Primero la propuesta de la Comisión Europea de eliminar la venta de coches nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035 (lo que incluye a los híbridos), y después la apertura a los e-fuels, están generando un debate importante entre los países miembros sobre el futuro de la industria automovilística europea, pero también entre los fabricantes de vehículos.
El último en pronunciarse en pro de sus intereses, ha sido el consejero delegado del Grupo Iveco, Gerrit Marx, quien ha dejado bastante clara su postura acerca de los combustibles sintéticos en una polémica entrevista con Bloomberg en la sede de la marca en Turín (Italia).
“Los e-fuels no son el combustible del futuro”
Marx se ha mostrado muy contundente en contra de los combustibles sintéticos a los que ha llegado a definir como “el champán de la propulsión” por su elevado coste, pues pone en duda que sean viables para que la industria automovilística europea alcance la neutralidad de carbono en un futuro cercano, tal y como establecen las hojas de ruta de la UE.
Esto, unido a que el precio medio de los vehículos eléctricos aún es elevado, hace pensar a Gerrit que “la gente normal no podrá comprar vehículos nuevos” lo que a su vez desembocará en un envejecimiento drástico del parque automovilístico.
“Convertiremos Europa en Cuba, donde ya solo se ven automóviles viejos en las carreteras”, sentencia. “Si tienes un Ferrari o conduces tu Porsche Turbo una vez al fin de semana, no te va a importar si un litro cueste 5 u 8 euros, pero ese no es un combustible para el futuro”, dijo el ejecutivo.
Aunque la mayoría de previsiones sobre el precio de los e-fuels no son tan catastrofistas, todo apunta a que estos no serán baratos como para convertirse en una opción generalista.
Según los cálculos del International Council on Clean Transportation (ICCT) en 2030 el coste de fabricación del e-fuel sería todavía de alrededor de 3 euros el litro, aunque por ejemplo Porsche, uno de los pioneros en el desarrollo de estos “carburantes verdes” rebaja esas estimaciones a 2 euros siempre que se consiga una producción a escala industrial.
Según Bosch, el combustible en sí (excluidos los impuestos) podría costar entre 1,00 y 1,40 euros el litro a largo plazo. También es optimista Transport & Environment, que dejando a un lado los costes de producción, augura que en 2030 podremos repostar combustible sintético a un precio medio de 2,80 euros/litro (aproximadamente un 50 % más caro que la gasolina).
“Adivina quién quiere convertirse en el primer fabricante de e-combustible mundial: Arabia Saudí”, apunta Gerrit Marx. “Sólo estamos sustituyendo una materia prima por otra, pero de la misma región”.
Con una posición parecida a la del CEO de Renault, el CEO de Iveco considera que la estrategia europea en materia de emisiones tiene sus raíces en un “sistema político disfuncional en Bruselas”, aludiendo a la falta de coordinación entre las agencias de la UE que se ocupan de la tecnología, las emisiones y el transporte.