Hace tiempo, el Gobierno se marcó julio de 2021 como fecha para revisar el sistema de etiquetas de la DGT. Antes de que llegase ese momento, la revisión se desestimó y el Ejecutivo aseguró que no tendría lugar a lo largo de esa legislatura.
Ahora esa legislatura ha terminado y el debate que cuestiona el sistema de etiquetas vuelve a estar sobre la mesa en un momento en el que el parque español de automóviles supera los 14 años de media.
Continúa la trampa de los mild-hybrid
Que el sistema español de etiquetas medioambientales tiene lagunas no es ningún secreto. Desde que se creó en 2016 no ha dejado de recibir críticas, pero es ahora cuando más quebraderos de cabeza está dando, con la progresiva puesta en marcha de las ZBE en todos los municipios con más de 50.000 habitantes.
Hay coches diésel y gasolina de gran potencia que tienen los distintivos ECO o CERO gracias a la micro hibridación o la hibridación enchufable, mientras que pequeños modelos de bajo consumo y bajas emisiones no tienen ninguna etiqueta debido a su edad.
El problema es que el parque móvil español es demasiado viejo y hay muchos coches que no pueden acceder a las ZBE. Según la OCU, la edad media del parque de automóviles es de más 14 años: el 61% de ellos tienen más de 10 años, el 22% más de 20 años y el 9% más de 30 años.
Es fácil: un Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid que mide 5,05 metros de largo, pesa 2.425 kg y tiene un motor híbrido enchufable que desarrolla 700 CV tiene la etiqueta CERO de la DGT, homologando un consumo medio de 2,7 l/100 km. Un Audi RS 6 Avant Performance que mide 4,99 metros de largo, pesa 2.165 kg y tiene un motor gasolina micro híbrido que desarrolla 630 CV, cuenta con la etiqueta ECO, homologando un consumo medio de 12,6 l/100 km.
Un Seat Ibiza 1.9 TDI de 2004 que mide 3,95 metros de largo, pesa 1.165 kg y tiene un motor diésel de 100 CV con el que homologa un consumo medio de 4,1 l/100 km (ciclo NEDC) no tiene etiqueta de la DGT y no puede circular por ninguna ZBE. En Madrid ni siquiera por la M-30.
Muchos propietarios con coches similares a ese Seat Ibiza no pueden caomprar uno más moderno porque los precios se han disparado, tanto de los modelos nuevos como de los de ocasión. Otros simplemente no quieren porque su coche está perfectamente cuidado, con los mantenimientos al día y con luz verde por parte de la ITV cada año.
Por eso se pide desde años una revisión del sistema de etiquetas medioambientales de la DGT. La demanda pasa por revisar y actualizar las pegatinas porque, desde que llegaron, se han ido estrenando nuevas tecnologías que han dejado en parte obsoleta la clasificación actual.
El propio Gobierno lo admitió así en su plan de la automoción, que abrió la puerta a una revisión del sistema de etiquetas. Sin embargo, meses después dejó claro que esa revisión no llegaría en esta legislatura, como confirmó Pere Navarro, el máximo responsable de la DGT, señalando que no era “el momento oportuno”.
Mientras tanto, la trampa de los mild-hybrid ha continuado, pero la legislatura ha llegado a su fin, y esas voces que demandaban una revisión de las etiquetas hace tiempo no han tardado en volver a reclamar su petición.
La OCU dice que el 28,1% de los coches que circulan en España (6 millones de unidades) no tiene derecho a etiqueta ecológica y, por lo tanto, tienen o tendrán limitaciones para circular. Son los gasolina previos a 2001 y los diésel anteriores a 2006.
Por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios propone soluciones, así como medidas para rejuvenecer el parque de vehículos. Su propuesta para revisar se suma a otras que llevan tiempo en el aire, como la que hizo Ecodes cuando el Gobierno aseguró que revisaría el sistema de etiquetas.
Lo que pide la OCU es que “se adapte el sistema de etiquetas, de forma que se centre en las emisiones reales y efectiva del vehículo más que en la tecnología del motor: muchos nuevos vehículos diésel o gasolina de poca potencia contaminan menos que los híbridos enchufables de gran cilindrada y que muchos mild hybrid, que por sus emisiones reales deberían tener una etiqueta menos ecológica que la actual (que es la 0 emisiones)”.
También demanda ventajas para los coches sin etiqueta: “que los municipios permitan hasta tres entradas al año a los vehículos sin etiqueta” y que “se construyan aparcamientos disuasorios en los límites de las ZBE, gratuitos y bien conectados con el centro mediante transporte público”.
De momento, tenemos por delante unas elecciones generales que tendrán lugar dentro de poco más de un mes y servirán para que comience una nueva legislatura.
Queda por ver el si el próximo Gobierno revisará el sistema de etiquetas o continuaremos teniendo micro híbridos de más de 600 CV con cifras de emisiones mucho más elevadas que las de otros modelos que se conforman con la etiqueta C o directamente no tienen ninguna.