¿Cómo puede España poner en valor su potencial automóvil para competir en un mundo global? Tras esa pregunta hay una completa propuesta de casi cien medidas realizada por la asociación de fabricantes Anfac para reindustrializar España a través de la automoción y crear más de 73.000 puestos de trabajo. Es decir, lo que se llama Plan 3 Millones: fabricar 3 millones de coches al año.
Eso supone fabricar un millón de unidades más de lo que se está haciendo en la actualidad. El plan ha sido concebido para desarrollarse a medio plazo, hacia los años 2015 a 2016, contando con unas exportaciones de 2,5 millones de unidades e impulsando el mercado interior en ventas de turismos, vehículos comerciales e industriales fabricados en casa.
Para conseguirlo, Anfac dispara en muchas direcciones y de manera simultánea. De hecho, el Plan 3 Millones se ha presentado a los ministerios de Industria, Economía, Hacienda, Agricultura y Medio Ambiente y a los responsables de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno. Además, Anfac se reunirá con los ministros de Empleo, Fomento e Interior. La ofensiva es total.
España, líder de producción automovilística
¿Con qué activos cuenta nuestro país para esa reindustrialización? Anfac no duda en hablar de liderazgo en producción, ya que España ocupa un primer puesto europeo en fabricación de vehículos comerciales, un segundo en producción total de vehículos y un noveno a nivel global, con 17 fábricas pertenecientes a ocho grupos industriales, todos ellos punteros en la producción mundial.
Entre otros detalles, los fabricantes destacan una gran variedad en marcas —europeas, americanas y japonesas— y tipos de vehículos —turismos, comerciales ligeros, todoterreno, autobuses, furgones, camiones ligeros y pesados— que se fabrican en nuestro país. Además de una tradición industrial de más de 60 años con 61 millones de unidades producidas en los últimos 25 años, España cuenta con presencia industrial en las más diversas tecnologías de presente y de futuro, incluidos los eléctricos.
Con esos mimbres, Anfac asegura que el sector automoción ofrece a España un 10 % del PIB y 24.000 millones de euros de recaudación fiscal, 40.000 millones en exportaciones, 1.600 millones en inversiones para I+D+i, además de contribuir de forma positiva a ese concepto tan traído y llevado últimamente: la imagen de España. Y para lograr esos números, las peticiones son múltiples, muchas resultan arriesgadas y otras, directamente, complicadas por no decir algo que suene pesimista.
Para empezar, Anfac apunta a la mejora del sector recuperando el mercado interior para frenar la dependencia de las situaciones que se viven en los mercados de los principales clientes. El impulso de la demanda interna, por supuesto, exige todo un nuevo marco que los fabricantes dibujan con el tratamiento fiscal que se le da al vehículo, el apoyo público a la financiación de las compras de vehículos y un entorno propicio a la renovación del parque automovilístico.
Que el coche deje de ser un instrumento de recaudación
Así, se propone superar la “concepción exclusivamente recaudatoria” que pesa sobre el automóvil, reducir la “excesiva carga fiscal” y destinar las que soporta a “políticas energéticas, industriales y medioambientales consistentes”, como se hace en otros países de la Unión Europea.
Entre las medidas figuran la reducción gradual del Impuesto de Matrículación, la desgravación del renting a particulares, la adecuación del Impuesto de Circulación por criterios medioambientales o las deducciones en el Impuesto de Sociedades por la compra de vehículos industriales como inversiones medioambientales. Según Anfac, las cuentas salen. Pero, ¿alguien imagina un gobierno renunciando a una recaudación de 24.000 millones de euros?
En el terreno de la financiación, los fabricantes de automóviles piden mayor protagonismo para el ICO con la simplificación de trámites y la creación de nuevas líneas de financiación para la compra de vehículos por parte de los profesionales, y una suerte de dación en pago vehicular, facilitando a las entidades financieras y de renting la recuperación de los vehículos impagados.
Y en cuanto a la renovación del parque, Anfac contempla puntos heterogéneos. El primero es un endurecimiento de la ITV así como una mayor liberalización de las estaciones y “la participación de otros actores en esa función”, sin especificar si esta debería recaer, por ejemplo, en los talleres oficiales.
También se pide apoyo institucional para promover las ventajas en seguridad y respeto al medio ambiente de los vehículos más modernos, el mantenimiento de los incentivos a la compra de vehículos eléctricos, la promoción de políticas de movilidad urbana que incentiven el uso de vehículos medioambientalmente avanzados, así como los sistemas de car-pooling y car-sharing.
La logística de la automoción, más eficaz y menos costosa
Anfac no descuida otros puntos de ataque que tienen que ver con la mejora de la industria del automóvil en España. La logística de la automoción ocupa un lugar destacado en su pliego de propuestas, ya que la ubicación de España hace que logísticamente nuestro país pierda competitividad frente a otros que quedan más cercanos a los grandes mercados.
