Donald Trump dejó clara la tremenda apatía que despierta en él los temas medioambientales desvinculándose del Acuerdo de París; un pacto al que un optimista Joe Biden se reincorporó al tomar el testigo de la presidencia de EEUU.
Pero en la Cumbre del Clima 2021 que se está celebrando en Glasgow, la COP26, Biden se ha limitado a criticar la ausencia de China entre cabezada y cabezada no sin antes haber montado una llegada a lo Trump: con las dos unidades idénticas de 'La Bestia', aviones privados y una comitiva de vehículos presidenciales.
Las incongruencias de organizar una Cumbre del Clima
La llegada de Biden a Escocia ha supuesto, además del aterrizaje del Air Force One y aviones de transporte de la Fuerza Aérea de EEUU, una caravana presidencial de al menos 20 vehículos de seguridad, dos de ellos la limusina Cadillac One a prueba de bombas y ataques químicos, con capacidad para siete personas.
La Bestia está preparada para cualquier tipo de ataque, hasta el punto de equipar una auténtica habitación del pánico con bolsas del tipo de sangre del presidente o botellas de oxígeno.
Con el presidente viaja el Servicio Secreto, médicos, periodistas, ayudantes de la Casa Blanca, especialistas en comunicaciones militares, y una larga lista de personal; de ahí el derroche de medios.
Algunos ciudadanos de Glasgow se vieron sorprendidos al ver llegar a una estación de servicio BP a la pareja de limusinas para repostar (con la policía escoltándolas), cuyo consumo va en sintonía con los objetivos de la Cumbre del Clima.
No está claro si Biden estaba dentro o prefirió quedarse en el hotel tras un día agotador luchando por el medio ambiente.
Cabe destacar que Biden no fue ni de lejos el único político en acudir a la COP26 en sus jet privados y con su propia comitiva: Boris Johnson o Ursula von der Leyen, entre otros, contribuyeron a la emisión de toneladas de CO2 para acudir a la cumbre del clima en sus propios aviones, mientras exhortan a la población a utilizar medios de transporte limpios y a reciclar.
En este contexto, y con la ausencia de China y Arabia Saudí, EEUU ha prometido reducir sus emisiones a la mitad respecto a los niveles de 2005 de aquí a 2030, junto a otros 80 países.
También las de metano: EEUU quiere introducir una regulación que penalice la perforación para la obtención de petróleo y gas, así como oleoductos.
El plan de Biden pasa también por invertir en la electrificación de su flota presidencial -nada menos que 645.000 vehículos- y en la infraestructura de carga para coches eléctricos. Pero a 'La Bestia, que ha servido a la Casa Blanca durante décadas, no va a renunciar.
Foto | Gareth Mackie
En Motorpasión | Probamos el Ford Mustang Mach-E GT: un SUV eléctrico con 487 CV y un comportamiento excitante para demoler prejuicios