolina/diesel que permita al usuario desesclavizarse de las redes eléctricas de recarga para los modelos de baterías normales? Pues si encima logra un buen compromiso de potencia entonces venderán mucho y bien. Esperemos que así sea.
En Motorpasión | Los Chevrolet Equinox de hidrógeno son viables