Y el foco de atención se fija en el transporte ferroviario, marítimo y por carretera. Mejorar las infraestructuras ferroviarias, crear corredores de ancho internacional, flexibilizar las terminales ferroviarias y reducir costes de capacitación de los cargadores estudiando los casos concretos sin perder seguridad en la circulación son las peticiones relativas a la modernización del tren como medio de transporte de vehículos.
En cuanto al marítimo, las peticiones son múltiples, y todas ellas encaradas a la liberalización de la manipulación de los vehículos, la reducción de costes —por múltiples vías— y el fomento de este medio de transporte, con la ampliación de los horarios de las terminales y el impulso tanto a las llamadas autopistas del mar como a las cortas distancias.
En carretera, se piden tarifas valle para autopistas en horarios nocturnos o de baja ocupación, una coordinación entre las diferentes comunidades autónomas al establecer los calendarios de restricción al tráfico pesado y más capacidad de carga en los camiones, usando eco-combis y ampliando la altura máxima de 4,5 metros que se permite hoy para vehículos cargadores de coches a la de cualquier camión que deba suministrar componentes voluminosos a la industria de la automoción.
Incentivos para empresas y aspectos sociolaborales
En el terreno más de empresa, se piden incentivos que estimulen la inversión en nuestro país. En concreto piden que se preste atención al plan Growth Compact que prepara la Unión Europea como herramienta de financiación y medidas de apoyo a la competitividad de las factorías en la línea tomada durante los últimos cuatro años, que según Anfac han permitido generar nuevos productos y mejorar los existentes, aumentar en formación e invertir en protección medioambiental.
En cuanto al punto más candente, la flexibilidad laboral, Anfac deja muy claro su punto de vista: “la eficiencia de nuestro mercado laboral nos sitúa en un moderado puesto 108 sobre un total de 144 países analizados”. Traducción: tenemos un marco laboral rígido. Para los fabricantes, hace falta un marco de contratación más estable y más flexible, alargando el periodo de eventualidad para acercarlo a la duración de las producciones, manteniendo el contrato de relevo ligado a la jubilación parcial y conservando la posibilidad de la jubilación anticipada a los 61 años.
Además, se piden reducciones en los costes laborales de la empresa, por ejemplo en las cuotas a la Seguridad Social o en el papel de las mutuas al gestionar la incapacidad laboral e incluso el absentismo, pero también en lo relativo a la energía eléctrica. Como vemos, se trata de un pliego de medidas altamente multidisciplinar.
I+D+i y sostenibilidad medioambiental
Anfac apunta directamente a las parcelas donde se mueve actualmente la investigación: energía y medio ambiente, seguridad, sistemas de información, materiales y procesos productivos. Por ese motivo, insta a las administraciones que tengan competencias sobre estos campos para que le industria automovilística española pueda posicionarse de forma competitiva en este sentido, aunque por contraposición a otros puntos del Plan y teniendo la importancia que tiene este apartado, en este caso las peticiones quedan algo diluidas en una declaración de intenciones.
En cuanto a la fabricación sostenible, los fabricantes piden que se unifiquen criterios entre las diferentes administraciones y que se tenga en cuenta que el marco de políticas medioambientales de la Unión Europea ya es el más exigente del mundo, por lo que reclaman que no se asuman nuevos compromisos más restrictivos y unilaterales. Que si somos más papistas que el Papa saldremos perdiendo, vaya.
El Plan 3 Millones de Anfac, ¿realista o posibilista?
Esto es sólo un pequeño resumen que toca algunos puntos de la muy ambiciosa propuesta llevada a cabo por Anfac. En suma, hay medidas, en especial las que hablan de recaudación, que se perciben más como un reto que otra cosa. Otras, como la reducción de los costes en logística, tendrán que contar con el consenso de todas las partes implicadas, y las hay que no van a estar por la labor.
Finalmente, la parte más dura en lo empresarial afecta a derechos fundamentales de los trabajadores, por lo que habrá que ver cómo se conjugan dentro de los respectivos lugares de trabajo. Hay medidas que están en la órbita de las políticas de empleo actuales, y otras que difieren muy sensiblemente, sobre todo en lo que respecta a la contratación de trabajadores y a la edad de jubilación.
Con todo, resulta interesante que los máximos responsables del sector industrial del automóvil, que mueve muchos puestos de trabajo en España, tanto de forma directa como indirecta, haya puesto sobre la mesa un pliego de medidas tan detallado como este. Veremos en qué queda la cosa cuando se realicen todas las reuniones que hay pendientes.
Fuente | ANFAC