Comienza el balance de daños causado por el huracán Harvey, que el pasado 25 de agosto tocó tierra en Texas. Algunos habitantes de Houston comienzan a regresar a sus casas, o lo que queda de ellas, ante un lento escenario de recuperación. Por el momento se han contabilizado 46 víctimas mortales, 130.000 estructuras afectadas y un millón de vehículos destruidos por las inundaciones.
Harvey ha golpeado también duramente la producción de petróleo, provocando una subida de la gasolina de casi el 7 % en una ciudad donde el coche se hace imperativo para los desplazamientos. Mientras tanto, la devastación del huracán ha hecho que la industria automovilística cotice a lo grande en Wall Street: cientos de miles de coches tendrán que ser reemplazados. Y el tifón Irma ya ha emprendido su camino hacia Florida.
Un 94 % de los habitantes de Houston posee un coche
Según Wired, ha sido el área metropolitana de Houston la que se ha llevado la peor parte: 40.000 hogares destruidos y un millón de coches que han quedado anegados, muchos inservibles y bajo el agua. Esto presenta un reto no solo para los afectados, sino para los concesionarios y las empresas de alquiler de coches que deberán hacer frente a una enorme demanda.
Las aseguradoras estiman las pérdidas entre los 2.700 y los casi 5.000 millones de dólares, con el número aumentando a diario. Se calcula que el daño es aún peor que el huracán Sandy en cuanto a pérdidas económicas (las humanas fueron devastadoras en Estados Unidos y el Caribe), ya que dejó un saldo de 250.000 vehículos irrecuperables en Nueva York y New Jersey.
Este vídeo, subido por Badass Diesels Club, muestra lo que es un paseo en coche por la zona afectada. Devastador. Algunos incluso se lo toman con humor y deciden hacer esquí acuático por la calle.
Según informa Cox Automotive, el 94,4 % de los ciudadanos de Houston tienen (o tenían) coche, y ahora han quedado anegados, desde los recién matriculados que esperaban en los concesionarios hasta los más veteranos. El primer paso, adquirir un coche de alquiler; el segundo, si se cuenta con presupuesto y sobre todo con seguro, es ir en busca de una reparación o de un sustituto, nuevo o de segunda mano.
Ante el desastre, compañías como General Motors y FCA están ofreciendo a los afectados por la tormenta descuentos de hasta 500 dólares en sus modelos más recientes; Hyundai eleva la cantidad a 750 dólares. Por su parte, Ford y Nissan están realizando donaciones de hasta un millón de dólares para tratar de incrementar la ayuda.
En el otro extremo se encuentran los estafadores, que están intentando vender los vehículos dañados como si fueran nuevos. Ya se está alertando a la población de que inspeccione bien el coche antes de comprarlo.
Tal y como informa Automotive News, este desastre se ha visto con buenos ojos en Wall Street. Desde el 24 de agosto hasta el 1 de septiembre la cotización bursátil de Ford y General Motors aumentó más de un 5 %; la de FCA llegó hasta el 7,3 %, más alta aún que cuando Great Wall anunció sus intenciones de comprar Jeep.
Se veía venir: un huracán de categoría 4 iba a aterrizar en el tercer mercado más grande de pick-ups de Estados Unidos. Las ventas se iban a disparar.
Otra consecuencia del desastre: las refinerías
Harvey también ha afectado a la producción y el refinado de Texas, un Estado fundamental para la industria petrolera estadounidense: concentra más del 15 % de la capacidad total de Estados Unidos. Las lluvias torrenciales han obligado a cerrar numerosas plantas de refinado de petróleo, lo que ha forzado la subida del precio en la gasolina.
Entre las afectadas están Exxon Mobil, que tuvo que cerrar su refinería en Baytwon, la segunda más grande en Estados Unidos, mientras que Shell, Phillips 66 y Valero detuvieron la producción en varias de las plantas del Golfo de México. En este país, la escasez cobrará tintes desastrosos.
Por otra parte, el oleoducto Colonial, que tiene capacidad para transportar más de 2 millones de barriles de gasolina al día, está teniendo problemas debido a las brutales inundaciones. Como consecuencia, el lunes el precio de la gasolina se disparó un 7 %.
Se estima que el coste económico total del desastre se situará entre los 30.000 y los 50.000 millones de dólares.
Mientras tanto, el tifón Irma se acerca ahora al Caribe y la zona sur de Estados Unidos, en concreto Florida; ya ha aumentado a categoría 5 (la máxima en la escala Saffir-Simpson) y se estima que es el más potente del Atlántico desde que hay registros. El Centro Nacional de Huracanes (CNH) estadounidense lo califica de "extremadamente peligroso".
Florida, Puerto Rico y las Islas Vírgenes ya están en estado de emergencia.
¿Buenas noticias por Wall Street?