El grupo Stellantis es una constelación de 14 marcas y cuatro nacionalidades. Y no todas son rentables. En el momento de la creación del grupo en 2021 se dio diez años a cada marca para enderezar la situación y ser rentables. Resulta ahora que tendrán que demostrar su valía para 2026, cinco años antes de lo previsto inicialmente.
“Revisaremos el rendimiento de cada marca aproximadamente a los dos tercios del plan Dare Forward 2030, por lo que cabe esperar decisiones en dos o tres años”, declaró Tavares a los periodistas italianos en la apertura del salón del automóvil de París.
Menos de dos años para ser rentables, una tarea imposible
Tavares ha revelado que sólo hay financiación para los cinco primeros años de funcionamiento de cada marca. En otras palabras, aunque cada marca pueda tener un brillante plan de producto que se extienda hasta 2031, el dinero se agotará en 2026. Después de eso, será una carrera para ver quién sigue a flote.
Añadió que, aunque algunos lanzamientos de productos podrían haberse modificado debido a “condiciones cambiantes” en el mercado, como el desarrollo a la desesperada de un Fiat 500 híbrido, ninguno de ellos se ha cancelado todavía. Eso sí, el tiempo corre para muchas de esas marcas que tienen menos de dos años para lograr beneficios.
El grupo Stellantis se formó en 2021 tras la fusión del Grupo PSA y de FCA (Fiat Chrysler Automobiles) e incluye marcas como Alfa Romeo, Abarth, Chrysler, Lancia, Citroën, Fiat, Jeep, Maserati, Opel, Peugeot, Dodge y Ram.
Dado que Carlos Tavares se jubilará en la primavera de 2026 y que Stellantis tiene previsto elegir a su sucesor a finales de 2025, la decisión final sobre el futuro de esas 14 marcas recaerá probablemente en su sucesor. Lo cual será un verdadero marrón como Alfa Romeo y Maserati no sean rentables, por no hablar de Fiat.
Aunque Tavares ya dijo que Maserati no se toca, pase lo que pase, la realidad es que vender alguna de esas tres marcas a un fabricante no italiano podría causar un revuelo político en Italia.
Más allá de los problemas de rentabilidad asociados a unas inversiones en el coche eléctrico con unas previsiones de ventas muy optimistas que no se han cumplido, la realidad es que son varias las marcas con unas ventas bastante por debajo de lo esperado, como Alfa Romeo y Maserati.
En muchos casos, para Tavares, es un problema de marketing, como en el caso de Maserati. Las ventas mundiales de Maserati cayeron más del 50%, hasta 6.500 unidades de enero a junio, frente a las 15.300 unidades del mismo periodo del año anterior. El producto es bueno, con oferta gasolina y eléctrica, pero las ventas caen en picado. Y esa falta de comunicación y marketing es extensible a casi todas las marcas del grupo, a excepción de Peugeot y Opel.
Pero también Stellantis tiene un problema de producto en tantas otras de sus marcas. En Estados Unidos, Chrysler y Dodge apenas tienen modelos nuevos y adaptados al mercado, por ejemplo. Chrysler tiene el monovolumen Pacifica -un tipo de carrocería casi desaparecido de los mercados occidentales- y el stock de Chrysler 300 de 2023 que le queda, un modelo con más de diez años en el mercado a sus espaldas.