La intención de privatizar Tesla ha quedado en el sueño de una noche de verano para Elon Musk. Menos de veinte días después de incendiar las redes sociales, y la bolsa, anunciando su intención de sacar a Tesla de los mercados bursátiles, el director ejecutivo de la marca ha anunciado en un comunicado que el fabricante seguirá siendo público porque "es lo mejor para la compañía".
Así lo ha confirmado Musk en un artículo, de nuevo firmado por él, publicado en el blog oficial de Tesla. Del "si Tesla fuese privada la empresa operaría mejor" o del "salir de bolsa beneficiaría a Tesla financieramente al evitar a los dañinos inversores cortoplacistas" Elon Musk ha pasado a considerar que lo mejor para la compañía es que siga siendo pública. O más específicamente lo han hecho sus inversores.
Musk ya había confirmado en su anterior comunicado que la decisión estaba en manos de sus principales accionistas, como también sería determinante el consejo recibido por parte de los asesores financieros contratados con los que estudiaría la viabilidad del proceso de privatización de Tesla. Tras dos semanas de encuentros, la conclusión deja poco margen para la duda: Musk lanzó un órdago y no le ha salido precisamente bien.
Los inversores mandan y quieren que Tesla siga siendo pública
Tras las pertinentes reuniones con los accionistas de la marca, así como con las firmas financieras Silver Lake, Goldman Sachs Tal y Morgan Stanley, Elon Musk ha llegado a la conclusión que su propuesta no era sostenible, lo que ha trasladado a la directiva de Tesla. Como era de esperar, el consejo de la marca ha aceptado la decisión de Musk, seguramente con cierto con alivio.
Según el director ejecutivo de Tesla, aunque la mayoría de los inversores afirmaban que no se bajarían del barco si el fabricante dejaba de ser público, también le trasladaron que la privatización de Tesla no era el mejor entorno para sus intereses.
En concreto, varios accionistas de corte institucional, encontrarían trabas para realizar inversiones de ser Tesla privada. Por su parte, otros inversores trasladaron a Musk su incertidumbre ante este posible y nuevo escenario. En conclusión, la gran mayoría no veía con buenos ojos el movimiento.
Como ya había dejado claro en su anterior comunicado, Musk la decisión final quedaría en manos de los accionistas: "Nuestros inversores son de gran importancia para mí. La marca es lo que es hoy desde el momento en el que pasaba a ser pública en 2010, cuando no teníamos coches en producción y sólo taníamos una idea de lo que queríamos ser. Ellos (los inversores) creen fuertemente en nuestra misión para avanzar en materia de energías sostenibles y les importa profundamente nuestro éxito".
¿Y qué hay de Arabía Saudí?
En el tintero quedan varias dudas por resolver. Empezando por los saudíes, cuyo fondo soberano era la "financiación asegurada" a la que había hecho referencia Elon Musk tras soltar la bomba en Twitter el 7 de agosto. El magnate sudafricano había dejado claro en su anterior comunicado que los saudíes le habían propuesto hacer privada a Tesla, para lo que contarían con su financiación.
De hecho, en una reunión celebrada a finales de julio, el director gerente del fondo soberano saudí le trasladó a Musk su pesar en que no se hubiese avanzado nada en el proceso de recompra de Tesla, un asunto que llevaba sobre la mesa, según el director ejecutivo, desde hace casi dos años.
El objetivo de Arabia Saudí es el de reducir su dependencia del petróleo, así como diversificar su economía: los automóviles eléctricos apuntan a ser el escenario perfecto para ello. De hecho, ante la indecisión por parte de Tesla, la monarquía del Golfo Pérsico ya se ha buscado "nueva novia". Se trata del fabricante también norteamericano Lucid Motors, en el que se ha convertido en el propietario mayoritario tras una inversión de 1.000 millones de dólares.
En la ecuación, quedaría ese 5% de las acciones de Tesla recientemente adquiridas por Arabia Saudí, una apuesta mirando a ese futuro en el que la marca sería privada y que queda ahora en agua de borrajas. Por otro lado, veremos cómo afecta este último movimiento de Musk en el valor de Tesla en los mercados bursátiles. Por lo pronto, según Automotive News, el viernes 24 de agosto, tras el anuncio, las acciones estaban en 322,82 dólares al cierre de la sesión.
La que has liado, Elon...
La credibilidad de Elon Musk tras este último movimiento queda en entredicho. Al confirmar que Tesla seguirá siendo finalmente pública, da, en parte, más argumentos a los cortoplacistas que le han demandado acusándole de inflar artificialmente el precio de las acciones de Tesla con su incendiaria publicación en Twitter. ¿Se trataba de un simple movimiento para incrementar el valor en bolsa o realmente ha habido intención de privatizar Tesla?
La realidad es que, tras el famoso tweet, el coste de las acciones se incrementó en un 13% respecto al cierre de la anterior sesión. Además, Musk enfrenta a una investigación por parte de la Comisión de Bolsa y Valores estadounidense (SEC), ya que aunque la Ley permite desde 2013 hacer este tipo de anuncios por Redes Sociales, ni fue el momento adecuado (antes del cierre de una jornada) ni todos los actores implicados tienen acceso a lo que publica Musk en Twitter, ya que ha bloqueado a un buen número de usuarios, entre los que se encuentran tanto inversores como analistas.
Am considering taking Tesla private at $420. Funding secured.
— Elon Musk (@elonmusk) 7 de agosto de 2018
El propio Elon Musk ha confirmado que no está pasando por una buena etapa personal: así lo ha dado entender en varias entrevistas en las que hace referencia a un pésimo estado anímico además de quejarse de sus infinitas jornadas en la fábrica. De hecho, un personaje del calado de Bob Lutz, ex ejecutivo de General Motors, hablaba recientemente sobre Musk para la CNBC asegurando que estaba agotado, que se automedica y que tiene graves problemas emocionales. Lutz, además, aprovechaba para hacer leña del árbol caído: "Creo que la solución correcta para Tesla en este momento es alejarlo de la operación diaria".
Y es que úlimamente también se han extendido rumores que aseguran que Tesla está buscando un posible 'número dos' que le reste algo de carga de trabajo y presión a Musk. No obstante, Musk no tiene intención de apartarse: en una reciente entrevista a The New York Times, el CEO Tesla ha asegurado que no va a renunciar a su puesto. Sea como fuere, el intenso mes de agosto, le ha pasado factura al bueno de Elon.