"Ayudar a salvar el planeta puede ser emocionante y bonito". Este es el eslogan que ha utilizado el fabricante del Karma para describir la esencia de su promesa eléctrica: el Fikser EMotion. 644 kilómetros de autonomía y carga en nueve minutos, será presentado en sociedad en el CES de Las Vegas en 2018.
Y en una revolución paralela a la de los eléctricos, nos encontramos con las baterías en estado sólido, en cuyo potencial ya creen Porsche y Toyota, que puede estar trabajando ya en baterías con electrolitos sólidos en lugar de líquidos para 2022. Y un año después, Fisker pretende hacer lo mismo.
Si consiguen desarrollar todo lo que promete el estado sólido...
Así las cosas, Fisker ha presentado patentes para baterías de iones de litio en estado sólido y espera que se alcance una producción masiva para 2023, cuando se encuentra en plena faena con el sedán eléctrico EMotion, que entrará en producción previsiblemente en 2019.
Durante su presentación el sociedad, el fabricante mostrará en el CES una nueva tecnología de baterías, pero las del EMotion llevará baterías de iones de litio convencionales de LG Chem, la surcoreana que quiere convertir Polonia en la meca de la producción de baterías del mundo con la construcción de la mayor fábrica en Europa.
Es tal la revolución eléctrica, que se están buscando cada vez más alternativas para cubrir la creciente demanda de este mineral y sobre todo, abaratar costes. Como puedes ver en este gráfico, el precio en dólares por tonelada de este mineral se ha incrementado en los últimos dos años de manera vertiginosa.
Baterías en estado sólido, depósitos de arcilla en supervolcanes, de nanocarbono, de litio-aire y hasta de sodio, que según la Universidad de Standford pueden ofrecer un almacenamiento mucho más rentable que el litio (su extracción de la roca y el agua marina es costosa además de nada amigable con el medio ambiente).
Pero además de los costes, el creciente interés en el desarrollo de las baterías en estado sólido tiene su razón de ser en una cuestión de capacidad, tiempos de recarga y seguridad. Las baterías en estado sólido no están llenas de un líquido conductor de electricidad, sino de un compuesto sólido formado por metal de litio, sodio o magnesio que transmite los iones entre los polos positivos y negativos de la misma forma que el electrolito líquido.
Entre las ventajas se encuentra una mayor densidad energética y por ende una mayor capacidad, menor tiempo de recarga, mayor vida útil y una disminución del riesgo de incendio o de explosión. El EMotion de Fisker promete 644 km de autonomía y un sistema de carga que nos daría 200 kilómetros en sólo nueve minutos con baterías de iones de litio convencionales. ¿Te imaginas lo que podría conseguir con baterías en estado sólido, si su desarrollo consigue mejorar lo que ya conocemos?
