Hubo un tiempo en que tener un coche de empresa para los desplazamientos laborales era un privilegio, pero ahora eso parece cosa del pasado. Según una encuesta elaborada por la app de movilidad Free Now, siete de cada diez españoles estaría dispuesto a renunciar a él.
Eso sí, una renuncia con matices: este 69% de usuarios sólo devolvería las llaves a su jefe si, a cambio, su empresa les proporcionara un presupuesto de movilidad equivalente que les permitiera combinar con flexibilidad varias opciones de locomoción más sostenibles.
Esta encuesta se ha elaborado tomando como base la opinión de 4.544 usuarios de vehículos de empresa procedentes de varios países europeos, entre ellos España.
Sigue siendo uno de los beneficios más deseados
A decir verdad una renuncia tan extendida a esta comodidad llama la atención en un país como España, donde recibir un coche de empresa no es algo demasiado común. O al menos si tomamos el concepto original de los vehículos que una gran empresa asigna a sus empleados, porque entre las PYMEs y los trabajadores autónomos la cosa cambia.
Según los recientes datos de Anfac, en el último mes se han matriculado a nombre de entidades 37.100 coches nuevos, que se unen a los 171.590 registrados desde principios de año. Estas cifras suponen respectivamente un 18,4% más que en junio de 2021, y un 2,3% más que en el primer semestre de ese mismo ejercicio.
Por tanto tenemos que las empresas en general están comprando más coches, lo cual nos sugiere que los afortunados que reciben este beneficio lo toman sin dudarlo mucho.
Eso sí, es igualmente justo reconocer que para algunos puede volverse un 'regalo envenenado' debido a los inconvenientes derivados de poseerlo, como por ejemplo los atascos del tráfico diario o, incluso, el coste del combustible para quienes no tienen este aspecto sufragado por su empresa.
Por estos y otros motivos (entre los cuales el estudio de Free Now añade la preocupación por la contaminación, que también es real), la idea de disponer en su lugar de una asignación mensual para que cada uno pueda procurarse un medio alternativo (taxi, vehículo compartido, bici o patinete eléctrico, etc.) puede tener ciertas ventajas para algunos trabajadores.
Como ejemplos se nos ocurren pasar menos tiempo buscando aparcamiento y la misma flexibilidad que puede aportar esa libertad de elección en la manera de desplazarse, dos ventajas que el estudio también esgrime.
Y es que el debate sobre la movilidad en el ámbito laboral ha ganado mucha fuerza durante los últimos dos años, cuando el auge del teletrabajo impulsado por la pandemia ha terminado por erosionar en gran medida la cultura anterior de pasar todos los días en la oficina.
De hecho, según este estudio el trabajo a distancia y el coche de empresa son ahora los dos beneficios sociales más demandados en España, seguidos por las ayudas y bonificaciones para los 'abonos transporte'.
De ahí que, ahora que cada vez más empresas se abren a negociar contratos mixtos donde se alterna la presencialidad con el trabajo a distancia, ofrecer una parte del salario como ayuda a la movilidad puede llegar a convertirse en una alternativa más para compensar los traslados de la plantilla y asegurar una estancia mínima en la oficina: un 62,1% de los encuestados acudiría más a menudo si dispusiera de este mecanismo.